Sánchez respalda a Nadia Calviño en su batalla con Yolanda Díaz por la reforma laboral

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Pedro Sánchez, este martes, en la sesión de control al Gobierno en el Senado
Pedro Sánchez, este martes, en la sesión de control al Gobierno en el Senado David Fernández

El jefe del Ejecutivo responde a Unidas Podemos que el compromiso asumido en el acuerdo de coalición es el de «actualizar las normas laborales», evita hablar de derogación y niega que haya «injerencia» de la vicepresidenta primera

03 nov 2021 . Actualizado a las 10:47 h.

Las diferencias entre la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en torno la derogación de la reforma laboral han elevado al máximo la tensión entre los dos socios de coalición. Unidas Podemos solicitó este viernes la convocatoria «urgente» de la mesa de seguimiento del acuerdo de Gobierno para revisar «la gestión y ejecución de los compromisos de coalición» ante lo que consideran una «injerencia» de la titular de Economía en unas negociaciones con los agentes sociales que competen a la titular de Trabajo. Algo que el socio minoritario del Ejecutivo considera «muy grave».

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, arropó sin embargo a Calviño y dejó claro que se trata de una «reforma estructural» que afecta a cinco ministerios —Economía, Trabajo, Hacienda, Seguridad Social y Educación— y por tanto la participación de Calviño y de los titulares de otros departamentos no es ninguna «intromisión», sino «colaboración, coordinación y aporte por parte de todos los ministerios». «Negocia el Gobierno», sostuvo Sánchez ante la pretensión de Yolanda Díaz de dirigir en solitario la negociación con patronal y sindicatos. «La reforma es del Gobierno de España», insistió, precisando que esa reforma estará culminada antes de que concluya el año.

A pesar de que en el reciente congreso del PSOE Sánchez se comprometió a «poner punto final» a la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy, Sánchez ha indicado hoy que el actual Ejecutivo «tiene un acuerdo de investidura, un acuerdo de coalición» en el que figura el «compromiso de actualizar las normas laborales en nuestro país», obviando cualquier referencia a la derogación integral de la norma.

«Queremos hacerlo de la mano de los empresarios y los sindicatos para cumplir el compromiso asumido con al Unión Europea», indicó, precisando que fue él quien dio la «orden» de que otros ministerios trabajen coordinados en la reforma, y no la vicepresidenta Calviño. Puso para ello como ejemplo de la ley de Vivienda, en la que intervinieron varios ministerios, y no solo el de Fomento, al que corresponde la competencia, o de los Presupuestos, en cuya negociación participaron miembros de Unidas Podemos, y no solo la ministra de Hacienda.

Aunque el PSOE se mostró dispuesto a aceptar la petición de que se convoque la comisión de seguimiento del pacto de Gobierno, rechazó hacerlo de forma urgente, como solicitan sus socios. Los socialistas trataron de restar trascendencia a las diferencias y las enmarcaron en las dificultades que conlleva cualquier Ejecutivo entre dos partidos. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, señaló que la coalición «goza de buena salud» y recordó que «en los últimos años se ha avanzado en el 90 % de los acuerdos comprometidos y hasta un 21% en el último año». «Hay una salud estupenda», zanjó Rodríguez.

 El protagonismo de la titular de Trabajo molesta al PSOE 

El origen de la crisis desatada en el Gobierno está en unas declaraciones de Nadia Calviño el pasado jueves en el Congreso Confederal de Comisiones Obreras, en las que pidió «superar el debate sobre las reformas o contrarreformas laborales» y apostó por aprobar «un paquete equilibrado de cambios que modernicen el mercado laboral», pero sin hablar de derogación. «Ha habido encuentros y contactos preliminares, pero de momento no se ha iniciado la fase de negociación», señaló, en contradicción con lo que ha venido sosteniendo Yolanda Díaz, que asegura que lleva meses de negociaciones con los agentes sociales y que los trabajos para la derogación completa de la reforma laboral están «muy avanzados».

La vicepresidencia de Asuntos Económicos envió un escrito a los ministerios acerca de la preparación de ese reforma, señalando que asumía la coordinación de las negociaciones en torno a la nueva normativa laboral. Y fue entonces cuando Díaz estalló y Unidas Podemos exigió una reunión urgente de la comisión de seguimiento del pacto. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, publicó un mensaje en Twitter en el que solicitaba la convocatoria de la comisión de seguimiento del acuerdo de coalición. «Necesitamos abordar la gestión y ejecución de los compromisos de coalición», añadía.

Al PSOE, la crisis no le cogió por sorpresa. El malestar de Calviño, y de todo el sector socialista del Ejecutivo, con la actitud y el protagonismo que Yolanda Díaz viene asumiendo de forma unilateral en todo lo que afecta a la reforma laboral era patente en los últimos días, por tratarse de un asunto que afecta a todo el Gobierno, como ayer explicó Pedro Sánchez.

Garamendi apoya a Calviño

Los socialistas sostienen que el acuerdo al que se había llegado con Díaz era el de que arrancara el diálogo con los agentes sociales en lo que afecta a la contratación, pero no que asumiera compromisos individualmente en otras materias como los ERTE, que afectan a otros departamentos como Seguridad Social y deben ser pactados con todo el Ejecutivo. Díaz, sin embargo planteó la pasada semana su propia propuesta sobre la nueva normativa de los ERTE sin consultarlo ni con Calviño ni con ningún otro miembro del Gobierno.

La tesis de Sánchez recibió el respaldo del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que negó que Europa exija la «contrarreforma». Señaló que el mercado laboral incide de forma «decisiva» en la economía y por tanto el Ministerio de Economía y el resto de departamentos afectados pueden «opinar y hablar».