El Parlamento francés aprueba el pasaporte que bloquea la vida social a los no vacunados

maría valderrama PARÍS / EFE

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La policía francesa se asegura de que se cumplan los controles sanitarios en un bar de París
La policía francesa se asegura de que se cumplan los controles sanitarios en un bar de París CHRISTOPHE PETIT TESSON | EFE

El acuerdo aún debe ser ratificado por el Consejo de Estado

07 ene 2022 . Actualizado a las 09:01 h.

Tres días con sus noches han hecho falta para que la Asamblea Nacional diera su respaldo en la madrugada del jueves al proyecto de ley para imponer el pasaporte de vacunación en Francia, por el que el Gobierno mantiene su voluntad de complicar el día a día a los no vacunados. O, lo que será lo mismo, quien no esté vacunado prácticamente tendrá vetado el acceso a la vida social.

Con 214 votos a favor, 93 en contra y 27 abstenciones, el texto salió adelante pasadas las cinco de la mañana, después de que el primer ministro Jean Castex participara en la sesión para tratar de calmar los ánimos.

«Es lo correcto, no solo para el Gobierno, sino para el país, los franceses y la lucha contra la pandemia», dijo horas más tarde Castex en una entrevista en la cadena BFM TV.

El Ejecutivo confía en que el pasaporte entre en vigor en torno al 15 de enero, como anunció en un primer momento, pero ya no está en sus manos: el texto pasará ahora al Senado, antes de volver a la Asamblea para su ratificación y ser estudiado por el Consejo de Estado.

La introducción del proyecto de ley en la vida de los franceses supondrá que, para poder acceder a bares, restaurantes, centros culturales y otros lugares públicos, toda persona mayor de 12 años deberá presentar su certificado de vacunación con pauta completa, incluida la tercera dosis de recuerdo para quienes hayan recibido la segunda al menos cuatro meses antes. Solo quedan exentos los hospitales, donde se podrá mostrar, como hasta ahora, un test negativo para entrar, siempre que no sea una urgencia.

El proyecto de ley constaba de tres artículos, pero los diputados presentaron más de 650 enmiendas, lo que explica también por qué el debate se prolongó tanto. Las discusiones de los representantes se centraron en el fondo y en las inquietudes que despierta el texto, especialmente el control de identidad en caso de sospecha de fraude. ¿Cuáles son las razones fundadas por las que el responsable de un local podría hacer un control de identidad si cree que el pasaporte de vacunación es falso? Esa fue la cuestión.

Finalmente, la bancada de Los Republicanos (que se dividió votando a favor y en contra del proyecto) decidió acudir al Consejo Constitucional para que este órgano se pronuncie sobre la cuestión, lo que seguramente retrasará más su puesta en marcha.

La nueva permitirá, además, endurecer las sanciones a quienes usen certificados falsos de vacunación, con multas a partir de los mil euros e incluso la pena de cárcel. «La sanción en caso de no vacunarse sería una multa, y el objetivo es vacunar, no ingresar dinero», dijo Castex.