Colin Powell, de héroe en Vietnam a arrepentido defensor de la invasión de Irak

Rosa Paíno
R. Paíno REDACCIÓN

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Colin Powell sostiene un vial con supuestamente ántrax iraqui, durante la defensa de la invasión de Irak en el 2003 en la ONU.
Colin Powell sostiene un vial con supuestamente ántrax iraqui, durante la defensa de la invasión de Irak en el 2003 en la ONU. Ray Stubblebine | Reuters

El general de cuatro estrellas, primer afroamericano en ocupar el cargo de secretario de Defensa de EE.UU., falleció a los 84 años debido a complicaciones por el covid-19

19 oct 2021 . Actualizado a las 08:37 h.

 Colin L. Powell será recordado como el primer afroamericano en ocupar el cargo de secretario de Estado de EE.UU. y por su defensa en la ONU de la invasión de Irak, de la que años más tarde se arrepintió. Este lunes falleció a los 84 años debido a complicaciones causadas por el covid-19. A pesar de estar vacunado, estaba inmunodeprimido por un tratamiento contra un mieloma múltiple (un tipo de cáncer de médula ósea), según el comunicado de la familia, en el que señala que han perdido «a un extraordinario y cariñoso esposo, padre, abuelo, y a un gran estadounidense».

Su vida es la clásica historia del sueño americano cumplido. Su procedencia de una familia humilde no le impidió sumar una exitosa carrera militar y política durante más de cuatro décadas. Colin Luther Powell nació en el barrio neoyorquino de Harlem el 5 de abril de 1937. Hijo de inmigrantes jamaicanos, creció en el sur del Bronx y se graduó en el City College de Nueva York, tras unirse al ROTC (Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva), un programa para promocionar y becar a oficiales universitarios. Inició así una carrera militar de 35 años, en la que ascendió rápidamente en el escalafón castrense hasta convertirse en general de cuatro estrellas y en el primer y más joven afroamericano en ocupar la jefatura del Estado Mayor Conjunto.

Conoció a su mujer, Alma Vivian Johnson, en una cita a ciegas, y se casaron en agosto de 1962. El día de Navidad de ese mismo año aterrizó a Saigón como uno de los miles de asesores enviados por el presidente John F. Kennedy para apoyar al Ejército survietnamita en la guerra contra el Vietcong comunista. Resultó herido al pisar un punji (una estaca de madera escondida en el suelo y usada como trampa explosiva) y, a su regreso a EE.UU., en 1968, fue condecorado con el Corazón Púrpura al sobrevivir a un accidente de helicóptero y rescatar a otros tres soldados del aparato en llamas. Aunque también se le acusó de blanquear la investigación de la masacre de cientos de civiles, incluidos niños, en My Lai a manos de soldados estadounidenses.

Tras una época como asistente militar del entonces secretario de Defensa, Caspar Weinberger, en 1987 se convirtió en asesor de seguridad nacional del presidente Ronald Reagan, en esa época tuvo que lidiar con las guerras sucias en Centroamérica, incluido el escándalo de Irán-Contra en Nicaragua, y con los estertores de la Guerra Fría, al participar en las negociaciones sobre los tratados de armas en la nueva era de cooperación con el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov.

Ya como jefe del Estado Mayor Conjunto (1989-1993, durante el mandato de George Bush), fue el organizador de la invasión de Panamá (1989) y de la guerra del Golfo en 1991, tras la invasión de Kuwait por Sadam Huseín.

Cuando se retiró del Ejército en 1993, Powell era una de las figuras públicas más populares en Estados Unidos, por lo que fue cortejado tanto por republicanos como demócratas, e incluso coqueteó con una candidatura a la presidencia.

Regresó a la política en enero del 2001 al ser nombrado por el recién elegido presidente George W. Bush como secretario de Estado, un estreno tumultuoso con los atentados del 11S y la intervención en Afganistán en busca de Osama Bin Laden. Considerado un pragmático, y defensor de las alianzas internacionales, se opuso en un primer momento a la invasión militar de Irak, pero finalmente cedió a las presiones del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el vicepresidente Dick Cheney.

El propio Powell describió como una «mancha» en su trayectoria política su defensa ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en febrero del 2003, de que Sadam Huseín tenía armas de destrucción masiva para justificar la invasión de Irak. Las pruebas con las que Powell apoyó sus acusaciones -entre ellas el famoso vial conteniendo supuestamente ántrax iraquí-, se las había proporcionado la CIA y contradecían los informes de los inspectores de la ONU. Las armas nunca aparecieron.

Críticas a Donald Trump

Dejó el cargo al final del primer mandato de Bush, en plena intensificación de la guerra en Irak, con crecientes dudas sobre si debería haber hecho más para oponerse a ella. Sobre la actual situación en Irak, Powell comentó que «seguramente no existiría el caos que existe, si hubiéramos hecho las cosas de manera diferente».

Aunque era miembro del Partido Republicano, se desmarcó en los últimos años de los conservadores. Dio un contundente respaldo a Barack Obama, en el 2016 pidió el voto por Hillary Clinton y el pasado año por Joe Biden, tras acusar a Trump de ser una «desgracia nacional». Tras el asalto del Capitolio del pasado enero, sentenció que ya no se consideraba republicano.