Sánchez propone a la exministra Celáa como embajadora ante el Vaticano

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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Foto de archivo de la exministra Isabel Celaá, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Foto de archivo de la exministra Isabel Celaá, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Eduardo Parra - Europa Press

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha solicitado ya al Vaticano el correspondiente plácet para que la extitular de Educación pueda estar al frente de esa embajada

09 dic 2021 . Actualizado a las 09:32 h.

La propuesta de Pedro Sánchez para que Isabel Celaá se convierta en la nueva embajadora de España en el Vaticano ha causado «sorpresa» entre los obispos españoles. Fuentes de la Conferencia Episcopal Española (CEE), admitieron a Europa Press su extrañeza porque Moncloa hiciera oficial el nombramiento «sin haber recibido antes el plácet pertinente que otorga la Santa Sede», detallaron.

En el argot diplomático, el plácet es el visto bueno o el permiso para aprobar el nombramiento de un representante extranjero, un beneplácito que hasta el momento el Vaticano no ha concedido. De este modo, la exministra de Educación y la que fuera portavoz del Gobierno durante el primer Gobierno de Sánchez, cesada de este último cargo cuando el PSOE conformó la coalición con Podemos, dará el relevo a la diplomática Carmen de la Peña Corcuera, que ocupa uno de los puestos más codiciados de la administración española desde noviembre del 2018.

La sede oficial está en el corazón de la capital italiana, casi a los pies de la famosa escalinata de la Plaza de España y a 500 metros de la Fontana di Trevi. A la residencia pagada, servicio doméstico inclusive, se une un sueldo que se va a alrededor de los 20.000 euros netos mensuales, ya que a la base salarial de unos 5.000 euros hay que incorporarle varios complementos multiplicadores manejados de forma opaca por la administración. También la disponibilidad de coche oficial o dinero en concepto para gastos de representación.

Relevada como portavoz

Isabel Celaá (Bilbao, 1949) fue reclamada por Sánchez al poco de que cuajara su moción de censura del 2018 para llevar la cartera de Educación, así como para ejercer de portavoz del Ejecutivo. Hace dos años, con la entrada de Podemos y de Pablo Iglesias en el Gobierno, fue relevada como la cara visible del Ejecutivo en los Consejos de Ministros de los martes, y en la última remodelación llevada a cabo por Sánchez este verano se quedó sin cartera tras haber impulsado la llamada ley Celaá (oficialmente, la Lomloe), la nueva ley educativa que generó cierta controversia en el apartado de las repeticiones de curso, que serán casi residuales, y que puso en pie de guerra a la educación concertada y a centros de enseñanza como las irlandesas, en los alrededores de Bilbao, en el que estudiaron sus hijas, que se convirtió en uno de los principales críticos contra la dirigente socialista. Los quebraderos de cabeza también llegaron con Religión, materia que tendrá que seguir siendo ofertada, pero que los alumnos la escogerán voluntariamente. En caso de que la rechacen, ya no habrá alternativa. Además, la nota no contará para la media.

La próxima responsable de la diplomacia entre España y la Santa Sede, que hasta la fecha sigue siendo diputada por el PSOE, fue una de las integrantes del último Gobierno que presentó una mejor salud en las declaraciones de bienes, con un patrimonio familiar sobre unos cuatro millones.