El Gobierno pide a sus socios de investidura que apoyen la reforma laboral sin modificar nada

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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El portavoz de la ejecutiva del PSOE, Felipe Sicilia, este lunes en una rueda de prensa en la sede del partido en Madrid.
El portavoz de la ejecutiva del PSOE, Felipe Sicilia, este lunes en una rueda de prensa en la sede del partido en Madrid. EVA ERCOLANESE

El PSOE atribuye a Nadia Calviño el mérito principal del acuerdo alcanzado, en detrimento de Yolanda Díaz

27 dic 2021 . Actualizado a las 20:11 h.

El Consejo de Ministros sacará adelante este martes el decreto ley que modifica algunos aspectos de la reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP en el 2012, pero no tiene garantizada la mayoría para sacarlo adelante en el Congreso en los términos en los que lo ha acordado con los sindicatos y la patronal. Los principales aliados del Ejecutivo exigen que se modifique el texto, en el caso de EH Bildu o PNV, o no se han pronunciado todavía a favor, como ERC. La confirmación del rechazo del PP hace que el Gobierno multiplique sus negociaciones, no solo para convencer a sus socios de la investidura, sino también para explorar un hipotético apoyo de Ciudadanos.

El Ejecutivo se enfrenta a esa situación bajo presión, dado que la CEOE, uno de los tres firmantes del texto, ha anunciado ya que en el caso de que se modifique «una sola coma» de lo que ha pactado con el Ejecutivo y los sindicatos se descolgará del acuerdo. «Lo que se pacta no se toca», dijo el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi

El PNV pide especificidad vasca

Pero los problemas del Gobierno no se ciñen solo a los grupos de izquierda, que ven insuficiente la reforma, sino también al PNV, que al igual que EH Bildu se muestra disconforme con que el acuerdo no incluya la «especificidad vasca». Es decir, que no recoja de forma explícita la prevalencia de convenios autonómicos por encima de los estatales, de manera que «el ámbito vasco de acuerdos laborales prevaleciese». Argumentan que en el País Vasco el sindicato mayoritario no es CC.OO. ni UGT, los que han apoyado el acuerdo, sino el nacionalista ELA.

PSOE y Unidas Podemos se esforzaron este lunes en pedir a sus socios de la investidura que se sumen al acuerdo y garanticen su aprobación sin tratar de modificarlo porque eso podría hacer que se perdiera el consenso con los agentes sociales que la Unión Europea considera clave. El portavoz de la ejecutiva socialista, Felipe Sicilia, reclamó tanto a ERC como a EH Bildu que «en la medida de lo posible» respeten el acuerdo en los términos acordados. Aunque garantizó que el Consejo de Ministros aprobará hoy el decreto de la reforma, no descartó que finalmente haya que tramitarlo como proyecto de ley, lo que permitiría a otros grupos tratar de introducir cambios.

El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, confirmó que él mismo inició una ronda de contactos con los aliados de la investidura parar tratar de sumar su apoyo a un acuerdo que consideró «histórico» pese a las críticas de los otros grupos de izquierda e incluso del líder del sindicato UGT, Pepe Álvarez, por no constituir una derogación de la reforma laboral del PP. Según Echenique, lo que se ha acordado supone «un «giro de 180 grados» en el mercado laboral.

El PSOE trata, sin embargo, de arrogarse el mérito de la reforma en detrimento de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Sicilia destacó por encima de todo el papel que ha jugado en el acuerdo final la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, aunque, cuando fue preguntado, admitió que también la titular de Trabajo ha tenido «gran peso» en el negociación, al igual que «otros» ministerios. 

La alternativa de Ciudadanos

La duda está en la posición de Ciudadanos, al que el sector socialista del Gobierno quiere sumar al pacto. Su portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, admitió que existen «cosas» que les «gustan» y «otras que no» en la reforma acordada por el Ejecutivo, pero la valoración «es negativa por poco ambiciosa». Pese a ello, no quiso adelantar la posición de su grupo respecto a un posible apoyo o una abstención en la votación del decreto que hoy aprobará el Consejo de Ministros, que debe ser ratificado en el Congreso. Lo que sí garantizó el diputado de Ciudadanos es que no estarán con ERC, PNV o EH Bildu «defendiendo barbaridades» como la prevalencia de los convenios autonómicos.

El PP rechaza apoyar la reforma laboral en el Congreso y dice que «acordar por acordar no siempre es bueno» 

G. Bareño

El Gobierno no contará con el respaldo del PP en el Congreso para aprobar la reforma laboral que ha pactado con la patronal y los sindicatos y que este martes aprobará el Consejo de Ministros. Los populares reiteraron este lunes que votarán en contra en el Parlamento, independientemente de que la CEOE respalde el texto final. Y no solo votarán en contra de la reforma, sino que se comprometen, como hicieron el PSOE y Unidas Podemos con la que ellos aprobaron en el 2012, a derogarla cuando lleguen al Gobierno para restablecer en su integridad lo que fijó la norma que sacó adelante sin consenso sindical el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

El vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Montesinos, defendió las «buenas relaciones» de su partido con los representantes de los empresarios, pero desautorizó tácitamente al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, al afirmar, en referencia al pacto suscrito con el Gobierno y los sindicatos, que «acordar por acordar no siempre es bueno».

Feijoo: «No hay derogación»

Según Montesinos, Casado «ha dado muestras» de que su partido «solo se debe al interés general». Por ello, reiteró el compromiso de anular cuando el PP llegue al Gobierno lo acordado ahora por los agentes sociales para volver a la situación actual, porque esta nueva norma «no ayuda a la flexibilidad laboral» y algunas de las cosas aprobadas «son cosméticas». Además, los populares reclaman que se tramite como un proyecto de ley porque, a su juicio, hacerlo por la vía del decreto ley «podría ser inconstitucional».

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, se centró en destacar que «no hay derogación» de la reforma laboral aprobada por el PP sino «una serie de modificaciones de algunos parágrafos». Y eludió tomar una posición hasta conocer el texto completo para estudiar su impacto en los sectores productivos gallegos, especialmente en el de la automoción, que es el que más le «preocupa».

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tachó directamente de «innecesaria» la reforma laboral pactada por el Gobierno y los agentes sociales porque «no soluciona actualmente ninguno de los problemas del mercado laboral».