Calviño y Yolanda Díaz, a carcajadas tras el intento de Vox de causar celos con el AVE

F. B. MADRID / LA VOZ

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Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el Congreso
Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el Congreso Chema Moya | Efe

La última sesión de control del año no puede calificarse tampoco como de guante blanco, pero sí se percibió una relajación del tono de enfrentamiento.

23 dic 2021 . Actualizado a las 17:21 h.

Si hubiese un tensiómetro que se encargase de medir los niveles de bronca y enfrentamiento en las sesiones de control, la pasada semana habría registrado una de las marcas récord en lo que va de legislatura, llegando al pico con el ya famoso «coño» de Casado, que, según explicó ayer el líder del PP, fue en honor a Sánchez, «parafraseando» su lenguaje durante su etapa opositora. La última sesión de control del año no puede calificarse tampoco como de guante blanco, pero sí se percibió una relajación del tono de enfrentamiento. Al menos, entre las dos principales fuerzas políticas del país, aunque Casado no se olvidó de recriminar al presidente del Gobierno sus pactos parlamentarios con Bildu y ERC, ni tampoco de que sus socios de coalición apoyen a «repúblicas bananeras» en determinadas latitudes. Sánchez no descuidó tampoco su papel, y recomendó al presidente del PP que aproveche estos días de descanso «para la reflexión y la meditación» tras denunciar ante el pleno de la Cámara Baja que el jefe de la oposición sigue recurriendo «al insulto, a la crispación y a la bronca».

Como es costumbre, los rictus que predominaron en los rostros de los pocos diputados que asistieron al debate de ayer fueron de tensión. Pero también hubo hueco para las sonrisas. Incluso para las carcajadas, que en la fila de los sillones azules, la reservada para los representantes del Gobierno, llegaron a raíz de una pregunta de una diputada de Vox. Inés María Cañizares pareció pretender que afloraran los celos de la vicepresidenta primera y máxima responsable de las políticas económicas del Ejecutivo, Nadia Calviño, cuando le transmitió una especie de pésame por no haber sido invitada este lunes a inaugurar el AVE a Ourense. Particularmente, siendo gallega, y de forma más especial porque ese trayecto sí fue completado por la otra vicepresidenta gallega en el Ejecutivo de coalición, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Un claro reflejo, concluyó, de que Calviño ha «quedado relegada» dentro del Gobierno por la «vicepresidenta comunista». Con su pregunta, la diputada de Vox logró algo que se viene demostrando complejo desde el arranque de la legislatura: la complicidad absoluta entre Calviño y Díaz, que se mostraron incapaces de contener la risa y poco menos que las lágrimas. Tras superar el ataque de risa, Calviño ofreció su respuesta: «Me hubiera encantado estar en ese momento que conecta mi casa con el resto de España. No pude ir porque tenía una comparecencia en el Congreso».

«Para Yoli, la fashionaria»

En el siguiente turno, tomó la palabra por parte de Vox Macarena Olona, que dirigió su pregunta a Yolanda Díaz, para prometer que cuando los de Abascal lleguen al poder «sus perros rabiosos, los sindicatos de clase, no van a recibir ni un euro de financiación pública». Olona, que suena como próxima candidata en Andalucía, le entregó una copia del programa electoral de su partido con una dedicatoria: «Para Yoli, que aspiraba a ser lideresa mundial y no pasó de fashionaria. Con cariño, Maca, que cada miércoles disfruta despojándola del falso hábito que muestra y enseñándole la fealdad que esconde».