Sánchez y Aragonès oxigenan una mesa de diálogo con futuro sombrío

R. Gorriarán | C. Reino MADRID | BARCELONA | COLPISA

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Enric Fontcuberta | EFE

El presidente del Gobierno enfría las urgencias sobre la próxima reunión

03 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Sánchez y Aragonès saben que la llamada mesa de diálogo tiene un recorrido reducido. No esperan grandes acuerdos, pero comparten que mientras siga viva, el conflicto en Cataluña se mantendrá en niveles manejables. Este foro que sienta a los representantes del Gobierno y de la Generalitat se ha reunido dos veces, en vísperas de la pandemia, febrero del 2020 en Madrid, y en septiembre pasado en Barcelona. El Ejecutivo catalán quiere que la próxima sea en enero, pero la Moncloa da largas. Los dos primeros encuentros se limitaron a cuestiones protocolarias y metodológicas. El tercero debería entrar en asuntos de fondo.

Se supone que desde septiembre se han producido reuniones «discretas» de delegados de ambas partes en las que se deberían haberse producido avances «tangibles». Pero nada ha trascendido. Solo los protagonistas saben en qué punto está el diálogo.

Aragonès quiere una cita de alto nivel inmediata y Sánchez enfrió esas urgencias en su balance de fin de año. En la Moncloa aseguran que en ningún caso se plantean descafeinar una mesa que ha servido para normalizar las relaciones con ERC hasta convertirlo en uno de sus más fieles aliados en el Congreso.

La mesa es para Sánchez una herramienta para engrasar las relaciones con los secesionistas, al menos con Aragonès y los suyos porque Junts no quiere saber nada. Pero que nadie espere grandes acuerdos ni a corto ni medio plazo. Menos con el nuevo ciclo electoral que se abre con el adelanto en Castilla y León, al que seguirá, probablemente en junio, la cita con las urnas en Andalucía. La carpeta catalana ya ha quedado relegada por la pandemia, y tiene difícil volver al primer plano con las elecciones que se avecinan. Una pérdida de protagonismo, aseguran en la Moncloa, que no significa una merma de su importancia.

Arriesgar sin dilaciones

Sánchez enfrió la mesa de diálogo en su balance anual, pero el presidente de la Generalitat no se ha dado por vencido y ha invitado al presidente del Gobierno a arriesgar y a poner ya sobre la mesa su propuesta para la «resolución del conflicto político» sin dilatar el proceso de negociación. Los republicanos admiten que la pandemia manda y que afecta a todos los órdenes de la gestión pública. Pero mantienen la fecha del siguiente encuentro para «principios de año», según Aragonès. En Esquerra reclaman discreción y a la vez presionan para que en la cita fijada para enero puedan darse pasos que evidencien que se avanza. Aragonès ha retado a Sánchez a moverse y hacer planteamientos concretos que permitan «visualizar claramente el compromiso de las dos partes en este proceso de negociación». En su discurso de Navidad, presionó al Gobierno para que ya en el 2022 puedan darse «resultados tangibles» en las conversaciones. Si no es así, amenazó con «buscar alternativas». Es decir, amenazó con sacar del cajón la vía unilateral. Esquerra no acepta que Sánchez dé largas con la mesa de diálogo porque le sitúa en una posición incómoda en el campo independentista. Junts y la CUP llevan meses advirtiendo de que la negociación fracasará y caerá por su propio peso.