La primera jefa de Gobierno de Suecia dimite ocho horas después de asumir el cargo

Poco le ha durado a Magdalena Andersson, de 57 años, el privilegio de ser la primera mujer en ocupar la jefatura del Gobierno en Suecia. La líder socialdemócrata dimitió ocho horas después de que el Parlamento avalara por la mínima su nombramiento, tras perder la votación de los Presupuestos y afrontar la marcha de su socio de coalición.

El no del Partido de Centro al proyecto presupuestario dejó a la coalición rojiverde sin los votos necesarios para refrendar las cuentas públicas. En cambio, salió adelante la propuesta presentada por la oposición de los conservadores, democristianos y ultraderechistas. Andersson estaría obligada a aplicar esas cuentas, pero optó por renunciar.

Los ecologistas justificaron su decisión porque no ve factible que el Ejecutivo rojiverde gobierne con los presupuestos de la oposición, aunque reiteraron que siguen apoyando a Andersson en una hipotética nueva votación. «De acuerdo con la práctica constitucional, un Gobierno de coalición debe dimitir cuando sale un partido. No quiero dirigir un Gobierno del que se cuestione su legitimidad», dijo al justificar su dimisión. Andersson confesó que aspira a regresar al cargo con un Ejecutivo socialdemócrata «puro».

Fueron necesarias dos semanas de negociación para que el Parlamento la refrendara como la sucesora de Stefan Löfven —que renunció hace unas semanas— al frente del Gobierno en minoría por 117 votos a favor, 174 en contra y 57 abstenciones, con lo que se cumplía la condición establecida en el sistema sueco para ser primer ministro: no tener la mayoría en contra, fijada en 175 escaños.

Andersson, antes ministra de Finanzas, ya sonaba como la favorita a suceder a Löfven cuando este se apartó en agosto de la primera línea política para que su partido pudiese prepararse para las elecciones de septiembre del 2022.

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