-Me encontré con dos daños. Obviamente, con la reacción machista, que perdura, y lamentablemente me encontré con una reacción de una parte del feminismo que en ese odio a Telecinco como cadena era incapaz de reconocer cuando algo se hacía bien. A mí me gusta reconocer programas que lo hacen bien y programas que lo hacen mal, periódicos que lo hacen bien y mal. Lo que tenemos que hacer es que los que lo hacen bien sean referente para seguir mejorando. Personalmente, creo que el caso Rocío Carrasco ha ido muy en contra de la cadena, porque esas mujeres que han tomado conciencia han visto como la cadena ha mercantilizado parte de ese contenido.
-¿Ha servido para llevar el feminismo a sectores sociales a los que no habría llegado de otro modo?
-En mi trabajo siempre he puesto por delante a las víctimas. A las conferencias venimos una gran parte de la población que ya está concienciada, y a las conferencias nunca, nunca, nunca, viene una mujer a reconocerse como víctima. La que está siendo en ese momento maltratada no toma conciencia leyendo un ensayo feminista, porque no lo va a comprar, ni viniendo a una conferencia. Como no se reconoce como víctima por adelantado no va a venir a un acto de este tipo y por otro lado, era la única manera de llegar a un tipo de público al que habitualmente no se llega. Me han contactado muchas mujeres del ámbito rural, mujeres que viven en situaciones de mucho aislamiento, de mucha dependencia económica y presión social. Eso demuestra qué poco sabemos de la violencia machista . Ni siquiera las víctimas tienen herramientas para saber que la están sufriendo. Ahora le han puesto nombre: luz de gas, violencia vicaria... Poner nombre es muy importante. Es como cuando te diagnostican una enfermedad.
-Para Rocío Carrasco no ha supuesto gran cambio. Su caso no se ha reabierto. Pero quizá sí supuso un cambio social y sobre todo un cambio de relato: la cadena despidió a Antonio David.
-Y sin embargo las está pagando muy duras, porque la cúpula de La fábrica de la Tele, responsable del documental, ha recibido ataques, sobre todo en las redes sociales. Anais Peces, la directora, me llamó y me di cuenta de que estaba muy sola y sé lo que es estar sola en un medio de comunicación intentando luchar por esto. Si no dábamos el paso era una ocasión perdida. Nos quejamos muchas veces de que no tenemos voz en los medios de comunicación y cuando nos la estaban dando ¿iba a decir que no? Insisto, hay compañeras feministas que me han dejado de hablar por ir al programa, pero para mí las víctimas son lo primero y hacer pedagogía para mi sigue siendo lo primero, porque la sociedad no sabe de qué va esto. En el caso Rocío Carrasco , aprendió todo el mundo. No solo quien miraba la pantalla, sino dentro de la propia productora, los responsables de La fábrica de la Tele y todas aprendíamos poco a poco porque nos llegaban relatos de víctimas. Siempre digo que el mayor máster es escuchar a las víctimas.
-Más allá del documental, ¿se está mercantilizando el feminismo? Se habla de moda, de camisetas, de influencers feministas...
-En el mundo de las infuencers tenemos compañeras que conocen la historia del feminismo y conocen sobre todo la agenda feminista, que es lo que continuamente se intenta boicotear. Lamentablemente, hay otras compañeras que no saben de esto y están ejerciendo mucho daño, porque están vendiendo una imagen que no es el feminismo, están vendiendo como feminismo algo que no lo es. Hablan de que la prostitución te empodera y te hace fuerte, o dicen lo mismo del velo, cuando hay mujeres que están siendo encarceladas en países de Oriente Próximo por quitarse el velo. Hablamos mucho de la ultraderecha y tenemos que hablar de ella, pero a veces dentro de la izquierda se nos están colando unos mitos y bulos como catedrales que hacen muchísimo daño, porque cuesta más desterrarlos por ser menos evidentes. Se visten de un buenismo y disfrazan al resto de las feministas como malas, perversas y dicen que el feminismo no es vuestro... El feminismo es el que es y tiene una agenda. Seguro que si llego a un sindicato y digo que voy a implantar la jornada laboral de 12 horas me dirían que qué hago, si la lucha fue para que fuese de ocho. Esto es igual, tenemos una agenda feminista histórica, que debemos a nuestras antecesoras y muchas se han dejado la vida en ello. Y por todas las víctimas tenemos que hacerlo, no solo de la violencia de género, también las víctimas que están en los burdeles, dentro de esas cárceles. Tenemos todavía muchísimas deudas y hace mucho daño esa moda feminista de colocarse la etiqueta sin saber realmente qué es el feminismo.
-¿Hay un caballo de Troya?
-Hacen mucho daño porque calan muy fácil. Por ejemplo, con el mito de la libre elección para prostituirse, las afirmaciones las hacen sin contexto y las hacen sin reconocer la desigualdad anterior. Es muy perverso. ¿Qué le estamos diciendo a las nuevas generaciones. ¿A las chicas les estamos diciendo que se prostituyan? ¿A los varones que se hagan proxenetas?
-Puteros, más bien.
Limpian la imagen y terminan por considerarlo algo normal y por normalizar todas las violencias. El caso de Rocío Carrasco a mí me evidenció que no se entendía lo más básico, que es la violencia de género. Y si no se entiende la violencia de género, ¿cómo se va a entender el debate de la prostitución o los vientres de alquiler ? Es imposible. Estamos en la primera etapa y hay que hacer refuerzo para que se terminen por comprender el resto de las violencias.
-Lo que decía, ni siquiera las víctimas saben nombrar lo que les ocurre.
-Ya no es la sociedad, es que las víctimas no tienen herramientas para identificar, no saben qué les pasa, está presente ese «a mí no me va a tocar» porque hay tantos mitos sobre la víctima (pobreza, bajo nivel educativo, que no tienen fortaleza...).
-Ahora que se abre el arco de violencias, como con el caso de Juana Rivas, ¿qué autocrítica debemos hacer los medios sobre nuestro papel?
-En el caso de Juana Rivas se ha puesto mucho el foco en ella y no en los menores. Cuando la Justicia no escucha a los menores y normaliza tanto tiempo la violencia vicaria... Esto es una correa de transmisión y muchas veces en la mesa de tertulia me he encontrado indefensa porque el compañero decía «es que lo dice la sentencia». Hay tantos compañeros que se agarran a la Justicia que no ha hecho justicia para seguir alimentando el mito de las víctimas que obviamente el medio de comunicación se contamina y a ti te deja indefensa, porque tú, que tienes otra mirada y la perspectiva, di que un juez se está equivocando y tú como periodista también. La sociedad dice que la Justicia tiene la última palabra, y precisamente la Justicia no siempre es justa. El ejemplo es la violencia vicaria: hay 44 menores asesinados y no han sido tratados ni por la Justicia ni en los medios como violencia vicaria. Eso evidencia el daño que hace la mala praxis, como ha condenado durante décadas a muchísimos menores.
-En los últimos años sí se ve cierto avance. El caso de José Bretón no se trató como violencia vicaria, pero el de Tenerife, sí.
-Espero que a partir de ahora reconozcamos la violencia vicaria. Quiero creer que ahí hemos dado un paso definitivo. La pena de todo esto es que al final tiene que haber víctimas, porque solo nos creen cuando nos matan. Igual que el caso Ana Orantes fue como un paso más allá en el reconocimiento de la violencia de género, el caso de las niñas de Tenerife creo que ha servido para dar definitivamente ese paso. Pero al mismo tiempo piensas en cuántas madres se han quedado desprotegidas, han sido tratadas de forma injusta. Tenemos que hacer un ejercicio de memoria, honor y reconocimiento a todas ellas porque al fin y al cabo hace un mes o dos habló Ruth Ortiz y dijo que una vez que todo se cerró, la sociedad la olvidó. No tenía apoyo del Estado. ¿Qué ocurre con una madre que además está rota y que cada mañana se levanta sin sus hijos porque un hombre para hacerle daño la ha condenado a eso? Ella manifestaba que se había sentido así.
La Voz
El Juzgado de lo Penal número 1 de Granada va a proceder a anular la pena de privación de la patria potestad contra Juana Rivas , en cumplimiento de parte del indulto parcial que le ha concedido del Gobierno , según ha anunciado este jueves el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en una nota.
Este mismo juzgado, que sentó a Rivas en el banquillo y la condenó en primera instancia, ha comunicado además que «aún no ha recibido ningún escrito» por parte de la defensa de Rivas en el que solicite la suspensión de la condena de prisión que todavía le queda por cumplir (10 meses) , a pesar de lo manifestado este miércoles en rueda de prensa por su abogado, Carlos Aránguez.
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