Bolsonaro amenaza al Supremo tras sacar a la calle a decenas de miles de seguidores

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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«O el jefe de ese poder lo pone firme, o ese poder puede sufrir aquello que no queremos», dijo el mandatario

08 sep 2021 . Actualizado a las 08:50 h.

Ataviado con la banda presidencial y a bordo de un Rolls Royce pilotado por el tricampeón mundial de Fórmula 1 Nelson Piquet, llegó el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a un programado baño de masas en la capital, Brasilia, minutos antes de pronunciar un discurso calificado de golpista por los principales medios del país.

El líder ultraderechista lleva semanas criticando duramente al Tribunal Supremo, que ha abierto investigaciones en su contra por difundir noticias falsas y amenazas a la democracia, un caso que ha llevado recientemente a prisión a varios seguidores del presidente.

«No queremos pelear con ningún poder, pero no podemos admitir que una persona turbe nuestra democracia y ponga en riesgo nuestra libertad», dijo, refiriéndose, de forma indirecta, al juez Alexandre de Moraes, que lleva la investigación por amenazas contra la democracia. «O el jefe de ese poder lo pone firme, o ese poder puede sufrir aquello que no queremos», dijo, en unas declaraciones que han sido muy criticadas por la oposición.

Bolsonaro y su entorno habían convocado grandes manifestaciones con motivo del 199.º aniversario de la independencia de Brasil. Decenas de miles de personas abarrotaron este martes las calles de Brasilia, Río de Janeiro y São Paulo en apoyo al presidente, algunos con pancartas en las que pedían una intervención militar y la destitución del Supremo.

Partidarios del presidente Jair Bolsonaro se manifiestan por la avenida Paulista, en São Paulo
Partidarios del presidente Jair Bolsonaro se manifiestan por la avenida Paulista, en São Paulo Fernando Bizerra | EFE

Un grupo de intelectuales izquierdistas de todo el globo, entre ellos el filósofo estadounidense, Noam Chomsky, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, habían firmado una misiva la víspera alertando de la posibilidad de que las marchas de este martes acabasen en un autogolpe o una ruptura del orden constitucional.

«En vez de sumar, [Bolsonaro] estimula la división, el odio y la violencia», criticó el expresidente Lula da Silva, que lidera las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones del 2022.

El discurso de Bolsonaro no fue criticado solo por la izquierda. En el seno del PSDB, el histórico partido del centroderecha brasileño, se calificó como «grave» la intervención y se convocó una reunión para este miércoles con el objetivo de discutir un posible impeachment contra el presidente, según CNN Brasil.

A las calles también salieron miles de opositores, en contramarchas convocadas, también, en las principales ciudades.

Momento de debilidad

Las manifestaciones se producen en un momento de debilidad de Bolsonaro. Apenas el 24 % de los brasileños apoyan su gestión, según la última encuesta de la firma Ipec, pese al evidente músculo que mostraron este martes los seguidores del presidente en las calles.

Brasil vive una crisis sanitaria, con 580.000 muertos por la pandemia mundial de coronavirus, y también económica. La inflación se ha situado en el 9 %, en el acumulado de los últimos 12 meses, mientras el real se devaluaba. Solo en Venezuela, Argentina y Haití se superan las subidas de precios de Brasil.

Bolsonaro cree poder ganar las elecciones del 2022. Mantiene un pulso con el Congreso y el Tribunal Electoral para sustituir el voto electrónico, vigente desde 1996, y que no ha recibido una sola denuncia, argumentando que generará fraude. El Legislativo rechazó la propuesta presidencial y se granjeó duras críticas del líder brasileño y su entorno.