Sánchez saca rédito político de la mesa de diálogo y la división del independentismo

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,  y el del PSC en el Parlamento catalán, Salvador Illa, toman un café en Barcelona tras celebrarse la segunda reunión de la mesa del diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el del PSC en el Parlamento catalán, Salvador Illa, toman un café en Barcelona tras celebrarse la segunda reunión de la mesa del diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat. Lorena Sopêna | Europa Press

Los expertos consultados creen que el presidente sale beneficiado de la reunión

19 sep 2021 . Actualizado a las 09:21 h.

En su reunión del pasado miércoles, Pedro Sánchez y Pere Aragonès blindaron la continuidad de la mesa de diálogo, boicoteada por Junts, socio de gobierno de ERC, y denunciada duramente por el PP, Vox y Ciudadanos. Los expertos consultados por La Voz consideran que Sánchez sale beneficiado.

Valoración de la reunión

Ni minusvalorarla ni sobrevalorarla. Carlos Barrera estima que «ni hay que minusvalorarla ni hay que sobrevalorarla». Y lo explica: «No se puede minusvalorar porque forma parte de una estrategia clara y manifiesta del Gobierno Sánchez para rebajar el tono del conflicto catalán y asegurarse el apoyo político de ERC en el Congreso, y ambos fines son importantes a medio y largo plazo». Pero «tampoco debe sobrevalorarse porque las posturas de ambas partes ‘negociadoras’ o ‘dialogantes’ (cada una emplea un término diferente) siguen a años luz de distancia en cuanto a los temas mollares que Aragonès no se cansa de repetir: amnistía y referendo de autodeterminación, difícilmente asumibles por cualquier gobierno de la nación».

SÍMBOLOS

Imagen de normalidad. Xavier Arbós valora «positivamente» la reunión de la mesa. «No por sus resultados, que desconocemos, sino por lo que simboliza: el intento de situar en el plano del diálogo político el conflicto catalán», sostiene. «El diálogo siempre es positivo cuando es dentro de la ley y de la democracia», afirma Verónica Fumanal. «Estábamos acostumbrados a que la presencia del Gobierno de España en Cataluña fuera muy menor o dentro de un fuerte dispositivo policial, fruto de las protestas», añade. «La imagen de normalidad que se vivió no es noticia en sentido periodístico, pero es una gran noticia para la convivencia», concluye.

Santiago Martínez señala que siempre ha defendido que «el diálogo era la vía en democracia para solucionar las diferencias existentes, sobre todo tras la altísima tensión de años atrás que, sin duda, desgastó a todas las partes». Dicho diálogo «fue parte de la propuesta electoral en la primera victoria de Sánchez y ayuda por lo tanto a calmar los ánimos y reducir la el estado de tensión existente».

En su opinión, «esto beneficia al Gobierno de Sánchez, ya que es una medalla que permanentemente va a colgarse, y si bien ahora es cauto porque las conversación recién comienza, conforme se acerquen las venideras fechas electorales, será más expresivo usando el contraste entre la gestión del conflicto del PP con Mariano Rajoy a la cabeza, y su gestión actual». Además de todo esto, «la opinión pública fuera de Cataluña puede percibir que la jugada le sale bien a Sánchez porque se encuentra con el previsible regalo de la división entre los independentistas, algo que ya apunté al matizar que dichas conversaciones/negociaciones tendrían tres partes y no dos».

¿QUIÉN VA GANANDO?

Beneficia a Sánchez. Para Arbós, va ganando «el Gobierno central, tiene su desgaste ante la oposición y parte del electorado del PSOE, pero la división del independentismo realza, por contraste, la imagen de su fortaleza». Martínez coincide: «El Gobierno central, ya que el independentismo se muestra dividido y porque empieza a ganar la batalla del relato y del lenguaje, al imponerse el término mesa de diálogo en vez de negociación». «Sánchez lo único que necesita es que ERC no se levante de la mesa, siga conteniendo al independentismo unilateral y que las calles continúen apaciguadas», asegura Fumanal. «La alternativa fue la vía unilateral en lo político y la contención policial para frenar el descontento y la frustración en la calle, claramente un escenario nefasto», recuerda.

resultado

Empate que conviene a ambos. «Estamos en los primeros compases del partido, como se diría en el argot futbolístico, los dos equipos se están estudiando, sin asumir excesivos riesgos», analiza Barrera. «El empate a cero todavía les conviene a ambos, si bien el independentismo no es un bloque monolítico: está ERC, por una parte, que tiene la sartén por el mango al presidir la Generalitat, y Junts por la otra, tratando de hacerse ver y jugando a la confrontación y la provocación», explica. «De lo que no cabe duda es de que a Sánchez le viene bien ganar tiempo sin hacer concesiones drásticas al independentismo por temor a que le pase factura electoral», concluye.

REACCIÓN DEL PP

Puede volverse en contra. Martínez considera que «será interesante ver la reacción de Pablo Casado porque si decide plantar batalla en este frente estaría legitimando el marco/relato de Sánchez y, si no tiene algo diferente que decir respecto a Vox o Ciudadanos, podría volvérsele en contra, ya que acción siempre vence a reacción y nuevamente Casado aparecería reaccionando de un modo muy simple e hiperbólico respecto a la percepción generalizada de la opinión pública».

Desmovilización, presión a Aragonés y lucha por la primacía entre ERC y Junts

 

Enrique Clemente

La mesa de diálogo ha causado una crisis abierta en el Gobierno catalán, ya que Junts, socio de ERC, no ha participado.

DIVISIONES INTERNAS

Presión a Aragonès. Para Arbós, una de las consecuencias de la mesa de diálogo es «la desmovilización de una parte del independentismo, que reclama una unidad que no se consigue, y un cierto aislamiento de Junts ante medios de comunicación catalanes que no habían llegado nunca a críticas tan duras por su actitud». Cree que Aragonès aguantará la presión «porque la alternativa es poner en riesgo su presidencia en unas elecciones anticipadas y el desconcierto de parte de sus votantes». «No se deben magnificar esas divisiones internas. El Gobierno catalán nació con ellas y seguirá lastrado por ellas», afirma Barrera. «Lo ocurrido no es sino un episodio más de la lucha por el poder y la influencia que mantienen los dos partidos desde hace años», señala. «Sánchez ya dio el paso más costoso para su Gobierno, los indultos, ahora le toca a Aragonès aguantar la presión del independentismo unilateral», sostiene Fumanal. En su opinión, «las fuerzas que quieren abandonar el camino común son las que sacarían réditos del descarrilamiento de este proceso de distensión».

GOBIERNO CATALÁN

Daño colateral. «Aragonès también logra dar un golpe en la mesa, pero el daño colateral resulta ser un mayor cisma dentro de su gobierno y además abrir la puerta al relato de un posible adelanto electoral en cuanto se cumpla un año de dicho gobierno, ya que el estatuto catalán impone ese plazo mínimo de un año», afirma Martínez. Según el analista, «habrá que estar atentos a cómo lidian con sus diferencias mientras ejercen el gobierno catalán como socios». Aunque no cree que «el gobierno se rompa, porque el poder lo puede todo y otro adelanto electoral les señalaría ante la ciudadanía. Pero «probablemente se agudice la separación entre ambas partes, pasando a existir dos gobiernos paralelos en Cataluña».

EL ESCENARIO

Batalla de larga duración. «De cara a obtener la primacía en el sector independentista, Junts necesita distanciarse, siquiera sea tácticamente, de Esquerra; de ahí lo sucedido estos días, que posiblemente vuelva a repetirse en otros episodios posteriores. Es una batalla de larga duración», considera Barrera. «Tampoco hay que olvidar que, desde el entorno de ERC, también llamaron traidor a Puigdemont en el 2017 cuando parecía que iba a convocar elecciones en vez de declarar la independencia», explica. «Todo mínimo gesto va a ser aprovechado políticamente por el ‘eterno rival’ para desgastar al otro. Perder el poder ha sido un duro golpe para los de Puigdemont», concluye.