El buque Ramón Margalef analiza contra reloj el agua antes de que llegue la lava del volcán de Cumbre Vieja

Susana Zamora COLPISA | MÁLAGA

ACTUALIDAD

XOAN CARLOS GIL

Once científicos trabajan desde el domingo en la recogida de muestras para conocer los efectos del volcán en el mar

28 sep 2021 . Actualizado a las 20:23 h.

A algo más de un kilómetro de la costa palmera, once científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) trabajan contra reloj desde el pasado domingo. A bordo del buque Ramón Margalef, desplazado de emergencia desde Vigo hasta La Palma, no hay descanso porque el tiempo juega en su contra: tienen que analizar la morfología del fondo submarino y estudiar las propiedades físico-químicas del agua antes de que la colada de lava alcance el mar.

«Tener la oportunidad de estudiar un proceso geológico activo es muy especial, algo extraordinario, porque en geología la mayor parte de los procesos evolucionan a velocidades muy lentas», expresa Juan Tomás Vázquez, geólogo malagueño y uno de los científicos embarcados en esta expedición. Junto a él, geólogos y biólogos se afanan en recoger muestras de las aguas antes de que la lengua de fuego se adentre en el Atlántico y lo cambie todo. Aunque aún no ha llegado la lava, las cenizas del volcán llevan nueve días «lloviendo» por la zona alterando el equilibrio marino.

Vázquez trabaja desde el 2011 en el proyecto Vulcana, un estudio que arrancó hace exactamente una década coincidiendo con la erupción del volcán submarino Tagoro, en la isla de El Hierro. «Desde entonces trabajamos en la monitorización de los procesos volcánicos más relevantes en Canarias, como ocurrió en El Hierro, pero también contamos con importantes datos de partida gracias al trabajo realizado hace tres años en la zona por el Ángeles Alvariño, buque gemelo del Ramón Margalef, cuando se empezaron a detectar enjambres sísmicos y el magma despertó».

El objetivo primordial ahora es recoger muestras para conocer cómo está en estos momentos el fondo del mar (a donde ya ha llegado la ceniza), pero también el agua a distintos metros de profundidad para registrar temperatura, salinidad, PH o concentraciones de oxígeno disuelto. Para ello, cuentan con un equipo (roseta oceanográfica), que está equipado con botellas para recoger muestras de agua a distintos niveles para su posterior análisis en el laboratorio y tiene múltiples sensores para anotar en tiempo real cualquier variación.

Así, cuando llegue la colada volcánica volverán a recoger muestras del fondo marino, del agua y de organismos para tener una imagen completa del funcionamiento del sistema volcánico de La Palma y evaluar los efectos de la lava en el ecosistema marino.

Mediante el uso de ecosondas, se han realizado cartografías para analizar la deformación sobre la morfología del terreno. Además, se están estudiando las propiedades del agua para detectar anomalías y la posible existencia de flujos magmáticos.

Enorme choque térmico

A estas horas todo es incertidumbre, pero los científicos del Ramón Margalef ya trabajan con unas previsiones para cuando la lava incandescente llegue al mar y se produzca el enorme choque térmico y una gran nube de humo: «Aumentará su temperatura y parte de los gases que se liberen acabarán en el agua, con lo que producirá un aumento de la acidez del PH que afectará negativamente a aquellos microorganismos que viven en el fondo del mar y que tienen menos movilidad para escapar», avanza Vázquez, quien no oculta el efecto «especialmente pernicioso» que puede tener sobre los corales de la zona por su sensibilidad a las altas temperaturas y la acidez del agua.

La recogida de muestras de corales es relevante dado que son capaces de almacenar gases precursores de las emisiones volcánicas y tener así, un marcador biológico de la secuencia completa del proceso eruptivo bajo el mar. Y esto es es mucho decir.

«Todo el conocimiento que podamos reunir nos va a permitir prever cómo serán otros acontecimientos futuros. Si mejoramos los modelos predictivos, tendremos más herramientas para proteger a la población de esta isla y, en este sentido, el compromiso del IEO con la sociedad canaria es total», zanja Vázquez.