La oposición exige la dimisión de Marlaska por la falsa denuncia homófoba en Madrid

Fran Balado / Caterina Devesa MADRID | LA VOZ

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Alejandro Martínez Vélez | EUROPA PRESS

El ministro defiende su actuación y Sánchez pide que el caso «no impida describir la realidad que sufren personas de muchas orientaciones sexuales»

10 sep 2021 . Actualizado a las 13:39 h.

La oposición vuelve a reclamar en bloque la dimisión de Marlaska. Cuando todavía quedan los rescoldos por la paralización judicial de las devoluciones de menores en Ceuta, el ministro del Interior se vuelve a ver involucrado en una nueva disputa política en la que el PP, Vox y Cs exigen al unísono su salida del Gobierno. En este caso, como consecuencia de la denuncia falsa interpuesta en Madrid por un ataque de encapuchados a un joven en pleno centro al que le grabaron a cuchillo en el glúteo la palabra «maricón» y que, tal y como él mismo admitió, nunca se produjo.

«Llueve sobre mojado, no puede seguir un día más», dijo Pablo Casado, lamentando la «utilización» y la «politización» de estos casos para «acusar a otros partidos». El presidente del PP denunciaba así una supuesta instrumentalización por parte del Gobierno «intentando señalar» unas siglas, asunto que consideró una «irresponsabilidad».

En Santiago, Feijoo llamó a «ser respetuoso y no usar los hechos delictivos en beneficio propio y en perjuicio político ajeno», deplorando la «demagogia» con este tipo de casos, especialmente si llega «desde un ministerio».

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hilvanó este episodio con otras cuestiones. «Ni grupos de homófobos, ni terroristas mandando balas y navajas», dijo, en relación a las supuestas amenazas de muerte contra Marlaska o Pablo Iglesias en la antesala de las elecciones de Madrid, «ni grupos de expertos», en referencia al supuesto comité que guio al Ejecutivo en la toma de decisiones durante la pandemia. «La izquierda se va al abismo», vaticinó Ayuso.

En Vox pidieron no solo la dimisión de Marlaska, sino la de todo el Gobierno, «en bloque», puntualizó Rocío Monasterio. Por su parte, Arrimadas señaló directamente el exmagistrado: «Es para dimitir o para cesarle», dijo en Antena 3.

«Una lacra social»

Marlaska afirmó ayer que ni se plantea presentar su renuncia al presidente «por hacer frente a una lacra social». El ministro defendió su actuación al afirmar que «nunca instrumentaliza» este tipo de cuestiones, sobre las que reclamó a las fuerzas de la oposición que «no banalicen».

En su visita a Gijón, Sánchez se refirió ayer también a este asunto: «Esa denuncia falsa no puede impedir describir lo que es verdad, la realidad que sufren personas de muchas orientaciones sexuales por el hecho de ser como son», afirmó. El Gobierno decidió mantener para hoy la reunión de la comisión de seguimiento contra los delitos de odio que convocó de urgencia tras trascender la falsa agresión.

El joven de Malasaña podría no ser sancionado o enfrentarse una multa de seis a doce meses

El joven de veinte años que este miércoles confesó ante la policía que no había sufrido ningún ataque homófobo en Malasaña, sino que las lesiones fueron fruto de una relación consentida con dos hombres, podría enfrentarse a una multa de seis a doce meses por simulación de delito. Esto se debe a que los hechos no encajarían en el tipo penal que implica una denuncia falsa y que sí conllevaría a una pena de seis meses a dos años de cárcel.

Consultado por Europa Press, el abogado penalista Juan Gonzalo aclara que la calificación jurídica de la actuación del chico encaja en el artículo 457 del Código Penal, ya que «el tipo penal del delito de denuncia falsa (tipificado en artículo 456) implica que la denuncia se hubiese dirigido contra persona determinada, y, en el caso concreto, el joven se refirió a personas encapuchadas que no son determinadas, por lo que, en su caso, su actuar podría ser subsumible en el delito de simulación de delito».

Fuentes de la investigación indicaron ayer a Efe que los agentes ya enviaron el atestado completo de la investigación, con la confesión del joven, a los juzgados de la Plaza de Castilla, y será la Fiscalía la que decida si lo acusa y pide la imputación de simulación de delito. En caso de no hacerlo, el caso será archivado.

«Quiero que me trague la tierra»

Según recoge el diario ABC, los investigadores, que manejaban la posibilidad de que el joven conociese a sus supuestos atacantes, lograron que confesase tras decirle: «No podemos consentir que el colectivo LGTBI esté atemorizado, y que haya altercados o se ataque a policías en la manifestación. Tienes que contarnos la verdad». Así, el joven se derrumbó y declaró: « Solo quería que me curaran las heridas y que se mantuviera mi identidad en secreto. Se me fue de las manos». En su explicación, el chico añadió que tras ver las marcas de la agresión en la nalga, llamó a su novio, quien le hizo unas curas, y lo acompañó al centro de salud, en donde una enfermera le explicó que si eran fruto de una agresión, por protocolo, tenía que dar parte a la policía. Así, decidió denunciar para evitar que su pareja descubriese que se dedica al sexo a cambio de dinero y que había sido un cliente el que le grabó «maricón» en un glúteo.

A pesar de que el joven confesó que las agresiones fueron consentidas, fuentes policiales recalcan que «el que sea un contexto consentido no implica que a alguien le guste que le causen heridas físicas ni cómo ocurrió», y apelan a la calma. En este sentido, los agentes ponen de ejemplo las agresiones o vejaciones que a veces deben soportar quienes se dedican a la prostitución.

Tras la confesión, el chico se trasladó a su domicilio, en donde dijo a los reporteros que lo esperaban: «No quiero hablar con nadie, lo único que quiero es que me trague la tierra».