Villarejo insiste en que los atentados del 17A en Cataluña fueron resultado de un «error grave» del exdirector del CNI

La Voz REDACCIÓN

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Marta Fernández Jara | Europa Press

El excomisario ha matizado que la intención no sería provocar un atentado y que lo que pasó es que «se le fue de las manos» al morir el líder de la célula, el imán del Ripoll, al que, según él, tenían controlado los servicios de inteligencia españoles

12 ene 2022 . Actualizado a las 12:23 h.

El excomisario José Villarejo se ha reafirmado en que que los atentados del 17A fueron el resultado de un «error grave» del exdirector del CNI Félix Sanz Roldán «por darle un pequeño susto a Cataluña», pero ha matizado que la intención no sería provocar un atentado y que lo que pasó es que «se le fue de las manos» al morir el líder de la célula, el imán del Ripoll, al que, según él, tenían controlado los servicios de inteligencia españoles.

«Lo que he dicho en relación con lo del susto es que muchas veces se han provocado comandos ficticios para tranquilizar...y que probablemente la intención en absoluto fuera provocar ningún atentado, pero sí dar la apariencia del riesgo para que Cataluña viera la necesidad de la protección del Estado», ha explicado Villarejo en declaraciones a los periodistas a la entrada del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por tres piezas del caso Tándem.

Pese a esas intenciones, ha proseguido, el asunto al CNI «se le fue de las manos cuando el imán muere» en la explosión de la vivienda de Alcanar (Tarragona) en la que preparaban bombas para atentar, y entonces los miembros de la célula, «los jovencitos, no saben cómo reaccionar».

Para reforzar su versión, el excomisario ha recordado que la fiscal que investigó los atentados, la actual fiscal general del Estado, Dolores Delgado, dijo en su momento que había que asumir que hubo errores porque sino el atentado no se habría cometido. «Eso es lo que he dicho, he mantenido y mantengo. Si quieren pruebas que miren mis notas informativas», ha apuntado en respuesta a aquellos que le acusan de hacer revelaciones sin pruebas.

«Ya están con el mantra de que no hay pruebas», se ha quejado el excomisario al señalar que la «única prueba» es que no le devuelven sus archivos o agendas, una reclamación que es ya constante en sus declaraciones y en sus respuestas en el interrogatorio al que está siendo sometido en este juicio desde este lunes.

Según ha explicado, en esos archivos consta que cuando se produjeron los atentados, y pese a estar ya jubilado, habló -porque se lo pidieron, ha precisado- con el entonces juez instructor de la investigación de los atentados Fernando Andreu y el director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) José Luis Olivera, «así como con todos los responsables y con los servicios de inteligencia de Arabia Saudí».

«Todas esas pruebas están en esos archivos.¿Por qué no los liberan?, Yo autorizo a que se haga, ¿Por qué lo tienen escondido?», se ha preguntado de forma retórica. «¿Por qué al imán se le detiene a principios del 2000 cuando se dedicaba a meter a marroquíes con pasaportes falsos fabricados por el servicio de inteligencia marroquí? y ¿por qué cuando en un momento dado se le detiene por tráfico de drogas en el 2005 se le pincha el teléfono, por un señor llamado Marlaska, que igual les suena, en relación con los atentados del 11M por las relaciones con los grupos que provocaron el atentado contra la casa de España» en Marruecos, ha planteado.

Además, ha continuado, cuando lo iban a expulsar «unos señores del CNI hablan con el juez, anulan la orden de expulsión y se ponen a trabajar», informa Efe.

Para Villarejo otra prueba evidente es que dos meses antes de su detención le seguía «un dispositivo de 20 funcionarios del CNI» en una comida «provocada por un agente, el abogado José Aliste, el primero que visitó a (el exgeneral venezolano Hugo) Carvajal en Estremera». «Yo he visto cómo funciona la información en las cárceles, porque lo he sufrido. El 90 % de la información valiosísima que se hace en las cárceles las hacen funcionarios de prisiones, pero luego se apunta el tanto el CNI, por eso van allí todos los días», ha manifestado.

«Debemos de pensar de una vez por todas que la ciudadanía no es menor de edad, no podemos utilizar la ley de secretos para ocultarlo todo. Es una ley franquista, obsoleta», ha enfatizado al apuntar a que otro exdirector del CNI Alberto Saiz aseguró que del 23F «se ha borrado casi todo».

«¿Un servicio secreto puede borrar la historia porque le conviene a determinada gente? ¿Qué pasa?». «La ciudadanía se merece la verdad de las cosas como lo que pasó el 11M», ha insistido y ha asegurado que ha pedido en numerosas ocasiones declarar sobre estos asuntos.