La vacuna no fracasó en Israel ni hay más vacunados ingresados

Gabriela Consuegra
Gabriela consuegra REDACCIÓN / LA VOZ

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HENRY NICHOLLS

En España, el 85 % de los hospitalizados no estaban vacunados

30 ago 2021 . Actualizado a las 09:04 h.

Los negacionistas están contentos porque dicen tener, finalmente, pruebas de que las vacunas no funcionan. Se trata de las cifras que dio a conocer Israel sobre la ocupación hospitalaria de pacientes con covid-19 y que, entre otras variables, desglosa los que estaban vacunados y los que no. Luego de una simple suma, proclamaron que eran más los hospitalizados vacunados -60 % contra un 40 % de no vacunados- y lo difundieron. Sin embargo, han vuelto a equivocarse. Tres expertos explican por qué.

«En epidemiología lo vivimos con frecuencia. Se presentan estos datos y la primera interpretación es: ‘Uy, aquí hay más gente vacunada, entonces las vacunas no deben funcionar’», explica Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona. «Pero esta interpretación no contempla cuánta gente está vacunada, a qué grupo de edad pertenecen y cuál es el riesgo que tendrían de ingresar según este factor», recuerda. «Si se analizan por grupos y se relativizan, los datos cambian», indica.

Lo primero a tener en cuenta: en Israel como en España, el porcentaje más alto de población vacunada está en las personas de más edad y mayor riesgo, porque fueron los grupos que se inmunizaron primero. «Como hay mucha más gente vacunada en estas franjas, y sabemos que las vacunas no protegen al 100 %, es lógico que se puedan producir infecciones y que incluso parezca que son más entre los vacunados que entre los no vacunados», explica Trilla. O lo que es lo mismo: «Como hay más vacunados, aunque se infecte un porcentaje pequeño, los números absolutos serán mayores. Pero en números relativos (el porcentaje), el riesgo que tienen los vacunados que pertenecen a este grupo es mucho más bajo que el de los no vacunados» acota. En resumen: «Los datos absolutos no reflejan la realidad de la menor incidencia de casos graves y muertes», zanja Trilla.

«Es fácil de entender: si vacunamos al 100 % de la población, todos los ingresos que se produzcan sucederán entre los vacunados», señala Pedro Rascado, intensivista del CHUS y asesor de la Xunta sobre la pandemia. Será así a pesar de que ingresen 10 casos de 10.000, pero esto no indicaría que la vacuna no es eficaz. «Demuestra todo lo contrario», afirma el experto. Por eso es tan importante interpretar los datos porcentualmente y en su contexto. «No hay más que comparar cuántos enfermos hay hospitalizados y en la uci en este onda y cuántos ingresaban en las ondas anteriores con incidencias iguales o menores», explica Rascado. «Esa comparación tan sencilla nos demuestra la eficacia de la vacuna», apunta.

Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, es claro: «Esta ola, sin la vacuna, hubiera sido terrorífica, dramática». «Si con esta incidencia no hubiésemos tenido protegidos a nuestros mayores y a las personas más vulnerables, aquellas imágenes dantescas de una fila de ataúdes en el Palacio del Hielo de Madrid se hubieran multiplicado por cinco», afirma. «Afortunadamente el impacto que están teniendo las formas graves de la enfermedad en estos grupos, gracias a la vacuna, ha sido muy bajo», indica.

Partiendo entonces de la probada efectividad de las vacunas, según García Rojas, hay varias circunstancias que pueden influir en que un vacunado termine hospitalizado. Por ejemplo: «Que recibiera el pinchazo cuando ya estaba incubando el virus o que se infectara en los días inmediatamente posteriores a haber recibido la segunda dosis, cuando la protección que genera aún no es óptima». «Pero no podemos pasar por alto que la vacuna, como cualquier otro fármaco, no tiene una eficacia del 100 %, aunque oscila alrededor del 90 %», recuerda el experto canario. «Eso quiere decir que, lamentablemente, habrá un porcentaje de personas que, aún vacunadas, resulten contagiadas y puedan acabar ingresadas», explica.

Los especialistas recuerdan que la edad es el factor de riesgo más importante y eso no ha cambiado con la vacuna. «Hay que mirar la probabilidad de ingreso que tenían los mayores de 80 años antes de vacunarse y la que tienen ahora, que es muchísimo menor», indica Rascado, «pero eso no significa que estén protegidos al 100 % y por eso insistimos en que la vacuna no es la única medida y hay que mantener las demás». «La probabilidad de infectarse e ingresar en el hospital disminuye muchísimo con la vacuna, pero si estamos muchas veces en contacto con el virus, porque está circulando entre la población y la situación no está controlada, nos exponemos a más oportunidades en las que infectarnos y las posibilidades de contagio van aumentando», insiste.

Pero lo importante aquí es no perder el foco: «La correlación entre vacunados y no vacunados que ingresan es muy favorable para los primeros», insiste Amós García Rojas. Además, asegura que entre un 80 % y un 85 % de los ingresados en España son personas no vacunadas, por lo que apenas un 10 % o 15 % de los vacunados requieren hospitalización. «Esta enfermedad ya ha ocasionado más de 4 millones de muertes en el mundo. Ese es uno de los platos de la balanza. En el otro, están los posibles efectos secundarios, generalmente leves, que tiene la vacuna. Mi pregunta para los que aún dudan es: ¿Con qué plato te prefieres quedar?», reflexiona el especialista.