Moreno intentará completar su agenda legislativa antes de convocar elecciones

Héctor Barbotta COLPISA | SEVILLA

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Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, en una imagen de archivo.
Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, en una imagen de archivo. Joaquín Corchero | Europa Press

La alianza parlamentaria con Vox se acaba de romper y el presidente andaluz teme un descalabro de Ciudadanos en las urnas

05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Andalucía es la próxima estación marcada en el calendario electoral. Si se cumpliera la hoja de ruta trazada por el Gobierno andaluz, la comunidad autónoma más poblada de España acudiría a las urnas dentro de un año. Concretamente, el 27 de noviembre del 2022. Esa es la fecha que desde la Junta se comenzó a señalar hace ya seis meses, cuando Vox, el aliado parlamentario del Gobierno autonómico, dio los primeros avisos de ruptura con el Ejecutivo y comenzó a pedir adelanto electoral. Los últimos acontecimientos han dejado en evidencia que será muy difícil que Juanma Moreno, agote la legislatura y no apriete el botón electoral antes de lo previsto.

No es ese el deseo del presidente, según reconoce en público y en privado. Entiende que es necesario concluir la agenda legislativa y no se fía, pese a lo que dicen las encuestas, del efecto que sobre el electorado pueda tener una convocatoria anticipada que no se explique por sí misma. En su última comparecencia parlamentaria llamó la atención sobre las cuatro décadas que le costó al PP llegar al Gobierno y las prisas que parece haber para que la legislatura termine.

El PP y Ciudadanos, que gobiernan en minoría desde enero del 2019, han contado hasta ahora con el apoyo parlamentario de Vox para aprobar los asuntos más trascendentes. Los 12 votos de la formación de Abascal, luego reducidos a 11 por un episodio de transfuguismo, permitieron sacar adelante la investidura de Moreno como primer presidente no socialista en la historia de la autonomía andaluza y los tres presupuestos con los que el Ejecutivo de centroderecha ha gobernado sin grandes sobresaltos. Con ese respaldo, pudo conformar la mayoría que permitió aprobar buena parte de la agenda reformista con la que intenta dejar atrás los 37 años de gobierno socialista: simplificación administrativa, rebajas fiscales y, más recientemente, la nueva ley del suelo.

Pero la alianza parlamentaria con Vox se acaba de romper. El 24 de noviembre, los de Santiago Abascal sumaron sus votos a los socialistas y a los diputados del amplio espectro a la izquierda del PSOE para tumbar las cuentas del 2022. Andalucía, con un Gobierno ya decididamente en minoría, es una de las pocas comunidades que deberá afrontar con presupuestos prorrogados el año en el que se espera la lluvia de fondos europeos para la recuperación.

Vox llevaba tiempo amenazando con la ruptura. Concretamente, desde el episodio de la fallida moción de censura en Murcia. Las posteriores elecciones madrileñas, que encumbraron a Isabel Díaz Ayuso y hundieron a Ciudadanos en la irrelevancia, adelantaron que el próximo reparto de escaños en Andalucía se parecerá muy poco al que dibuja el actual mapa parlamentario. En Vox están ansiosos por convertirse en una fuerza determinante y adueñarse de los asientos en el Gobierno que ocupan los consejeros liberales.

Escenario no deseado

Para Moreno, que cultiva un perfil moderado y que en el reciente congreso del PP regional recondujo las referencias ideológicas de su partido al «liberalismo social» y el «andalucismo constitucional», un eventual Gobierno regional con Vox no sería un escenario deseado. Es una de las razones por las que no tiene prisa por convocar los comicios.

También por ese motivo ha hecho todo lo posible para detener la descomposición de Ciudadanos mediante un pacto de encapsulamiento del Gobierno andaluz que lo blindara ante las operaciones comandadas desde la sede popular de Génova para captar dirigentes naranjas y acelerar la absorción de esa formación por el PP. El pacto ha dado sus frutos solo parcialmente. El Gobierno de la Junta de Andalucía se mantiene tal y como empezó, pero Ciudadanos no remonta en las encuestas.

En el Ejecutivo de Moreno dicen que la duración de la legislatura no estaba ligada a la aprobación de los presupuestos. Argumentan que es viable agotar con cuentas prorrogadas el año que resta. Sin embargo, la continuidad sí dependerá de que el Gobierno no se vea bloqueado. Con los presupuestos prorrogados, el Ejecutivo deberá llevar a la Cámara cada uno de los decretos de modificación de crédito que le permitan gobernar. Si entonces se encuentra con un bloqueo parlamentario, no tendrá más opción que llamar a las urnas.