La extrema derecha y la izquierda, favoritas en los comicios presidenciales de este domingo
20 nov 2021 . Actualizado a las 09:08 h.Chile celebra este domingo la primera vuelta de unas elecciones presidenciales cruciales, no solo a nivel interno, sino también en clave regional. El país andino elegirá a su nuevo líder después de las protestas del 2019, que dejaron, al menos, 31 muertos. Las urnas dirimirán también quién ganó el relato de la crisis.
El ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric son los favoritos para pasar a la segunda vuelta, en un país donde el centro ha sido fagocitado por opciones más radicales, una constante en la región latinoamericana. Ambos se mueven en una horquilla que comprende entre el 19 % y el 30 % de los votos en las encuestas, aunque Kast ha tomado la delantera recientemente.
Por detrás, a una distancia superior a los diez puntos, se encuentran Yasna Provoste y Sebastián Sichel, los postulados por el centroizquierda y el oficialismo centroderechista. No está descartado, en cualquier caso, su acceso a la segunda vuelta, que se celebrará el 19 de diciembre.
Indecisos y abstención
Entre el 20 % y el 50 % de los chilenos no saben todavía a quién van a votar y en el resultado final influirá también la participación. Las urnas no interesan a los chilenos. En las elecciones regionales más recientes, apenas acudió a votar un 20 % del padrón.
No son buenos tiempos para el oficialismo. El presidente Piñera, cuya popularidad no supera el 16 %, acaba de salvar su sillón en La Moneda. La oposición promovió un juicio político en su contra, después de que su nombre apareciese en los papeles de Pandora. El Senado ha acabado salvando al mandatario, pero el caso ha diezmado las opciones del oficialismo, llevándose por delante a Sichel, y favoreciendo a Kast, que ha justificado en numerosas ocasiones la dictadura de Augusto Pinochet y aboga por un modelo de orden, estabilidad económica y mano dura contra la inmigración, en un país donde la conflictividad social está al alza. Piñera declaró en octubre el estado de excepción en las provincias del sur del país ante el incremento en la actividad de grupos indígenas mapuches, que reclaman la autonomía del territorio y han realizado numerosos actos de sabotaje, que el Gobierno considera terroristas.
Las elecciones no solucionarán la extremada polarización del país, y podrían generar, además, una crisis de gobernabilidad. Este domingo se celebran también comicios parlamentarios y todas las encuestas vaticinan un Congreso muy dividido.
José Antonio Kast, el ultraderechista que reivindica a Pinochet
El abogado ultraderechista José Antonio Kast (Santiago de Chile, 1966) se ha situado, contra todo pronóstico, primero en las encuestas de intención de voto de cara a la cita de este domingo, aunque lo tendría difícil en una segunda vuelta.
Su candidatura comenzó a crecer a finales de diciembre, cuando un grupo de ciudadanos de una ciudad norteña destruyó un campamento de migrantes venezolanos.
Kast ha propuesto mano dura contra la inmigración y excavar una zanja en la frontera para evitar la llegada de simpapeles.
Es la segunda vez que se presenta a la presidencia. Fue cuarto en el 2017, alcanzando el 7,93 % de los votos, cifra que va a pulverizar ahora, después de que incluso miembros del actual Gobierno le hayan dado su apoyo.
Kast reivindica los modelos de Donald Trump y Jair Bolsonaro, aunque se expresa sin las salidas de tono de esos dos políticos.
Está en contra del aborto, del matrimonio igualitario, y propone seguir al pie de la letra el neoliberalismo clásico instaurado por el dictador Augusto Pinochet.
Asegura que no respalda las violaciones de los derechos humanos, pero ha defendido, al mismo tiempo, el período pinochetista.
En la campaña del 2017 llegó a decir que si Pinochet estuviera vivo, habría votado por él. Es el candidato, asimismo, de buena parte de los nostálgicos de la dictadura.
Gabriel Boric, el líder izquierdista que aglutina el voto de protesta
Gabriel Boric (Punta Arenas, 1986) saltó a la palestra política hace una década, cuando lideró las fuertes protestas estudiantiles de entonces desde su posición como presidente de la Federación de Estudiantes de Chile.
Después, se convirtió en diputado, siendo uno de los más jóvenes del Legislativo.
Boric es también una de las figuras más prominentes del Frente Amplio, que acude a las elecciones en coalición con el Partido Comunista.
Esa alianza ha lanzado su candidatura, pero también genera tensiones. El PC sacó esta semana una nota defendiendo las elecciones en Nicaragua, consideradas una farsa por la oposición, y que el mismo Boric, y otros dirigentes del frente, han criticado.
El joven aspirante aglutina los votos de parte importante de quienes salieron a la calle a protestar en el 2019. Esos apoyos le hicieron situarse primero en las encuestas durante la práctica totalidad de la campaña, hasta hace apenas unos días. El candidato izquierdista aboga por la construcción de «una red de seguridad social robusta», y por ampliar los servicios públicos, aumentando la recaudación fiscal un 8 %, subiendo impuestos a los más pudientes y reduciendo la evasión.
Boric no tiene pareja —al menos, conocida— e hizo público en el 2018 un trastorno obsesivo compulsivo que arrastra desde la infancia, tratado hace tres años en un hospital psiquiátrico.
Yasna Provoste, la profesora que apuesta por la Concertación
Yasna Provoste (Santiago de Chile, 1969) ha defendido en campaña los valores de los partidos de la Concertación de centroizquierda que gobernó Chile durante cuatro legislaturas tras la dictadura, y que después lideró Michelle Bachelet.
«Somos herederos de esa Concertación que ha logrado reducir la pobreza, que ha dado estabilidad, que ha dado gobernabilidad», reivindicó la profesora y exministra en el último debate presidencial.
Es tercera en las encuestas, pero en algunas ha llegado a rozar el segundo lugar, y la existencia de un gran número de indecisos le hace pensar que puede llegar a la segunda vuelta.
Provoste fue presidenta del Senado hasta agosto. Antes, en el 2008, fue acusada de negligencia en el pago de subvenciones educativas. La Cámara alta la encontró culpable de uno de los cinco cargos que se le imputaban, y fue destituida.
La candidata centroizquierdista apuesta por el diálogo en una campaña que tiene por lema «reconstruir para sanar».
Los partidos de la Concertación han perdido influencia entre los jóvenes tras las protestas del 2019, pero los analistas ven posible una segunda vuelta si el centro, e incluso parte del centroderecha, apuestan por Provoste y, sobre todo, si acuden a las urnas en un país en el que la abstención es crónica.