El golpe de efecto de Meghan Markle y el príncipe Enrique en la alfombra roja

Martín Bastos

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JASON SZENES | Efe

Los duques de Sussex combinaron el glamur de Hollywood con los símbolos militares en un acto en memoria de los veteranos de guerra celebrado en Nueva York

11 nov 2021 . Actualizado a las 16:28 h.

El príncipe Enrique y Meghan Markle volvieron a pisar en la noche del miércoles una alfombra roja, un gesto más para ir ganando protagonismo poco a poco en la agenda social de Estados Unidos, el país en el que se han instalado después de dejar atrás a la familia real británica. Su salida pública tuvo lugar con motivo de la celebración del Día de los Veteranos en Estados Unidos, que coincide además con el Día del Recuerdo en el Reino Unido, dos fechas en las que se conmemora el final de la Primera Guerra Mundial.

Este acto, titulado Salute to Freedom (Saludo a la libertad), se celebró en el Intrepid Museum, en el West Side de Nueva York. Meghan Markle eligió para la ocasión un espectacular vestido rojo de Carolina Herrera con un gran escote y una voluminosa falda que tenía una pronunciada abertura en la parte delantera y una sofisticada lazada detrás.

La aparición de los duques de Sussex constituyó todo un golpe de efecto para dar un impulso a su proyección en Estados Unidos, donde intentan ganar relevancia pública buscando su papel entre la libertad que supone el haberse desprendido de la monarquía británica y el boato que todavía les proporcionan el título y la sangre azul.

Por eso la pareja se vistió para la ocasión con todo el glamur de una gala de Hollywood pero sin renunciar a los símbolos de la realeza. Meghan Markle lucía en la solapa de su vestido la amapola roja que constituye el distintivo del Día del Recuerdo y que la familia real luce cada año con gran solemnidad como homenaje a las fuerzas armadas británicas. El príncipe Enrique, por su parte, también llevaba en su americana de Giorgio Armani su amapola y un gran número de insignias militares, así como la cruz del Caballero Comandante de la Real Orden Victoriana, que colgaba del cuello junto a la pajarita.

A la entrada del acto, una periodista le preguntó a la exactriz si estaba orgullosa de su marido por haber sido invitado a este acto, una cuestión que Markle no dudó en contestar con una frase rotunda: «Siempre estoy orgullosa de él».

Hace unos días Meghan Markle recibió críticas tanto en Estados Unidos como el Reino Unidos por haberse dedicado a telefonear personalmente a senadores demócratas y republicanos para pedirles que voten a favor de implantar en EE.UU. el permiso de maternidad retribuido, una causa que ha decido abanderar. Varios políticos expresaron su sorpresa por haber recibido la llamada en su teléfono personal y por el hecho de que Markle hubiese conseguido su número privado sin el conocimiento de estos. 

Otra cosa que causó extrañeza fue que en esas llamadas la mujer del príncipe Enrique se presentaba así: «Soy Meghan Markle, duquesa de Sussex». En el seno de los Windsor no ha gustado que Markle vincule su título a una causa que consideran política.

El mes pasado, la exactriz remitió una carta al Congreso de Estados Unidos en la que reivindicaba que se promueva la conciliación familiar y se establezca un permiso retribuido para los nuevos padres. La carta, publicada en el portal de la organización «Paid leave for all», iba dirigida al líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Chuck Schumer, y a su presidenta, Nancy Pelosi. En ella decía hablar no como «una funcionaria electa, ni tampoco una política», sino como madre.