La semana grande de Yolanda Díaz

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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Yolanda Díaz, con el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, el pasado día 9 en Barcelona tras visitar la zona afectada por el plan de ampliación del aeropuerto de El Prat al que ella se opone y que los empresarios defienden.
Yolanda Díaz, con el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, el pasado día 9 en Barcelona tras visitar la zona afectada por el plan de ampliación del aeropuerto de El Prat al que ella se opone y que los empresarios defienden. Alejandro García | EFE

La vicepresidenta segunda se impone a Calviño en la batalla social y mediática

19 sep 2021 . Actualizado a las 09:22 h.

Se sientan juntas en el banco azul del Congreso. Y las caras de una cuando interviene la otra en las sesiones de control se han convertido en un termómetro para medir la temperatura de sus diferencias políticas. Las dos gallegas en el Consejo de Ministros, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y titular de Economía, y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, mantienen desde hace tiempo un pulso político, con el presidente Pedro Sánchez como árbitro, en torno el alcance y los tiempos de las medidas que impulsa el Ejecutivo para compatibilizar la recuperación económica y la agenda social.

En esa batalla, cortés en las formas, pero intensa en el fondo, la titular de Trabajo parece haber tomado la delantera y se ha apuntado en los últimos días casi todos los triunfos. En el Boletín Oficial del Estado, y también en los medios. La aprobación de una nueva subida del salario mínimo interprofesional, pactada por Díaz con los sindicatos sin el plácet de la patronal, y su entrada en vigor desde el mes de septiembre, han dejado descolocada a Calviño, que apostaba primero por posponer la medida, luego por pactarla con la CEOE, y después, ya consumada, porque entrara en vigor a partir de octubre.

Y, aunque Calviño sí ha conseguido que Sánchez rechace de plano la propuesta de Unidas Podemos de crear una empresa pública energética como solución a la subida indiscriminada de la luz, Díaz ha implantado el discurso de que ha sido la presión que ella ha ejercido, como referente de su formación en el Ejecutivo, la que ha llevado a Sánchez a enfrentarse por primera vez a las compañías energéticas detrayéndoles sus «beneficios caídos del cielo» para ponerlos en manos de los consumidores.

Un liderazgo transversal

Díaz se ha apuntado estos tantos sin perder por ello el papel de conciencia crítica de Sánchez en el Gobierno. Su presencia en el espacio natural de La Ricarda, en Barcelona, defendiendo la paralización de la ampliación del aeropuerto de El Prat por su impacto ecológico, le permite erigirse en líder de la causa verde en el Ejecutivo y, al tiempo, en interlocutora predilecta de los independentistas de ERC en plena reapertura de la mesa de diálogo.

La semana grande de Yolanda Díaz se cerró con la publicación de la encuesta del CIS, en la que aparece como la líder mejor valorada, por encima del propio presidente del Gobierno. Las tripas de ese sondeo contienen datos muy significativos. Entre los votantes de Unidas Podemos, Díaz es valorada con un 7,1. Entre los del PSOE, Sánchez solo alcanza un 6,6. Y en julio, último mes en el que el CIS incluyó la valoración de los ministros, los votantes del PSOE daban mejor nota a Díaz (6,46) que a Calviño (6,45).

Pero quizá el dato más sorprendente es que Díaz, que acaba de prorrogar el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, obtiene mejor nota entre los votantes del PP (3,1) que el propio Sánchez (2,4). Hasta los de Vox le dan a la titular de Trabajo un 2,5 frente al 1,7 que otorgan al líder socialista.

Aupada a esa transversalidad, esa capacidad de diálogo con los sindicatos y (hasta ahora) con la patronal, y esa conexión con los medios, virtudes que nunca tuvo Pablo Iglesias, Díaz se lanza a liderar un proyecto que trasciende las marcas de Podemos y de IU, partidos en los que no milita (solo tiene carné del PCE), tratando de unificar a todo lo que haya a la izquierda del PSOE bajo la bandera social, feminista y ecologista. En esta última semana, ha sumado también el apoyo del ministro Alberto Garzón para encabezar ese proyecto. Pero, por ahora, sus principales rivales en esa ambición están más dentro que fuera de su formación.