Presidenciales en Chile: la inmigración y la xenofobia centran el debate electoral

héctor estepa SANTIAGO DE CHILE / E. LA VOZ

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Carlos Carrasco, afrovenezolano emigrado a Chle
Carlos Carrasco, afrovenezolano emigrado a Chle Héctor Estepa

Kast propone una zanja en la frontera y Boric reclama cooperación internacional

14 dic 2021 . Actualizado a las 08:28 h.

Juguetes, pañales y colchones arden en una hoguera ante la mirada impasible de las fuerzas policiales. Decenas de personas jalean la escena al grito de «Chile, Chile» y «fuera extranjeros». La quema, por parte de una turba de indignados, de un campamento irregular de migrantes venezolanos en septiembre en Iquique, una ciudad situada unos 1.700 kilómetros al norte de Santiago, puso el debate sobre la inmigración en el centro de la campaña de cara a las presidenciales del domingo y situó el foco del debate público en expresiones racistas hasta entonces ignoradas.

«Los ataques xenófobos han ido en aumento en los últimos años, sobre todo tras la pandemia. Ahora hay un mayor rechazo a los migrantes», comenta a La Voz el afrovenezolano Carlos Carrasco. Habla junto a una destartalada parada de autobús en el centro de Santiago, llena de grafitis y firmas con rotulador, donde sufrió un episodio racista. Esperaba el bus por la noche, cuando se le acercaron tres personas, botella en mano, de forma violenta. «Me gritaban que querían a todos los extranjeros fuera de Chile. Que me fuera a mi país. Rompieron la botella contra el suelo, y se pusieron mucho más agresivos. Sentí mucho miedo. Por suerte, justo entonces se detuvo un taxi, y pude escapar», rememora Carrasco.

No es el único incidente que ha sufrido tras salir de Venezuela hace tres años huyendo de la crisis económica y de la persecución política. «Hay mucha discriminación a la hora de acceder a un arriendo. Estaba a punto de alquilar un apartamento y ya tenía todos los papeles preparados. Lo había visto y tenía solvencia económica, pero justo antes de firmar me llamaron y me dijeron que no me lo podían entregar porque un chileno lo vio y tenía prioridad por ser chileno», recuerda.

Alrededor de 1,4 millones de migrantes vivían en Chile en el 2020, según datos oficiales. Suponen el 7 % de la población. Al menos 500.000 son venezolanos.

Legislación más restrictiva

El candidato ultraderechista, José Antonio Kast, propone crear una zanja en la frontera para evitar la entrada irregular, mientras su rival, el izquierdista Gabriel Boric, planea ordenar fronteras y reclama cooperación internacional para gestionar «el desastre que ha generado la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela».

El país aprobó este año una ley de migraciones más restrictiva. Expide desde el 2018 un permiso de estadía a los venezolanos, pero el papel tiene que ser gestionado fuera de las fronteras chilenas y además el índice de aprobación apenas supera el 30 %.

El Gobierno ha expulsado a unos 800 inmigrantes a través de unos muy criticados vuelos de deportación: algunos están acusados de delitos, pero otros han sido señalados solo por «cuestiones administrativas» como haber ingresado al país sin papeles.

«Esos vuelos son vergonzosos y lamentables. Se sube a la gente al avión con uniformes blancos. Eso es criminalizar y estigmatizar. La mayoría ni siquiera tenían antecedentes en Venezuela y no se les permitió el acceso a la Justicia ni a los debidos procesos en Chile», lamenta Patricia Rojas, presidenta de la Asociación de Venezolanos en el país andino.

Reclama políticas alternativas que generen mayor convivencia y cohesión social. «Los números van a seguir creciendo si no tenemos un cambio de la situación en Venezuela», asegura Rojas. «Ya no es un problema de migración, sino de refugiados», sentencia.