Johnson afirma que nadie le advirtió de que las fiestas en Downing Street eran ilegales

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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El primer ministro británico, Boris Johnson, este martes, durante su visita a un hospital de Londres
El primer ministro británico, Boris Johnson, este martes, durante su visita a un hospital de Londres POOL

Su exasesor estrella, Dominic Cummings, asegura que él mismo alertó al primer ministro de que las reuniones incumplían las restricciones impuestas por el Gobierno para frenar el covid-19

19 ene 2022 . Actualizado a las 10:19 h.

Pese a que cada vez cuenta con menos apoyos, Boris Johnson aún cree que puede obrar un milagro y salvar su mandato del escándalo del Partygate. Así lo dejó claro el primer ministro británico este martes, cuando se negó a contemplar la posibilidad de dimitir incluso en el supuesto de que la investigación sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante los confinamientos por el covid-19 concluya que mintió en el Parlamento cuando aseguró que acudió a una de ellas pensando que eran «encuentros de trabajo» y que nadie le advirtió de que se trataba de reuniones prohibidas por las restricciones.

«Tendremos que ver qué dice ella», respondió el líder conservador a la pregunta de una periodista de la cadena Sky News sobre si renunciaría en caso de que las pesquisas que lleva a cabo la segunda secretaria de la Oficina del Gabinete, Sue Gray, arrojen como resultado que no fue sincero en la Cámara de los Comunes. Ante la insistencia de la entrevistadora, Johnson agregó: «Creo que se le debe dar el espacio [a Gray] para continuar y concluir su investigación, e insto a todos los que tienen conocimiento de estos hechos y [...]recuerdos a que le digan lo que saben».

Sin embargo, horas antes de esas declaraciones, el número dos del Gobierno y ministro de Justicia, Dominic Raab, admitió que, a la luz de la legislación británica, si un miembro del Gabinete, o incluso el propio jefe del Ejecutivo, faltase a la verdad ante el Parlamento debería dimitir. «Si está mintiendo, deliberadamente […] o si no rectifica de inmediato eso debería conducir a la renuncia del implicado», declaró el ministro a la BBC. 

Las acusaciones de Cummings

No obstante, Raab añadió inmediatamente que no consideraba que este fuera el caso del mandatario y tachó de «sinsentido» las acusaciones que el lunes lanzó el exasesor de Johnson, Dominic Cummings, contra su antiguo jefe, al que calificó de «mentiroso». Cummings aseguró que Johnson sí sabía que las fiestas que se celebraban en Downing Street eran ilegales en pleno confinamiento.

En su primera declaración a la prensa tras pasar una semana recluido por el oportuno contacto con un familiar que dio positivo por covid-19, Johnson volvió a disculparse e insistió en su versión de que creía que la fiesta del 20 de mayo del 2020 a la que acudió era un «evento de trabajo».

«Te puedo decir categóricamente, categóricamente, que nadie me dijo que esto [por la fiesta] era algo que iba en contra de las reglas o que estábamos haciendo algo que no era un evento de trabajo porque, francamente no puedo imaginar por qué demonios habría seguido adelante o por qué se le habría permitido seguir adelante», zanjó.

En la víspera, Cummings escribió en su blog que Johnson había sido alertado por él y otros altos cargos de que la reunión no se ajustaba las normas vigentes para frenar el coronavirus. «No solo yo, sino otros testigos oculares que discutieron eso en ese momento declararían bajo juramento que eso fue lo que sucedió», añadió Cummings, al que se le atribuye estar detrás de la serie de revelaciones sobre las reuniones que hoy tienen al mandatario británico contra las cuerdas.

Sue Gray le ha tomado la palabra al exasesor estrella de Johnson y se dispone a interrogarlo para continuar con sus investigaciones, según informó la prensa londinense.

La intervención de Johnson parece no haber servido para calmar las aguas dentro del Partido Conservador, donde un grupo de diputados estaría organizando una operación para intentar desbancar al premier. El diario The Guardian asegura que detrás del complot estarían parlamentarios molestos por la decisión de imponer nuevas restricciones para frenar la expansión del covid-19, otros disgustados por la subida de impuestos y algunos de los que en el 2019 lograron arrebatar a los laboristas parte de las circunscripciones del norte de Inglaterra y que ahora temen ser desalojados de sus escaños en las próximas elecciones.