El cine patriótico arrasa en China

María Puerto CORRESPONSAL | PEKÍN

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ALY SONG | Reuters

El Gobierno de Pekín gasta 200 millones en una película de propaganda que narra la resistencia frente a las tropas de EE.UU. en la Guerra de Corea

20 dic 2021 . Actualizado a las 08:46 h.

Nada han podido hacer James Bond, los héroes de Marvel o los gusanos de Dune para vencer a un batallón de soldados chinos sobre un lago helado durante la Guerra de Corea. La película La batalla del lago Changjin ha derrotado limpiamente en la taquilla a las superproducciones occidentales y también ha hecho morder el polvo a sus competidores chinos. Se ha convertido en el filme más taquillero de la historia en China y, dado el gran volumen de este mercado, se puede decir que es una de las más vistas este año a nivel global. Solo en sus tres primeras semanas de exhibición recaudó 790 millones de dólares.

La película es un drama bélico con un alto componente de épica. Se basa en un episodio histórico de la Guerra de Corea (1950-1953): la batalla que tuvo lugar sobre el lago helado de Changjin. Un batallón de soldados Voluntarios del Pueblo Chino (CPV), nombre que tenían las fuerzas que apoyaban a Corea del Norte, resistió bajo gélidas temperaturas el avance del enemigo, las tropas estadounidenses, mucho mejor equipadas.

Valor, heroísmo, acción y mucha sangre definen el filme, que tarda tres horas en explicar la épica resistencia de los soldados chinos, que no dudan en sacrificar su vida para mantener su posición. Se calcula que unos 30.000 chinos perdieron la vida en esta batalla.

La épica del argumento también se puede aplicar a la producción. El filme ha sido financiado por el departamento de propaganda del Gobierno, que no ha escatimado esfuerzos. Su presupuesto ha ascendido a 200 millones de dólares, el equipo de producción sumó a más de 7.000 trabajadores, se contrataron 70.000 extras y seis directores de fotografía. Los protagonistas son actores muy conocidos, como Jackson Yee o Wu Jing. Para la dirección se recurrió a tres directores consagrados y conocidos en Occidente: Chen Kaige, Tsui Hark y Dante Lam.

La historia que cuenta es bastante sesgada y adaptada al punto de vista chino. La Guerra de Corea en el gigante asiático se conoce como la «Guerra para resistir la agresión estadounidense y ayudar a Corea», ya que los soldados chinos acudieron en socorro de sus hermanos norcoreanos para defenderse de la agresión norteamericana. La historia oficial silencia que fue Corea del Norte quien en junio de 1950 invadió el sur para intentar unificar la nación, y que los norteamericanos participaron bajo mandato de las Naciones Unidas.

Detenido por criticarla

Esta epopeya bélica se suma a la moda del cine patriótico impulsado por el Gobierno. Pero el éxito también tiene truco, ya que el filme ha sido ampliamente promocionado en los medios estatales y compartido en las redes sociales. Además, se han realizado visitas colectivas a los cines de escuelas secundaria, organizaciones e incluso empresas. Ver la película es una señal de patriotismo. El experiodista Luo Changping, que se atrevió a criticarla, fue detenido acusado de dañar la «reputación y el honor de los mártires nacionales».

El incremento de cine de propaganda también va acompañado de una reducción del cupo de estrenos occidentales. En el 2021 las autoridades solo han permitido exhibir 34 películas extranjeras.

Los diferentes aniversarios que en los últimos años está celebrando China —el centenario del Partido Comunista (2021), el 70 aniversario de la fundación de la República Popular (2019), el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial (2015)— han propiciado la aparición de filmes muy nacionalistas. Pero, al contrario que títulos también taquilleros como Wolf Warrior 2 o Operation Red Sea, que se pueden catalogar de cine de acción, La batalla del lago Changjin es básicamente cine de propaganda para el consumo interno. El lema del cartel es «La patria nunca olvidará».

Su estreno se produce en una coyuntura de alta tensión entre Estados Unidos y China. El argumento exalta el valor de los soldados en un momento en que China se siente orgullosa de la modernización y el poder de su ejército.