Pere Aragonès pide «máxima movilización» al independentismo para «rearmarse» ante el Estado

La Voz REDACCIÓN

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Pere Aragonès durante un pleno del Parlamento, en una imagen de archivo.
Pere Aragonès durante un pleno del Parlamento, en una imagen de archivo. Quique García | Efe

El presidente de la Generalitat está convencido de que el 2022 «debe de ser el año en que se empiece a desbloquear la resolución del conflicto político» y dice que el 14 de febrero anunciará su propuesta

26 ene 2022 . Actualizado a las 11:50 h.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha hecho un llamamiento a la «unidad y a la máxima movilización» del independentismo para «rearmarse» ante la mesa de negociación con el Estado, convencido de que el 2022 «debe de ser el año en que se empiece a desbloquear la resolución del conflicto político».

En la sesión de control en el pleno del Parlamento catalán, Aragonès ha reafirmado su «apuesta por una solución dialogada y negociada con el Estado», en respuesta al «escepticismo» hacia esa vía expresado por el jefe de filas de JxCat en el Parlament, Albert Batet, que ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de «no haber tenido nunca voluntad real de negociación», informa Efe.

«Es imprescindible que en este inicio de año volvamos a situar las cosas en su sitio, miremos cómo se puede avanzar y lo hagamos culminando el 14 de febrero, cuando haré pública cuál es mi propuesta», ha asegurado en declaraciones que recoge Europa Press.

Pere Aragonès mueve ficha

El presidente de la Generalitat iniciará en los próximos días una ronda de contactos con las tres fuerzas secesionistas (ERC, Junts y la CUP) y las entidades independentistas ANC y Òmnium Cultural. Estas conversaciones culminarán con una conferencia el 14 de febrero, en el primer aniversario de las últimas elecciones catalanas, que depararon el regreso de ERC a la presidencia de la Generalitat 40 años después.

La mayoría independentista que invistió al dirigente republicano saltó por los aires el pasado mes de diciembre, después de que los anticapitalistas votaran en contra de los Presupuestos de la Generalitat y Aragonès decidiera buscar, a cambio, el apoyo de En Comú Podem. Pese a todo, el presidente de la Generalitat vuelve a dar un volantazo y se propone reactivar el bloque independentista, que suma la mayoría absoluta en la Cámara catalana, para presionar a Pedro Sánchez ante la parálisis de la mesa de diálogo, informa Colpisa.

Aragonès busca una estrategia común con las fuerzas nacionalistas para explorar un plan B, que todos llevan meses reclamando. El president quiere «compartir el balance de los acuerdos de investidura y analizar cómo avanzar y poner en común los objetivos» de cara al resto de la legislatura, afirmó la portavoz del Govern, Patricia Plaja. «Se hablará de todo lo que tenga que ver con este Govern y el conflicto político», añadió.

Además de la mesa de diálogo y las causas judiciales que afectan a dirigentes del «procés» -entre ellos Carles Puigdemont-, el otro asunto de calado que debe abordar el Govern es la sentencia que le obliga a impartir el 25 % de las clases en español.

Cuestión de prioridades

En las filas independentistas están molestos con la congelación de la mesa de diálogo, que tenía que haberse convocado para el mes de enero, pero no acaban de encontrarle encaje en el calendario. Tras la convocatoria de las elecciones en Castilla y León y el posible adelanto en Andalucía, Pedro Sánchez ha enfriado el foro de debate con la Generalitat. Primero lo achacó a la situación de la pandemia y ahora podrá añadir la crisis en Ucrania.

Para el Govern, en cambio, sigue siendo una cuestión prioritaria y ERC condiciona los avances a su apoyo al Gobierno en la segunda mitad de la legislatura. Entre la mesa, la reforma laboral y la sentencia sobre el español, las relaciones entre el Ejecutivo y los republicanos se han enfriado tanto como la fecha de la reunión.

Pero Aragonès no tiene una papeleta fácil a nivel interno. La CUP le exigirá un referendo unilateral al final de la legislatura que se someta a una moción de confianza en el ecuador del mandato, en el 2023. La ronda de contactos del president con las fuerzas independentistas busca también meterle presión a Junts, toda vez que los de Puigdemont tienen aún menos ganas que Sánchez de que se convoque la mesa de diálogo. Los postconvergentes se autoexcluyeron de la cita anterior, intentaron boicotearla y siguen sin aceptar que la delegación catalana esté integrada únicamente por miembros del Ejecutivo autonómico.