Teresa Ribera busca ideas para modificar la tarifa regulada de la luz y estabilizar el precio

F. Fernández LA VOZ

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Alberto Ortega

El diseño actual del precio doméstico, del que disfrutan casi once millones de consumidores, está vapuleado por los fuertes vaivenes del mercado mayorista de electricidad

01 oct 2021 . Actualizado a las 19:32 h.

El Ministerio para la Transición Ecológica, dirigido por Teresa Ribera, ha abierto una consulta pública para buscar ideas que alumbren una modificación de la tarifa regulada de la electricidad, la que pagan casi once millones de consumidores domésticos (con potencias contratadas de hasta diez kilovatios). Los demás, unos 16 millones, mantienen contratos de suministro en el mercado libre.

Desde el 2014, el precio de esa modalidad, supervisada por el Ejecutivo y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, está vinculado directamente a las cotizaciones que arroje el mercado mayorista de electricidad, que se caracteriza por su extrema volatilidad pues cada hora cuesta diferente. Además, permite que los consumidores vulnerables se beneficien del bono social, con descuentos del 25 % y el 40 %, en función de la renta familiar, y tengan acceso a otras protecciones adicionales, como el reciente suministro mínimo vital.

Pero, aunque es la opción más barata, el bucle alcista en el que está inmersa la electricidad al por mayor en los últimos meses -que cotiza en máximos históricos- ha obligado al Gobierno a replantearse el diseño de esa tarifa, «puesto que traslada íntegra y rápidamente las oscilaciones del mercado mayorista a hogares y pymes, aunque esta mayor volatilidad no se traduzca en mayores precios a largo plazo», explica el ministerio.

Por eso, Ribera busca propuestas para cambiar el modelo en aras de reducir la volatilidad y optimizar su diseño con vistas al proceso de transición energética. De hecho, el ministerio reconoce que la inestabilidad de precios puede acentuarse aún más a medida que avance el cambio hacia un modelo de generación eléctrica con renovables.

De hecho, la alternativa que se baraja es cambiar la referencia de precios para que deje de ser el mercado mayorista y se establezca una tarifa más estable, pero más cara, como ocurre en otros países del entorno. Eso era lo que ocurría también en España hasta el 2014, cuando el precio de la electricidad doméstica se fijaba en subastas trimestrales. 

Pero las organizaciones de consumidores OCU y Facua están en contra de desvincular la tarifa de los precios reales de mercado porque, aunque sean más inestables, son los más baratos. 

OCU y Facua, en contra

Pero las organizaciones de consumidores OCU y Facua están en contra de desvincular la tarifa de los precios reales de mercado porque, aunque sean más inestables, son los más baratos. En cambio, esa es una de las recetas que defienden las compañías eléctricas para proteger a los consumidores de los vaivenes del mercado mayorista. El sector aboga, en realidad, por la desaparición del precio regulado (que quedaría reservado solo para las familias más vulnerables) de modo que todos los contratos se suscriban en el mercado libre. En este, las tarifas suelen ser fijas, pero más caras, y aunque no están vinculadas directamente a la cotización al por mayor de la electricidad, sí lo están de forma indirecta y cuando toque renovar contratos se actualizarán los precios al alza.