La nueva ley antitabaco ampliará la prohibición a espacios al aire libre

Paula Avendaño
Paula Avendaño REDACCIÓN / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

La norma que prepara el Gobierno prohibirá fumar en terrazas, parques o estadios

29 abr 2022 . Actualizado a las 20:24 h.

En España está prohibido fumar en cualquier lugar al aire libre donde no se pueda guardar una distancia mínima de dos metros entre personas. Una restricción que llegó de forma temporal y a golpe de pandemia, pero que puede quedarse. Al menos en parte. El Ministerio de Sanidad trabaja desde hace meses en una nueva ley antitabaco que prohibirá su consumo en lugares públicos como parques, terrazas, paradas de autobús o estadios deportivos. No solo eso, terminar con la causa de muerte de cinco millones de personas al año en todo el mundo pasa también por subir los precios y no apartar la mirada de los cigarrillos electrónicos.

Todo esto lo dan por hecho varias entidades médicas y así lo comunicó el pasado 7 de octubre, la subdirectora de Salud Pública, Pilar Campos. Fue precisamente durante una ponencia en el Congreso de Prevención y Control de Tabaquismo. Campos anunció la necesidad de una nueva normativa en la que «ya trabajan» a nivel interno. De hecho, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ve inminente la presentación del primer borrador de la norma. Su presidente, el doctor Carlos Jiménez admite que la cosa va por buen camino: «Hemos hablado con el Ministerio en varias ocasiones sobre los aspectos que están valorando modificar, parece que a mediados de noviembre tendrán el primer avance que podrán compartir con nosotros», explica.

Ampliar los espacios sin humo a otros lugares públicos es una medida a la que ya se comprometió el anterior titular del ministerio, Salvador Illa, pero que para los expertos no es suficiente. «La regla debería ser no fumar en espacios donde haya gente, así de sencillo», sentencia Andrés Zamorano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Un argumento que ya tiene ejemplo práctico. El pasado agosto, cuando España estaba a las puertas de la quinta ola de la pandemia, hasta siete comunidades ampliaron la prohibición de fumar en terrazas a todo tipo de circunstancias, incluso aunque entre los clientes hubiese la distancia recomendada. Una medida que para Zamorano «no ha tenido ningún impacto económico en la hostelería, que nosotros sepamos». 

Precio

Combatir el consumo de tabaco no pasa solo por restringirlo, sino que la norma en la que trabaja el Ministerio es más ambiciosa. Sobre la mesa está subir los precios y equiparar la fiscalidad de los dispositivos liberadores de nicotina, es decir, los cigarrillos electrónicos o vapeadores. En cuanto a la cuestión económica, no se ha hecho pública ninguna cifra concreta. Eso sí, los responsables del Ministerio de Sanidad ya admiten reuniones con sus vecinos de Hacienda para avanzar al respecto.

Para Andrés Zamorano, el paquete de tabaco debería costar en España, como mínimo, diez euros. No es un número al azar. Sino que nuestro país está a la cola en cuanto a precios. Una cuestión en la que «nos parecemos más a Nigeria, que a Francia». En el país vecino la cajetilla sobrepasa los 11 euros. Una cifra todavía lejos de los 25 dólares (21 euros) que cuesta en Australia.

Sobre los productos de liberación de nicotina la idea es equipararlos al tabaco. Esto quiere decir que el cigarrillo electrónico o los vaporizadores pasarán a ser lo mismo, en términos legales, que un cigarro convencional. Si esto sucede, no podrán fumarse en espacios sin humo, ni publicitarse o venderse de forma atractiva. Lo cierto es que la promoción de estos dispositivos ha aumentado rápidamente, sobre todo en redes sociales. Y no son precisamente menos peligrosos. No generan combustión, ni llevan nicotina, pero son igual de dañinos para la salud que el tabaco. Lo dice la propia Organización Mundial de la Salud: «Son intrínsecamente tóxicos y contienen sustancias cancerígenas». 

Empaquetado

La última de las asignaturas pendientes que también puede estar en el foco del Gobierno es el empaquetado neutro. Esta medida restringe la apariencia de los envases: todos deben tener un color uniforme, sin logos ni marca. Una restricción que ya ha sido implantada en varios países . Los estudios realizados hasta el momento indican que la medida contribuye a reducir la prevalencia del consumo de tabaco.

¿Cómo son las normativas de otros países del mundo? 

El país sin humos existe. Se trata de Turkmenistán, un pequeño estado de Asia Central. Según la OMS, tan solo un 8 % de sus ciudadanos consumen tabaco. No en vano, es una de las dictaduras más herméticas del mundo y la prohibición de fumar en cualquier espacio público es respetada a raja tabla.

En cuanto al resto de la geografía mundial, hay medidas que ponen el foco en diferentes aspectos. Algunos optan por crear cada vez más espacios sin humo. A la cabeza de esta lista está Suecia. Desde el 2019 está prohibido consumir tabaco al aire libre en terrazas o incluso andenes de tren. «España puede ser de las pioneras en este campo», asegura el doctor Andrés Zamorano, que no conoce otros países en los que se aplique una normativa similar.

Otros gobiernos apuestan por otras estrategias, las más conocida las de encarecer el precio o atacar aspectos publicitarios. Australia es uno de los estados más concienciados en este sentido. Llevan regulando el empaquetado de las cajetillas desde el 2006 y han conseguido un descenso de la prevalencia del tabaquismo de un 15 %. Irlanda, por su parte, fue el primer país en prohibir el consumo de tabaco en los vehículos en los que viajasen menores. Una medida en la que le siguieron Reino Unido o Francia.

La OMS publica anualmente un informe con los avances que se van produciendo a nivel mundial. El último remarca la actuación de un pequeño país del Caribe: Santa Lucía. Esta isla caribeña pasó de una laxa regulación a prohibir fumar en lugares públicos y espacios de trabajo.