A quién beneficia la crispación de la política española

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Santiago Abascal y Salvador Monedero, padre del fundador de Podemos
Santiago Abascal y Salvador Monedero, padre del fundador de Podemos Vox

Los expertos consultados por La Voz analizan por qué ha aumentado el tono bronco y apuntan a los extremos como máximos responsables y beneficiarios

29 ago 2021 . Actualizado a las 09:58 h.

 La crispación y la polarización han caracterizado el curso político y siguen presentes. La gestión de la pandemia se convirtió en el principal campo de batalla. Pero han aparecido nuevos asuntos de confrontación, como la subida del precio de la luz, la crisis migratoria de Ceuta, las medidas contra el covid y la repatriación de Kabul. ¿A qué se debe que la crispación haya alcanzado estos extremos? ¿Quién crispa y a quién beneficia? ¿Se mantendrá esta forma de hacer política? Los politólogos responden a estas cuestiones.

 las causas

Fuerzas políticas más extremas. José Rama explica que «la convergencia programática de los dos grandes, PP y PSOE, que fue habitual hasta el 2011, dejó paso a la emergencia de nuevas fuerzas políticas que, con posiciones más extremas en varios ejes ideológicos (organización territorial, política fiscal y económica, políticas sociales), han conseguido crispar, dividir y afectivamente polarizar al electorado». Santiago Martínez señala que «la crispación siempre ha estado ahí desde hace años, pero ahora su percepción es más elevada por diversos factores». 

«La crispación política es una consecuencia de la polarización, es decir, de la radicalización de las posturas políticas», asegura Verónica Fumanal. «El adversario se convierte en enemigo, al que incluso se le niega la legitimidad de existir, utilizando descalificaciones que recurren desde el insulto personal a la hipérbole», sostiene. «Eso se traslada de las cámaras a la calle, produciendo un fenómeno de influencia social que hace que los seguidores de los partidos que lo practican incurran en sus prácticas», añade. «Es un fenómeno muy pernicioso para las democracias que, gracias al multipartidismo consiguen representar la pluralidad, y eso es precisamente con lo que quieren acabar algunos partidos», concluye. 

¿Quiénes crispan?

Vox influye en el PP. «Todos en general, pero aquellos que se ubican en los extremos, Vox y Podemos, han contribuido, al menos en los últimos años, más a ello», sostiene Rama. «Pero también lo han hecho PP y PSOE, inmersos en casos de corrupción continuos, mostrándose alejados de los electores y dejando de ser correa de transmisión de las demandas de los ciudadanos a las instituciones», afirma. Martínez cree que «Vox es muy responsable porque su aparición coincide/causa una mayor crispación por parte del PP, que se ve obligado a tener que continuamente calibrar su mensaje, provocando que Casado esté continuamente dando bandazos porque no es capaz de tener un discurso, un relato propio y consistente en el tiempo». «Algo parecido a lo que le ocurrió a Albert Rivera», añade. A su vez, «la aparición de Podemos y su discurso fue la excusa para el auge de Vox, por lo que al final todo se retroalimenta». 

¿A quién beneficia?

Los extremos. «A los que se ubican en los polos ideológicos», responde Rama. «Cuando un sistema político está crispado o polarizado y, como consecuencia, la competición política es centrífuga, los partidos, en lugar de buscar a los electores en el centro, buscan a votantes que están en los extremos ideológicos», considera. «Esto hace de la política que sea más radical y del sistema político que sea menos estable», estima. Para Fumanal, «los más beneficiados siempre son los extremos, quieres se regocijan en el lodazal que ellos crean, atrayendo cada vez a más adeptos». 

«Eso siempre depende del contexto, si la crispación es excesiva en intensidad y duración y no existe una crisis de fondo, acaba beneficiando a aquellos que aparecen con un perfil más moderado», asegura Martínez. «Lo hemos visto recientemente con Biden, un candidato poco carismático que logra ser el presidente más votado de la historia frente a un Trump que aún así logró ser el segundo más votado en la historia», explica. «Si existe una crisis social o económica, la historia nos ha demostrado como determinadas fuerzas políticas han tenido auge gracias al populismo y la exacerbada crispación», continúa. «Presiento que, con la recuperación económica poscovid, los discursos demasiado radicales no tendrán tanta resonancia, por lo que PSOE y PP se beneficiarán de un discurso más moderado, salvo que emerja un dominio del discurso territorial debido a Cataluña», afirma. 

los responsables

También los medios. «Responsables lo son todos en alguna manera, también los medios de comunicación que llevamos a titular y categoría las prácticas más execrables, los insultos más graves y las descalificaciones en un círculo vicioso que consiste en que si no polarizas y crispas no apareces en los medios», señala Fumanal. «La más perjudicada es la vida democrática, que sufre la permanente descalificación por parte de sus actores, deslegitimando su propio funcionamiento», sostiene. 

¿Durará en el tiempo?

Un fenómeno que seguirá mientras suponga beneficios «En el corto plazo no hay duda de ello», dice Rama. En su opinión, «los partidos han interiorizado que hablar de políticas públicas concretas y moderar el lenguaje no les reporta ningún beneficio, mientras que resonar en este mundo de la política de audiencias y masas, es lo que más réditos otorga». «Mientras que lo que sea viral sean las excentricidades de los políticos y sus extravagancias y no sus acertadas propuestas, la crispación seguirá reinando», manifiesta. «Sí, será una tendencia mientras el actual mercado informativo y la estructura de acceso a la información, basado en la imperiosa necesidad de captar la atención a cualquier coste, beneficie a actores clave como medios de comunicación, agencias de Internet, partidos políticos, etc.», estima Martínez, experto en campañas electorales. 

Los factores que han agravado la radicalización de los discursos 

Estos son los factores que aumentan la crispación política, según Santiago Martínez:

 Más actores. Los actores políticos son más y más diversos y ahora hay voces más polarizadas que han logrado su espacio radicalizando la conversación política.

 Más herramientas y simplicidad. Los políticos tienen más herramientas para hacer llegar el mensaje y de forma instantánea. El ruido mediático es tal que la competencia entre los políticos a hace que se busque la simplicidad del contraste (‘yo soy el bueno, él es el malo') a través de la confrontación y el ataque.

 Exageración. La opinión pública ya no es un mero receptor, coge el mensaje y lo replica, muchas veces incluso exagerándolo y adaptándolo a su cosmovisión.

 Redes sociales. Las redes están diseñadas para alimentar los mensajes que la gente quiere o le gustaría oír, filtrando la información y creando burbujas de realidad que contribuyen a polarizar y segmentar aún más la sociedad.

 Rapidez. La información se consume muy rápido y los políticos necesitan renovar su mensaje de modo constate para parecer dinámicos.

 Corto plazo. Hay una miopía que provoca que solo se actúe pensando en el corto plazo, porque la vida política cada vez dura menos. Se necesitan resultados rápidos para no ser sustituidos por rivales internos. Lamentablemente, siempre se critica al Gobierno haga lo que haga, y esa es también la causa de que la gente no vea autenticidad en los políticos. 

Mediocridad. Existe una mayor mediocridad en ciertos perfiles políticos, que provoca que la crispación sea más cómoda para ellos, ya que requiere de un proceso intelectual menos complejo.