Razones que desmontan lo del gran apagón

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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Un corte de luz prolongado en todo el país es improbable porque la potencia instalada de todas las centrales de generación duplica el máximo de consumo alcanzado

27 nov 2021 . Actualizado a las 23:04 h.

Primero llega una pandemia que deja millones de muertos y paraliza medio mundo, luego despierta un volcán que llevaba medio siglo dormido... ¿Qué será lo próximo? Pues millones de ciudadanos están convencidos de que habrá un gran apagón, de que el país se quedará a oscuras y durante varios días, y por eso se han lanzado a comprar víveres y kits de supervivencia. Y todo porque el Ministerio de Defensa de Austria ha avisado de eso mismo a sus habitantes, le ha dicho que se preparen por si en los próximos cinco años se quedan a oscuras. O no. Pero esa advertencia, lanzada a 2.300 kilómetros de España, mezclada con un presunto peligro de desabastecimiento tras la clausura de uno de los dos gasoductos que traen gas de Argelia a España, ha provocado cierta histeria colectiva.

Pero, ¿realmente es posible un apagón general en España y durante varios días? «Con toda la tranquilidad y rotundidad, este no es un escenario probable para España», en palabras de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Estos son los argumentos que sustentan tal afirmación. 

el parque de generación

El doble de potencia instalada de la utilizada. El principal argumento que esgrime oficialmente el operador del sistema eléctrico, Red Eléctrica de España (REE), para aseverar que «no existe ningún indicio que haga pensar que pueda producirse un evento de tales características en nuestro país» es que las centrales eléctricas suman una capacidad de generación de 107.088 megavatios, cuando el máximo histórico que se ha utilizado fueron 45.450 (el 17 de diciembre del 2007 a las 18.53 horas).

Bien es cierto que casi el 60 % de la potencia instalada es de tecnologías renovables, que no son gestionables, esto es, que generan cuando hay recurso, si no, no; y su producción no se puede almacenar (de momento), hay que consumirla al instante. Por eso se complementan con las demás tecnologías (nuclear y ciclos combinados de gas, principalmente), que suman el 40 % de la capacidad, y que se caracterizan por su estabilidad y fiabilidad. La tarta está muy repartida precisamente para garantizar la seguridad de suministro. Sin embargo, pueden surgir imprevistos. De hecho, lo hacen.

 ajuste entre oferta y demanda

Se compra lo que se precisa, sobra producción. REE estima cuánta energía consumirá el país de un día para otro y, a partir de ahí, en el mercado mayorista se va cubriendo esa demanda estimada con las ofertas que realizan las centrales de generación hora a hora. Entran por precio, de la más barata a la más cara, y la última que vende hasta cubrir el consumo previsto es la que marca el precio final que cobrarán todas a esa hora. Hay que resaltar que no se compra toda la producción, solo la necesaria. De hecho, la tecnología más cara (los ciclos combinados) apenas coloca en el mercado un cuarto de todo lo que podría generar, pero es suficiente para disparar los precios medios, como está ocurriendo. El suministro de gas, dicen tanto el ministerio como Enagás, no faltará ni para calentar los hogares ni para hacer funcionar los ciclos, aunque está muy caro. El país guarda reservas para sobrevivir 40 días en caso de necesidad. En septiembre, tras China y Brasil, España fue el tercer mayor comprador de gas natural licuado (el que llega por barco) procedente de Estados Unidos, según la asociación que reúne a las industrias de este último país. 

Así que hay músculo para generar más electricidad, incluso ahora, con dos centrales nucleares paradas a la vez para tareas de recarga. Además, está el carbón, casi desaparecido, pero no del todo. Endesa está haciendo acopio de mineral para quemarlo en la central de As Pontes si fuera necesario. Fuentes de la empresa explican que una hora de producción de uno de los dos grupos disponibles es suficiente para satisfacer las necesidades de un centenar de hogares.

Incluso si la previsión de demanda falla y la energía adquirida en el mercado diario resulta insuficiente se recurre al de ajustes o intradiario, en el que se realizan seis subastas diarias conforme a las necesidades en tiempo real.

Es mucho más caro que el primero, pero el suministro no correrá ningún peligro, resaltan fuentes de la asesoría energética grupo ASE.

resortes de seguridad

A falta del servicio de interrumpibilidad, cortes por zonas y durante unas horas si hay una avería. «De producirse una eventualidad, España dispone de los recursos suficientes para recuperar el servicio y el suministro en muy pocas horas», explica REE. No es infrecuente que haya una avería en alguna subestación eléctrica y que se vaya la luz en una zona muy localizada y durante unas horas. El mecanismo de actuación inmediata de REE son los llamados relés de deslastre repartidos por toda la red de distribución para desconectar consumo de manera instantánea y aislar el problema. Esos cortes de suministro «no afectarían nunca a servicios básicos, como hospitales o infraestructuras críticas», explicó Red Eléctrica hace unos meses. El sistema eléctrico quedó algo más desprotegido a partir del verano del 2020, cuando desapareció el servicio de interrumpibilidad que prestaban las industrias grandes consumidoras de electricidad, que se desconectaban de la red voluntariamente si el sistema necesitaba atajar un desajuste entre oferta y demanda. A cambio, cobraban por ello. Entre el 2018 y el 2020, REE lanzó más de 1.000 órdenes de reducción de potencia de una hora de duración cada una.