Italia decide en las elecciones locales el destino de los partidos nacionales

valentina saini BOLONIA / E. LA VOZ

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Conte, con la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, en el cierre de campaña
Conte, con la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, en el cierre de campaña Cecilia Fabiano | Europa Press

El M5E y el PD buscan remontar en un momento delicado para Salvini

03 oct 2021 . Actualizado a las 10:44 h.

Millones de italianos acudirán hoy y mañana a las urnas para elegir a sus alcaldes. Se vota en más de mil municipios, entre ellos ciudades importantes como Roma, Turín, Nápoles, Bolonia y Milán. Giulia, una jubilada de Bolonia, asegura que irá a votar tras preparar su famosa lasaña para la comida familiar. «Votaré al candidato de izquierdas, Matteo Lepore, aunque durante años he votado a la Democracia Cristiana». También hay quien no votará, como Alessandro, estudiante universitario: «Habría votado al candidato de izquierdas, pero no quiero apoyar al Partido Demócrata [PD, centro-izquierda] porque sostiene el Gobierno de derechas de Mario Draghi».

Como suele ocurrir en Italia, unas elecciones locales se han convertido en una votación de calado nacional. Debido al creciente poder del primer ministro Draghi, el panorama político está cambiando rápidamente, y todos los líderes de los principales partidos parecen estar en apuros. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), debilitado por el tira y afloja entre su fundador Beppe Grillo y el ex primer ministro Giuseppe Conte, corre el riesgo de perder Turín y sobre todo Roma.

El PD suele obtener buenos resultados en las municipales (la victoria de sus candidatos Beppe Sala en Milán y Matteo Lepore en Bolonia se da por descontada), pero necesitará el apoyo del M5E en las ciudades donde se prevé que habrá segunda vuelta, como Roma. Muchos, incluido el ex primer ministro y padre espiritual del partido, Romano Prodi, confían en un eje entre PD y M5E. Pero algunos temen que el compromiso sin pasión entre los dos partidos dé lugar a un frágil matrimonio de intereses. Además, el control del secretario del PD, Enrico Letta, se está debilitando, y el partido parece frágil en un Gobierno en el que el hombre más influyente, detrás de Draghi, es Giancarlo Giorgetti de la Liga ultraderechista de Matteo Salvini.

Debilidades

«El PD y el M5E pueden seguramente encontrar un entendimiento común sobre amplios puntos programáticos, pero en este momento ambos necesitan consolidarse tras un período de declive», explica Andrea Ceron, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Universidad de Milán. «La auténtica prueba serán las próximas elecciones generales, pero todo apunta a una alianza preelectoral centrada en el medio ambiente y el bienestar, temas importantes para la base electoral de ambos partidos», añade.

Salvini, secretario del partido más fuerte de Italia, también está en apuros. Luca Morisi, su jefe de comunicación, tuvo que dimitir por un escándalo, y el propio Salvini está siendo presionado por dos hombres muy poderosos del partido: el ministro Giorgetti y el presidente de la región del Véneto, Luca Zaia. «El soberanista Matteo Salvini es el pasado, la Liga cambiará en profundidad, igual que Vox en España o el Rassemblement National de Le Pen en Francia», dice a La Voz un abogado del nordeste en muy buena relación con importantes miembros de la Liga en su región.

Annarita Criscitiello, profesora de sistema político italiano en la Universidad Federico II de Nápoles, señala: «La fisura dentro de la Liga ha surgido hace un tiempo, y es entre la línea más gubernamental de Giorgetti, y la de Salvini». Si la Liga no obtiene unos buenos resultados en las elecciones municipales, es probable que Giorgetti, Zaia y otros hombres fuertes de la Liga intenten quitarle poder a Salvini, o incluso forzar su dimisión.

El resultado de esta elección también influirá en otra: la de la Presidencia de la República, que se celebrará en febrero. A muchos les gustaría sustituir al actual jefe de Estado, Sergio Mattarella, por Mario Draghi, y convertir al exbanquero en el árbitro del destino de Italia durante siete años. Hay quien empieza a compararle con Charles de Gaulle.

«Draghi se parece cada vez más a un primer ministro prestado, le tiran de la chaqueta en todas las direcciones», observa Criscitiello. «Las próximas elecciones del presidente de la República abren muchas incógnitas».