Biden está seguro de que en EE.UU. terminarán olvidándose de Afganistán

Peter Nicholas

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María Pedreda

«Al final del día, los votantes se preocupan por las cosas que les afectan a ellos»

29 ago 2021 . Actualizado a las 09:59 h.

El sueño de la Casa Blanca será algo así como que, al final, los votantes no culpen a Joe Biden. La decisión del presidente de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán coincide con la de todos los que se han rendido ante la idea de que el Ejército podría moldear un país fragmentado en un estado democrático. La Administración espera que las espeluznantes imágenes de afganos desesperados aferrándose al avión militar de transporte C-17 sean reemplazadas por el alivio colectivo de que ningún estadounidense más perderá la vida en una guerra violenta y turbia que se ha prolongado durante dos décadas y cuatro presidencias.

Pese al rápido control de Afganistán por los talibanes, los miembros de la Casa Blanca y los próximos a Biden no prevén que su decisión perjudique a los demócratas en las elecciones legislativas de medio mandato del 2022 ni en la carrera presidencial que le sigue. Su argumento es que el país debe estar tranquilo de que un presidente que prometió durante la campaña del 2020 que terminaría con las «guerras eternas» haya cumplido su promesa. 

¿Funcionará? Eso creen

«La gran mayoría de los estadounidenses nos quieren fuera de Afganistán», señaló esta semana Ted Kaufman, persona de confianza de Biden desde 1970 y senador por Delaware. «Y será un mensaje clave, pues la clave para el pueblo estadounidense es que nuestras tropas salgan de allí», agregó. «Para los políticos está bien sentarnos en Washington a hablar sobre lo que está mal en Afganistán. No estamos soportando el esfuerzo de esa guerra. Otra cosa es tener a un hijo o un padre allí», señaló.

A su salida, Trump dejó a Biden dos malas opciones: una guerra indefinida en Afganistán o la retirada de las tropas y una potencial victoria talibán, según un ayudante de comunicación de la Casa Blanca. Esa formulación ignora todas las demás opciones que tenía Biden: como mínimo, dejar las tropas suficientes como para evitar la imagen de un afgano muerto intentado huir agarrado a la rueda de un avión a punto de despegar.

No todos los partidarios de los demócratas creen que Trump le dejó sin opciones cuando negoció la retirada de las tropas de Afganistán. Después de tomar posesión, Biden se reincorporó rápidamente al Acuerdo de París y negocia revivir el nuclear con Irán, pactos que Trump había abandonado. «Con Afganistán eligió no hacer nada», indicó la demócrata Donna Brazile.

El equipo de Biden está centrado en prevenir cualquier ataque terrorista desde Afganistán. Según sus asesores de Seguridad Nacional, está mejor posicionado para reprimir el terrorismo que se origina en países en los que no hay presencia militar estadounidense que en el caso de hace 20 años, cuando Osama Bin Laden supervisó los ataques del 11S desde su santuario de Afganistán. Pero si hay un ataque terrorista, los estadounidenses no necesariamente defenderán a un presidente que dejó Afganistán en manos de extremistas. Una reacción natural entre los votantes sería: «No te queremos en Afganistán, pero deberías haber evitado que esto pasara. Y ahora hay estadounidenses muertos y tendrás que explicar esto e ir a su funeral».

A pesar del foco que hay sobre Washington por el resurgimiento de los talibanes, los ciudadanos parecen más preocupados por otros asuntos, como la todavía incontrolable pandemia de coronavirus. Un miembro que trabajó en la campaña de Biden dijo: «Es difícil imaginar que en las elecciones de medio mandato o en las del 2024 la retirada de Afganistán se habrá afrontado y centrado. Estas cosas habitualmente parecen urgentes, y las implicaciones, desmesuradas en el momento. Pero al final del día, los votantes se preocupan por las cosas que les afectan a ellos y a sus familias».

Algunos aliados de Biden temen que les haya dado a la oposición una baza que utilizará mientras permanezca en el poder. Los republicanos ya están tratando de capitalizar la idea de que Biden «ha perdido» Afganistán y eso implicaría una responsabilidad directa si los talibanes ejecutan a los afganos que colaboraron con los estadounidenses. «Lo que podría hacer daño es que los republicanos puedan decir: “Bien, la jodiste en Afganistán”».

No está claro cuánto ni cómo presionó Joe Biden para poner fin a la guerra en todos estos años. En un debate en las primarias demócratas del año pasado, el dirigente demócrata dijo que estaba «totalmente en contra de construir una nación en Afganistán». No obstante, no es así como lo recuerdan algunos diplomáticos que trabajaron en el país. Es indiscutible que la mayoría de la gente no recuerda lo que dijo Biden en el 2002, que se contradice con sus declaraciones actuales: «Creo que la historia nos va a juzgar con mucha dureza si permitimos que la esperanza de un Afganistán liberado se esfume porque tememos la frase de “construir una nación’’».

El presidente tendrá que asumir parte de culpa en el atentado 

Parte del discurso que dio Biden en el 2020 como candidato a la presidencia se basó en que devolvería competencias a una Casa Blanca que las necesitaba con urgencia. Contrató a expertos y aportó la experiencia que consiguió como vicepresidente de Obama y como presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado. Para críticos de la retirada como Ryan Crocker, que los talibanes impidieran a la gente abandonará el país tras la caída del Gobierno afgano respaldado por EE.UU. socavó esa imagen.

En el 2011 formé parte de un pequeño grupo de reporteros que viajaron a Afganistán con Biden en el Air Force Two. Recuerdo la manera en que vino a la parte de atrás del avión y charló con la prensa, apoyándose en los asientos durante las turbulencias, mientras sus ayudantes impedían que perdiera el equilibrio. Con sus gafas de sol y su chaqueta bomber, recorrió un centro de entrenamiento de casi 9.000 hectáreas y vio cómo soldados afganos tomaban el control de un edificio. En el palacio presidencial, Biden dijo: «No es nuestra intención gobernar ni crear una nación. Es la responsabilidad de los afganos, y están totalmente preparados para ello». 

Los recuerdos son limitados, los votantes podrían llegar a olvidar el caos en el aeropuerto de Kabul y Biden podría sacar rédito por dar por terminada la implicación de EE.UU. en una guerra que nadie quería, tal y como la gente de su círculo ha predicho. Pero lo que pase después no es solo responsabilidad de los afganos, también es del presidente estadounidense. Ante un ataque terrorista en Afganistán, como así ha sido, Biden tendrá que asumir su parte de culpa. «Más que las cosas horribles que puedan pasar en Afganistán a mujeres y niñas, temo por el daño en el liderazgo de EE.UU., que Biden prometió recuperar», señaló Ryan Crocker.

Peter Nicholas cubre la información de la Casa Blanca para The Atlantic. ©2021 The Atlantic Monthly Group. Distribuido por Tribune Content Agency. Traducido por Sara Pérez