Díaz abre otra brecha en el Gobierno al exigir la retirada de una tanqueta policial en las protestas del metal en Cádiz

Redacción LA VOZ

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La vicepresidenta segunda del Gobierno exige la retirada del vehículo porque los «trabajadores no son delincuentes» e Interior defiende su uso para abrirse paso entre las barricadas

23 nov 2021 . Actualizado a las 23:30 h.

La actuación de los antidisturbios en las protestas de los trabajadores del sector del metal en Cádiz ha abierto una brecha, otra más, en el Gobierno. El uso por parte de los agentes de un blindado medio sobre ruedas (BMR), un vehículo concebido para disolver barricadas o evitar ataques terroristas suicidas, provocó que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cargara contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al que, explicó este martes en el Congreso, telefoneó para exigir la retirada de «las tanquetas» de las calles de la provincia.

La ministra de Trabajo mostró su «apoyo y solidaridad con los manifestantes» y recordó que «hablamos de derechos constitucionales de los trabajadores», como los de huelga y manifestación. «No son delincuentes», recalcó, para luego urgir a patronal y sindicatos a alcanzar «cuanto antes» un acuerdo para rebajar la tensión social.

Las declaraciones de Díaz siguen la línea marcada por otros altos cargos de Unidas Podemos. Así, el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, sacó el tema durante su intervención en el pleno del Congreso: «Ministro Marlaska, saque las tanquetas de las calles de Cádiz, siempre se las puede devolver a la ministra de Defensa», ironizó. Y se preguntó si esas tanquetas que se ven en las manifestaciones se verán también en la marcha convocada por sindicatos policiales contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana.

Frente a las críticas de los morados, desde el PSOE defendieron que Interior está actuando «conforme a los protocolos», en palabras del portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez. Por su parte, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, también respaldó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la actuación de los antidisturbios en Cádiz, asegurando que actúan con la «ponderación necesaria».

Nuevos disturbios

Unas 5.000 personas, según los sindicatos, y 1.500, según los cálculos de la Policía, participaron este martes en Cádiz en una movilización de apoyo a la huelga de los trabajadores del metal, que acabó en graves disturbios cuando una parte de los manifestantes intentaron cortar el puente José León de Carranza. Algo que la Policía trató de impedir lanzando gases lacrimógenos y disparando balas de goma. Una persona fue detenida en los enfrentamientos, informa Efe. 

La protesta fue convocada por los sindicatos UGT y CC.OO. y participaban, entre otros, el Sindicato de Estudiantes y la Coordinadora del Metal. Megáfono en mano, las personas que estaban al frente del grupo se pararon para dirigirse a los manifestantes y preguntarles: «¿Dónde queréis ir? ¿Queréis ir al puente?, pues vamos al puente». Así hicieron y la Policía decidió intervenir. Los manifestantes arrojaron piedras, botellas y otros objetos contra los agentes. Seis de ellos resultaron heridos, informó la Subdelegación del Gobierno.

El alcalde de Cádiz, José María González, manifestó sentirse «impresionado por la brutalidad y la desproporción de los antidisturbios y exigió la dimisión del subdelegado del Gobierno en la provincia, José Pacheco.

«Cádiz no se necesita tanqueta ni antidisturbios, sino planes de reindustrialización e inspectores de trabajo que hagan cumplir el convenio», reclamó.