Pedro Sánchez cierra el congreso del PSOE reivindicando la «socialdemocracia frente al neoliberalismo» para sortear la crisis

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado VALENCIA | ENVIADO ESPECIAL

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Biel Aliño | EFE

Promete abolir la reforma laboral, la ley mordaza y la prostitución

17 oct 2021 . Actualizado a las 21:00 h.

Solo Pedro Sánchez podía ser el encargado de detonar la traca final del 40 Congreso Federal que el PSOE celebró el fin de semana en Valencia y del que salió refrendado como secretario general con sus compromisos de derogar la reforma laboral del PP —como reclamaron el día anterior los máximos dirigentes de los sindicatos UGT y CC.OO., Pepe Álvarez y Unai Sordo— y la ley mordaza, así como abolir la prostitución. El partido exhala energía positiva gracias a la unidad que su líder ha logrado reconstruir. El presidente valenciano, Ximo Puig, lo definió así: «Pedro, has logrado encajar el puzle sin dejar fuera ninguna pieza».

Unidad territorial, ya que ni un solo barón cuestiona su liderazgo; unidad intergeneracional, escenificada ayer en el abrazo con Felipe González, al que Sánchez citó más de una decena de ocasiones en su discurso; y unidad de acción. Salvo excepciones como Galicia o Madrid, todavía pendientes de que se resuelvan los procesos de primarias, el partido está listo para afrontar el próximo ciclo electoral que, excepto que el presidente del Gobierno cambie de opinión, culminará en el 2023 con las generales.

La estrategia parece haber cambiado. Recientemente, las apelaciones a la «ultraderecha» o a la «extrema derecha» eran constantes como recurso para movilizar al electorado progresista. Ahora pasa por advertir sobre los riesgos que correrá el Estado del Bienestar si el PP llega al poder, «quienes quieren convertir la salud en una mercancía y no en un derecho», dijo Sánchez, reivindicando la «socialdemocracia frente al neoliberalismo».

El presidente del Gobierno insistió con la diferencia en las respuestas ante la crisis entre uno y otro partido. El «sálvese quien pueda» popular tras el 2008, frente «al que utilizamos nosotros, protegiendo a más de tres millones y medio de trabajadores con los ERTE». Al PP también le acusó de «utilizar» políticamente el terrorismo contra el Gobierno, justo cuando están a punto de cumplirse diez años de la disolución de la banda terrorista, algo que aconteció bajo el Gobierno de Zapatero, tal y como recordó el secretario general socialista. Sánchez también cargó contra Génova por haber intentado «emplear un atajo para llegar al poder» cuando «estábamos concentrados en salvar vidas» durante la pandemia.

Biel Aliño | EFE

La movilización será fundamental, pero los resultados dependerán también en buena parte de la capacidad que tenga el PSOE para concentrar el voto progresista en torno a sus siglas, especialmente en un momento en el que el espacio a su izquierda se encuentra en plena reestructuración. A ellos también pareció enviarles un mensaje: «Llevamos 142 años de vida, y los socialistas seguiremos aquí, con las mismas siglas, cuando otros hayan mudado de nombre siete veces más», presumió.

Dentro de ese lado del tablero hay varias banderas en juego. Sánchez cuestionó ante un plenario entregado por las razones por las que los partidos verdes no acaban de arrancar en España. «La razón es la misma que con el feminismo, porque ya hay un partido feminista y un partido ecologista, y se llama PSOE», dijo. Una de las últimas batallas está en la respuesta ante los problemas relacionados con la salud mental, «un problema real, pero poco visible en nuestro país», sobre el que se comprometió a «renovar la estrategia antes de que acabe el año».

Por último, Sánchez se esforzó en reivindicar su acción al frente del Ejecutivo, es decir, su capacidad de gestión, especialmente a su respuesta frente a la pandemia, y también en subrayar la credibilidad de la que disfruta. Esto último, en clara defensa frente a la oposición, desde donde se le acusa de faltar a su palabra constantemente. «Somos reconocibles porque cumplimos con nuestros compromisos. No hemos llegado al ecuador de esta legislatura y, en plena pandemia», subrayó, «subimos el salario mínimo, concedimos Ertes, ayudas a autónomos..», detalló el presidente. «Dijimos que aprobaríamos una nueva ley de educación, de eutanasia... dicho y hecho. Este es un Gobierno que cumple con su palabra», afirmó.

Sánchez sale reforzado y como líder absoluto de un partido que lo aclama como a una estrella de la música o del fútbol. A su entrada al plenario, el secretario general tardó al menos 20 minutos en recorrer los 200 metros que le separaban de la primera fila debido a los abrazos, a los saludos y a los selfis que le reclamaba la militancia. Según los organizadores del Congreso Federal, este domingo se dieron cita 9.500 personas, 1.500 por encima de la cifra ofrecida por el PP hace dos semanas en el cierre de Casado de la convención nacional.