Aplausos a los reyes y pitos al presidente del Gobierno en el desfile del 12 de octubre

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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La mejora sanitaria permite la recuperación de la normalidad institucional

13 oct 2021 . Actualizado a las 16:42 h.

En la Moncloa se lo esperaban. Aunque el pasado año el desfile militar por la Fiesta Nacional fue reducido a consecuencia de la pandemia, contaban con precedentes no tan lejanos de que habría pitos, de ahí que intentasen proteger al presidente del Gobierno retrasando al máximo su aparición en la tribuna desde donde las autoridades asisten al paso de las tropas. Sánchez apareció en el Paseo de la Castellana tan solo dos minutos antes de que llegase Felipe VI, confiando en que los aplausos al monarca se solapasen con los abucheos al secretario general socialista. Pero los esfuerzos del equipo de protocolo fueron en vano, y la pitada a Pedro Sánchez por parte de los asistentes fue atronadora. Los gritos de «¡Fuera, fuera!» o «¡Sánchez dimisión!» se intercalaron con silbidos y algún insulto, un recibimiento que contrastó con el cariño que la multitud congregada en plaza de Lima dedicó a los reyes y a la infanta Sofía. La princesa Leonor no pudo viajar a Madrid por el protocolo que mantienen en el colegio de Gales en el que estudia. A la conclusión de la parada militar, la escena se volvió a repetir cuando los protagonistas abandonaban la Castellana. Aplausos para unos y pitos para otros, fundamentalmente para Sánchez, que acaparó las críticas, pero también para otros integrantes del Gobierno.

La mejora de la situación sanitaria permitió que la Fiesta Nacional recuperara cierta normalidad institucional, aunque el desfile de tropas fue en un formato más reducido del habitual, así como la tradicional recepción de los reyes en Palacio Real, en donde por cuestiones de aforo se cursaron menos de 200 invitaciones (en la última edición fueron 1.300), el besamanos fue guardando la distancia de seguridad y no hubo cóctel. Según contaron los asistentes, no hubo ni agua mineral, para evitar así que la gente se quitara la mascarilla bajo el pretexto de estar bebiendo.

Junto a los integrantes de la Casa Real y a los miembros del Gobierno (fallaron Garzón, Castells y Maroto), en la tribuna estaban los altos cargos del Ejército, las cabezas visibles del Poder Judicial y representantes políticos como el presidente del PP, Pablo Casado; el líder de Vox, Santiago Abascal; y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Ausencias de Feijoo y Page

También los presidentes autonómicos. Como es habitual, no acudieron los representantes de Cataluña y del País Vasco. Tampoco lo hizo el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, un clásico en la Fiesta Nacional, pero que esta vez se quedó en Galicia para preparar el Debate sobre el Estado de la Autonomía, que arranca hoy y se prolongará hasta el viernes. También causó baja en esta edición Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, que se encuentra de viaje oficial en Bruselas.

El lema del desfile de este año fue Servicio y compromiso, como reconocimiento al papel del Ejército durante la pandemia, en catástrofes naturales como Filomena, en la erupción del volcán de La Palma o en la evacuación de ciudadanos afganos. Según datos de Efe, participaron en el desfile 2.656 militares (en el 2019 l o hicieron 4.200), 68 aeronaves y 115 vehículos. También un carnero, como mascota oficial del cuerpo de legionarios, que desfiló con rango de cabo.