La mitad de la factura de la luz no es luz

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

Impuestos y costes regulados del sistema eléctrico se comen el 50 % de lo que se paga en el recibo, pese al fuerte recorte aplicado por el Gobierno

18 dic 2021 . Actualizado a las 13:13 h.

Lo que está ocurriendo en el mercado mayorista de electricidad es inédito. Sus cotizaciones diarias de récord no respetan ni siquiera los fines de semana, cuando, tradicionalmente, se enfriaban por el descenso de la demanda. Sin embargo, este sábado alcanzarán su segunda mayor marca diaria de la historia: 306,33 euros el megavatio hora. Y todo por culpa del gas natural y de un sistema marginalista de fijación de precios al por mayor que propicia que las tecnologías más caras (los ciclos combinados de gas) sean las que marquen el ritmo de las cotizaciones de la electricidad en el mercado. Mientras esas centrales sean necesarias para atender las necesidades de consumo eléctrico, los precios seguirán así de disparados. De poco servirá que la energía eólica se haya convertido este año en la primera fuente de generación del país, tras superar a la nuclear, según confirmó hace unos días Red Eléctrica.

El Gobierno español, junto a otros europeos como el francés, intentan que la Comisión Europea suspenda ese sistema marginalista para eliminar esa forma de casar los precios eléctricos finales y que se tenga en cuenta el coste de generación de cada tecnología. De momento, se han dado de bruces con el no es no.

Así las cosas, el coste del kilovatio hora consumido por los hogares españoles con contrato en el mercado regulado se ha encarecido un 30 % solo en el último mes, al superar ya los 0,40 euros, frente a los 0,35 de mediados de noviembre. Estas cifras no incluyen impuestos ni tampoco el término de potencia de la factura, que está llena de impuestos y de costes regulados. De hecho, la mitad de lo que se paga en la factura de la luz no es luz. Son losas fiscales de todo tipo con las que los sucesivos Gobiernos recaudan dinero para sufragar decisiones de política energética.

Rebajas desde septiembre

En un recibo real actual, el 50 % del importe mensual total satisfecho por el titular del suministro son o impuestos (el IVA y el especial de electricidad) o peajes o cargos (ambos, costes regulados). Y eso que, desde mediados de septiembre, todos estos conceptos son más delgados que nunca, pues el Gobierno los rebajó precisamente para que el consumidor no muriera asfixiado por el fuerte incremento de los precios mayoristas. Así, el IVA pasó del 21 al 10 %; y el impuesto especial de electricidad, del 5,11 al 0,5 %. Estas rebajas se mantendrán al menos hasta finales de abril. Además, los cargos se redujeron en un 96 %; no así los peajes, que permanecieron igual.

Esos recortes fiscales temporales y de costes regulados incrementaron a su vez el peso en la factura final de la energía realmente consumida, que ahora representa el 50 %. Pero en un recibo normal, sin rebajas de ningún tipo —que acabará regresando a los hogares cuando acabe la crisis de precios energéticos—, el consumo supone un tercio del importe total, mientras que el 70 % restante se lo reparten de nuevo los impuestos y los costes varios del sistema.

Qué son los cargos

Los cargos de la factura eléctrica los determina el Ministerio para la Transición Ecológica en una orden ministerial. Con ellos se pagan, fundamentalmente, las primas a las renovables —está previsto extraer del recibo este gasto de forma progresiva—, las anualidades del déficit eléctrico y los sistemas extrapeninsulares (para que los habitantes de las islas paguen lo mismo en su factura que los peninsulares). En la nueva propuesta de orden para el 1 de enero, los cargos serán un 30 % más bajos (en lugar de un 96 % como ahora) que los que se aplicaban hasta mediados de septiembre, así que el recibo subirá por esa parte.

Qué son los peajes

La otra parte de los costes regulados son los peajes, con los que se obtienen recursos para pagar las redes de transporte y distribución de electricidad. Los establece la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y en su propuesta para el 2022 bajan un 2 %.

Esta estructura interna del recibo doméstico es la misma para todos los consumidores domésticos. Tanto para los que tengan contrato en el mercado libre (16,2 millones de clientes) como los del regulado (10,5 millones). Además, la escalada de precios mayoristas de electricidad también afecta a ambos segmentos, aunque a los segundo de forma más inmediata, pues el precio de la energía que consumen está vinculado al mercado. Suponen el 11 % del consumo.

El gas, siete veces más caro que hace un año y el CO2 ha triplicado su precio

Las cotizaciones internacionales del gas natural se han multiplicado casi por siete en el último año y la subasta diaria del mercado ibérico del gas (Mibgas) anota máximos históricos, con 138 euros el megavatio hora. Pero, ¿por qué? Por varias causas, que se resumen en que hay poca oferta y mucha demanda.

Fuentes del sector explican que todo viene porque, tras la pandemia, la recuperación económica se ha producido más rápido de lo previsto, sobre todo, en Asia, que empezó a demandar gas natural como si no hubiera un mañana. Esto provocó que hubiese menos hidrocarburo disponible para las importaciones a Europa.

De hecho, los inventarios de gas en Europa —especialmente en los países nórdicos— se encuentran un 20 % por debajo del año pasado anterior y un 18 % del promedio de los últimos cinco años. Además, las llegadas de olas de frío antes de tiempo a la Unión Europea han provocado que la extracción de gas se acelere un 10 % por encima al otoño del año anterior y que la demanda se incremente un 5 % respecto al mismo período del 2021, según datos del sector energético.

A esta complicada situación de mercado se unen las tensiones geopolíticas entre Bielorrusia, Polonia y Alemania, la creciente presión entre Rusia, Ucrania y la OTAN, y el conflicto argelino- marroquí. Rusia sigue produciendo al mismo nivel que otros años, pero las exportaciones hacia la Unión Europea se han frenado y han caído un 20 %.

Además del gas, el otro gran responsable del incremento de precios eléctricos en Europa es el CO2, más bien la cotización de los derechos de emisión. Su precio se ha triplicado en un año y podría alcanzar los 100 euros por tonelada antes de que acabe el 2021. Lo empezó en 33 y ahora está en 81.

Las previsiones de precios para el 2022 crecen un 30 % hasta los 216 euros

El mercado eléctrico en España está que arde, pero los precios mayoristas no son más bajos en otros países del entorno. En Portugal es el mismo que en España porque comparten mercado; en Alemania se cotizó de media en lo que va de mes a 216,63 euros el megavatio hora porque ha recuperado el carbón; y en Francia, a 273, según datos del grupo de asesoría energética ASE.

Además, los precios de los futuros de electricidad para el 2022 se han elevado debido al incremento de las cotizaciones del gas y del CO2. En España han subido un 30,3 % hasta alcanzar 201,5 euros el megavatio hora. En Francia, un 37,2 %, hasta 229,9 euros; y en Alemania, un 45,6 %, hasta 205,5 euros.