Desmovilización, presión a Aragonés y lucha por la primacía entre ERC y Junts

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19 sep 2021 . Actualizado a las 09:22 h.

La mesa de diálogo ha causado una crisis abierta en el Gobierno catalán, ya que Junts, socio de ERC, no ha participado.

DIVISIONES INTERNAS

Presión a Aragonès. Para Arbós, una de las consecuencias de la mesa de diálogo es «la desmovilización de una parte del independentismo, que reclama una unidad que no se consigue, y un cierto aislamiento de Junts ante medios de comunicación catalanes que no habían llegado nunca a críticas tan duras por su actitud». Cree que Aragonès aguantará la presión «porque la alternativa es poner en riesgo su presidencia en unas elecciones anticipadas y el desconcierto de parte de sus votantes». «No se deben magnificar esas divisiones internas. El Gobierno catalán nació con ellas y seguirá lastrado por ellas», afirma Barrera. «Lo ocurrido no es sino un episodio más de la lucha por el poder y la influencia que mantienen los dos partidos desde hace años», señala. «Sánchez ya dio el paso más costoso para su Gobierno, los indultos, ahora le toca a Aragonès aguantar la presión del independentismo unilateral», sostiene Fumanal. En su opinión, «las fuerzas que quieren abandonar el camino común son las que sacarían réditos del descarrilamiento de este proceso de distensión».

GOBIERNO CATALÁN

Daño colateral. «Aragonès también logra dar un golpe en la mesa, pero el daño colateral resulta ser un mayor cisma dentro de su gobierno y además abrir la puerta al relato de un posible adelanto electoral en cuanto se cumpla un año de dicho gobierno, ya que el estatuto catalán impone ese plazo mínimo de un año», afirma Martínez. Según el analista, «habrá que estar atentos a cómo lidian con sus diferencias mientras ejercen el gobierno catalán como socios». Aunque no cree que «el gobierno se rompa, porque el poder lo puede todo y otro adelanto electoral les señalaría ante la ciudadanía. Pero «probablemente se agudice la separación entre ambas partes, pasando a existir dos gobiernos paralelos en Cataluña».

EL ESCENARIO

Batalla de larga duración. «De cara a obtener la primacía en el sector independentista, Junts necesita distanciarse, siquiera sea tácticamente, de Esquerra; de ahí lo sucedido estos días, que posiblemente vuelva a repetirse en otros episodios posteriores. Es una batalla de larga duración», considera Barrera. «Tampoco hay que olvidar que, desde el entorno de ERC, también llamaron traidor a Puigdemont en el 2017 cuando parecía que iba a convocar elecciones en vez de declarar la independencia», explica. «Todo mínimo gesto va a ser aprovechado políticamente por el ‘eterno rival’ para desgastar al otro. Perder el poder ha sido un duro golpe para los de Puigdemont», concluye.