Sánchez le pide a Casado que el PP se abstenga para permitir que se apruebe la reforma laboral

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante un coloquio después de su reunión de este miércoles en Barcelona con el secretario general de UGT de Cataluña, Camil Ros.
la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante un coloquio después de su reunión de este miércoles en Barcelona con el secretario general de UGT de Cataluña, Camil Ros. DAVID ZORRAKINO

El presidente del Gobierno no contempla otro escenario que no sea el de que el Congreso refrende el texto que se pactó con sindicatos y patronal

27 ene 2022 . Actualizado a las 11:22 h.

«No contemplamos otro escenario que la convalidación de este importante acuerdo». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó este miércoles la posición de firmeza mostrada por el PSOE en torno a la reforma laboral. No habrá negociación con los socios de investidura y el texto que se someta a votación en el Congreso será el pactado con patronal y sindicatos, sin añadir ninguna modificación. Sánchez dio sin embargo un paso que no había dado hasta ahora. En su conversación telefónica de 25 minutos con el presidente del PP, Pablo Casado, pidió directamente al líder de la oposición que, si no está dispuesto a votar a favor, al menos haga que su partido se abstenga para permitir así que salga adelante la reforma que modifica una ley aprobada precisamente por un Gobierno del PP.

Optimismo de Sánchez

A pocos días de la votación del 3 de febrero en el Congreso, el Ejecutivo sigue sin tener amarrada, al menos públicamente, la mayoría para convalidar en el Parlamento el decreto aprobado por el Consejo de Ministros. A pesar de ello, Sánchez se mostró optimista respecto a la posibilidad de que el texto acabe aprobándose con una amplia mayoría en el Congreso. El líder socialista trató de presionar a sus socios de investidura, y también a la oposición, con el argumento de que no se trata de un acuerdo adoptado por el Gobierno en solitario, sino de un pacto que cuenta con el aval de los sindicatos y de los empresarios, al contrario de lo que sucedió con la anterior reforma. Este Ejecutivo, según dijo cumple con su deber al «reconstruir los consensos rotos» en España no solo en lo que afecta al mercado de trabajo, sino también en las pensiones.

La compleja suma alternativa

La petición de Sánchez a Casado no modifica sin embargo la situación, porque el PP se apresuró a aclarar que mantiene su decisión de votar en contra. «Con ese cambio en la normativa laboral no estamos de acuerdo», señaló la vicesecretaria sectorial del PP, Elvira Rodríguez. Los populares insisten en que su negativa no se debe exclusivamente a su deseo de poner en aprietos a Sánchez, sino a que este acuerdo no generará empleo «por mucho que lo haya firmado la patronal».

Las opciones del Gobierno siguen pasando, por tanto, por convencer a sus socios de investidura de que acepten la reforma sin introducir ninguna modificación —algo que parece descartado—, o por sumar a los 154 votos de la coalición los nueve de Cs, que ya se ha ofrecido a ello, y los del PDECat (4), Más País (2) Compromís (1), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1), Partido Regionalista de Cantabria (1) y Teruel Existe (1). Alcanzaría así los 174 apoyos, por lo que necesitaría al menos la abstención de Navarra Suma (2) para garantizarse más votos a favor que en contra.

El PNV sigue en el no

A día de hoy, esa complicada suma parece más plausible que la de reeditar la mayoría de investidura sin modificar el texto de la reforma. Los socios habituales del Gobierno mantienen su posición de firmeza. El PNV rechazó este miércoles con un «no rotundo» la posibilidad de apoyar el decreto en sus términos actuales a cambio de una modificación del Estatuto de los Trabajadores que blinde la prevalencia de los convenios autonómicos, como propone una parte del Ejecutivo.

Los nacionalistas vascos exigen que se garantice la superioridad de que lo que se acuerde en el País Vasco sobre el marco estatal «por ley y ahora». Su advertencia, según aseguraron a Europa Press, es que votarán en el Congreso «en función de lo que esté ya por escrito y tenga rango de ley, y no en base a promesas o futuribles». Y piden por ello al Gobierno que no insista en la vía de la reforma del Estatuto de los Trabajadores ni trate de «confundir a la opinión pública».