El «chemsex» pone en riesgo el control de infecciones de transmisión sexual

La Voz REDACCIÓN

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Una encuesta con participación española, respecto a hombres que tienen sexo con otros hombres, decía que el 14,1 % lo había practicado con uso de drogas

20 oct 2021 . Actualizado a las 13:44 h.

La práctica de chemsex es «una preocupación creciente» en España por su «grave impacto» sobre el control de las infecciones de transmisión sexual, según han resaltado expertos con motivo del nuevo webinar chemsex que organizan SEISIDA y Gilead dentro del programa de formación online VIH ES 2.0 Ir más allá de la indetectabilidad.

Tal y como  informa Efe, el chemsex se define como el uso de sustancias psicoactivas (mefedrona, GHB/GBL, metanfetamina) antes o durante las relaciones sexuales. Principalmente, se da entre colectivos como hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, perfiles especialmente vulnerables a los riesgos y daños asociados a su práctica.

Aunque resulta difícil conocer la verdadera magnitud de esta práctica de riesgo al darse, en gran medida, en circuitos clandestinos de sustancias ilegales y en la opacidad de las aplicaciones con geolocalización, en España existe una preocupación creciente por este fenómeno, ya que puede facilitar no solo infecciones de transmisión sexual, sino también ocasionar otros problemas y complicaciones para la salud que pueden llegar a ser muy graves.

De hecho, según revela la encuesta EMIS-2017, un sondeo europeo online entre hombres que tienen sexo con hombres y en la que participaron 10.652 residentes en España, de aquellos que habían tenido relaciones sexuales en los 12 meses anteriores, el 14,1 % había practicado chemsex en ese período y el 7,6 % en las últimas cuatro semanas; una tasa que incluso se elevaba en algunos subgrupos, como el de hombres con VIH.

Esta preocupación en aumento se abordará en este nuevo evento, que aborda los factores comunitarios y hospitalarios de este fenómeno que se ha popularizado, y que contará con la presencia de Jorge Garrido, de Apoyo Positivo, que hablará sobre Un modelo comunitario de prevención de chemsex, y del doctor Jesús Troya, del Hospital Infanta Leonor de Vallecas de Madrid, cuya ponencia se centrará en la Prevención chemsex desde el medio hospitalario.

Según el Informe sobre chemsex en España de la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida y el Grupo de trabajo sobre chemsex Ministerio de Sanidad, es necesario un enfoque multidisciplinar para el diseño de nuevas estrategias de prevención, la disminución de riesgos y la reducción de daños teniendo en cuenta los recursos del Sistema Nacional de Salud (SNS). Para ello, se hace preciso contar con la colaboración de las organizaciones no gubernamentales que trabajan directamente con la población LGTBI y su experiencia en este campo.

«Frente a esta problemática en el uso sexualizado de drogas, especialmente en núcleos urbanos, Apoyo Positivo diseñó un programa de respuesta al chemsex multidimensional y multiabordaje desde la perspectiva de la comunidad, que igualmente ha ido evolucionando desde su inicio, en servicios y conexiones con los recursos especializados de adicciones y salud mental del sistema de salud pública», expone Garrido.

Además, apunta que la pandemia del covid ha impactado directamente a este problema de salud pública, por lo que es necesario «priorizar su abordaje más que nunca, a diferentes niveles, por el impacto que tiene cada vez en más personas, y su salud mental, y en el control de infecciones, como el VIH, hepatitis u otras de transmisión sexual».

Por ello, no solo es importante conocer cómo es la problemática del chemsex actual, «sino tener en cuenta el proceso de la pandemia en ella y el alcance estructural y comunitario que está cogiendo en nuestras ciudades».

Para el doctor Troya, resulta esencial entender el porqué del auge del chemsex y, para ello, afirma que «hay que hacer un cambio en la forma en la que se aborda esta situación en las consultas hospitalarias». En este sentido, apuesta por «normalizar y validar» esta situación, ya que «a muchas personas les resulta difícil hablar de sexo y drogas»; «ser transparente», ser capaz de hacer preguntas en la consulta sobre el consumo de drogas para entender las necesidades y darla mejor atención; y «evitar juicios u opiniones». Y añade que hay que preguntar «siempre», tanto en la primera visita, cuando se aprecia una posible complicación relacionada con el chemsex y de forma periódica. Además, señala que se deben abordar tanto los aspectos psicopatológicos como aquellos relacionados con ITS.