Los españoles dedican casi un 36 % de sus ingresos a la vivienda

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

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ALBERTO LÓPEZ

La OCDE advierte de que el alto precio del alquiler lastrará la recuperación

28 ago 2021 . Actualizado a las 10:00 h.

La vivienda se come la mayor parte del presupuesto de las familias españolas. Y ese gran esfuerzo que los hogares patrios tienen que destinar a disponer de un techo bajo el que vivir se puede convertir en un problema para la recuperación económica del país tras la debacle provocada por el coronavirus. Así lo ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en un reciente informe desvelaba que el peso del gasto en vivienda en los presupuestos familiares ha aumentado cerca de un 5 % en los últimos años.

Como la capacidad económica tampoco ha mejorado, todo el dinero que las familias invierten de más en ese capítulo deja de ir a otras partidas como el ocio o los productos textiles. «La vivienda, principalmente la que está en régimen de alquiler, representa en promedio el mayor gasto de los hogares en el conjunto de la OCDE en todos los grupos de ingresos, por delante de la alimentación, la ropa, el transporte, el ocio, la salud y la educación», detalla el organismo. Y esta circunstancia se convertirá en un verdadero quebradero de cabeza para los Gobiernos en un momento como el actual, en el que gran parte de los expertos fían la recuperación económica al consumo de las familias.

Según el estudio de la OCDE, en los hogares con menos renta se destina un 37 % de los ingresos al pago de la vivienda. Este porcentaje se reduce al 31 % en el caso de los hogares de clase media y hasta el 25 % en aquellos que gozan de una posición económica mucho más holgada. Pero en los tres casos, el gasto supera con creces al que destinan a otras partidas como la alimentación o la ropa. Las familias con menos capacidad económica invierten en esto un 26 % de sus recursos, mientras que las que se encuentran en la mitad de la tabla emplean un 24 %, un porcentaje que se reduce hasta el 21 entre los más adinerados.

La situación que pintan desde la OCDE se adecúa a España. Según la última encuesta de presupuestos familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2020 los hogares invirtieron de media un 35,6 % de sus recursos en vivienda. El porcentaje, un año antes, cuando la pandemia no marcaba la actualidad, bajaba hasta el 31,2 %. Y si se echa la vista atrás, la cifra experimenta un descenso mayor. Porque en el 2006, todavía ajenos a la crisis económica que se avecinaría, los españoles destinaban menos de un cuarto de sus ingresos a la residencia.

Casi dos de cada diez euros que obtienen los ciudadanos de nuestro país se emplean en llenar la nevera. Según la encuesta del INE, el 16,96 % del gasto se dedicó en el 2020 a alimentos y bebidas no alcohólicas. El confinamiento provocó que gran parte del dinero que antaño se dedicaba al ocio se destinara a la partida correspondiente a pertrechar bien la despensa. Y eso puede explicar el ascenso experimentado en el 2020 con respecto a años anteriores como el 2019 o incluso el 2006, cuando se dedicó prácticamente el mismo porcentaje a este capítulo: el 14,2 %.

Las medidas para contener la expansión del virus también tuvieron un reflejo directo en la inversión dedicada al armario. El vestido y el calzado se llevaron poco más de tres de cada cien euros. Esa cifra era bastante más abultada en el 2019, cuando acumulaba un 4,7 % o en el 2006, cuando sumaba casi un 7 % del presupuesto.

Junto a alimentación y vivienda, otra de las partidas que requieren un mayor esfuerzo por parte de los españoles es el transporte, que se lleva 10 de cada 100 euros de los que llegan a los bolsillos patrios. Eso en el 2020, porque un año antes de que el coronavirus encerrara entre las cuatro paredes del hogar a millones de personas, de cada cien euros se dedicaban casi 13 de media a este capítulo, una cantidad que ascendía a los 15 euros en el año 2006.

Y todo lo que se llevan las cuestiones más básicas de la vida se debe restar a los gastos más «superfluos», como el ocio y la cultura, cuyo bocado en el presupuesto es de apenas un 4 %, o los restaurantes, que en el 2020 se quedaron con un 6,5 %, frente al 9,74 % del 2019.

Un esfuerzo que se lleva casi la mitad del dinero en los hogares más pobres

Si se disgregan los datos de la encuesta de presupuestos familiares del INE por niveles de ingresos, la realidad que pintan los datos es más preocupante cuando se analiza la situación de los que menos recursos tienen. El quintil de población más pobre pasó de destinar a la vivienda el 36,8 % de sus ingresos en el 2006 a tener que emprender un esfuerzo titánico en el 2020, año en el que invirtió el 44 % de lo que ganó a esta partida.

Las familias de clase media emplearon en el 2020 un 37 % de sus ingresos a financiar el techo bajo el que viven, una cifra mayor a la del 2019, año en el que dedicaban un 32,6 % y muy superior a la del 2006, cuando este porcentaje se situaba en el 26,9 %.

Los números descienden cuando se pone la lupa sobre los españoles más adinerados. En el 2020, este quintil dedicó poco más de 30 de cada 100 euros que entraron en su cartera a la vivienda. Pero su situación actual también contrasta con la del 2006, cuando destinaban algo menos de 20 euros por cada 100.

Un joven tendría que destinar casi 14 años de salario para comprar una casa usada

 El 26 % de los jóvenes de 30 años ya eran propietarios de una vivienda en el año 1976. Ese porcentaje se desplomó al 7 % para aquellos que nacieron después de 1980, según datos del Banco de España. Detrás está la caída de la renta de los trabajadores más jóvenes, una mayor temporalidad en el mercado laboral y el endurecimiento de las condiciones de acceso a una hipoteca. Todo eso empujó a este colectivo al mercado del alquiler tradicional. De hecho, entre el 2014 y el 2017, el porcentaje de hogares formados por menores de 35 años viviendo en alquiler se incrementó hasta el 43 %. Los precios se inflaron tanto que casi el 40 % de esas familias tenía que dedicar más del 30 % de sus ingresos a pagar las mensualidades.

 Alquilar es más gravoso

Los expertos apuntan a un problema recurrente: la incapacidad de ahorrar para la entrada de la vivienda. Por eso se ha sugerido, como pasa en el Reino Unido, que el Estado la financie. Entre el primer y segundo semestre del 2020, «el coste teórico del alquiler para una persona joven en solitario suponía tener que destinar el 91,6 % de su sueldo. A priori, la compra de vivienda resultaba más económica, siendo necesario reservar el 55,1 % del salario para el pago de la cuota hipotecaria», señala en un informe el Consejo de la Juventud de España. Aun así, la compra no es ninguna panacea. Un joven de entre 16 y 29 años, con el salario medio en los 11.634 euros, según el estudio, tendría que dedicar casi 14 años de su sueldo íntegro para poder acceder a una vivienda de 90 metros cuadrados de segunda mano, cuyo precio en España se situó en julio en los 164.340 euros. En Galicia, la factura desciende a los 120.690 euros, si bien es cierto que los salarios son sensiblemente inferiores a la media española y más del 60 % apenas alcanzan a ser mileuristas. Organizaciones como la Unión de créditos Inmobiliarios (UCI) rebajan el calendario a los nueve años para jóvenes de entre 25 y 34 años.

Además de garantizar la entrada de los jóvenes a una casa en propiedad, desde el sector también demandan una mayor apuesta por la vivienda pública. El parque español, compuesto por 452.040 unidades (2,5 % del total de viviendas) es de los más pequeños de la UE, donde la media es del 9 %.