Fallece Luc Montagnier, el nobel antivacunas que codescubrió el VIH

redacción LA VOZ

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Montagnier, en una imagen del mes pasado en la que participó en una manifestación antivacunas en Milán
Montagnier, en una imagen del mes pasado en la que participó en una manifestación antivacunas en Milán Mourad Balti Touati

El científico dilapidó su prestigio en los últimos años con teorías absurdas como la teletrasportacion del ADN a través de ondas electromagnéticas, el uso de antibióticos para tratar el autismo y el covid y la papaya para el párkinson

10 feb 2022 . Actualizado a las 23:55 h.

Cuando aún no había fallecido de sida Rock Hudson, el científico Luc Montagnier ya había logrado aislar e identificar el virus que causaba el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, una enfermedad para entonces rodeada de un gran estigma social. Por descubrir el VIH en 1983, Montagnier recibió el Premio Nobel de Medicina en 2008, junto a su colega Françoise Barré-Sinoussi.

A la edad de 89 años, este biólogo y virólogo francés, ha muerto este martes, 8 de febrero, según confirman los diarios locales. Nacido en 1932 en Chabris (Francia), comenzó sus estudios en los años sesenta y llegó a dirigir importantes instituciones científicas como el Instituto Pasteur, el francés Centro para la Investigación Científica (CNRS) o el Centro de Biología Molecular y Celular del Queens College, entre otros, tanto en Francia como en Estados Unidos.

También mereció el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2000, por «la originalidad, calidad, y extensión de su labor científica, así como la trascendencia práctica para el diagnóstico, prevención y tratamiento de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana y el Sida». Se le concedió esta distinción junto a Robert Gallo, un investigador norteamericano que también se atribuía el descubrimiento del VIH.

Pasará a la historia de la ciencia por sus logros, pero también porque en los últimos años de su carrera dilapidó su prestigioso profesional aliándose con teorías absurdas impropias de su currículo científico.

Desde hace más de diez años, Montagnier había perdido parte de su prestigio con polémicas declaraciones alejadas de la ortodoxia científica. Sostuvo, por ejemplo, que los africanos tendrían menos problemas con el sida si tuvieran una alimentación más equilibrada, o propuso curar al papa Juan Pablo II, enfermo de Parkinson, con papaya fermentada. También propugnó la cura del autismo con antibióticos, al igual que la del covid con este mismo tratamiento, cuando se trata de una enfermedad causada por un virus, no por bacterias.

Abanderado de la homeopatía, llegó a asegurar que el agua tenía una memoria de los compuestos con los que entraba en contacto e incluso llegó a afirmar que el autismo podía tratarse con antibióticos, lo que generó el rechazo de sus colegas científicos, muchos de los cuales llegaron a denunciar públicamente su discurso.

En noviembre del 2017 su discurso se dirigió contra la vacunación obligatoria de los niños, lo que provocó una denuncia pública de 106 académicos. «No podemos aceptar -escribieron en su momento- de uno de nuestros colegas que utilice su premio nobel para difundir, fuera del ámbito de su competencia, mensajes peligrosos para la salud, desafiando la ética que debe presidir la ciencia y la medicina». Montagnier había llegado a afirmar que la vacunación suponía un riesgo de «envenenar gradualmente a la población».

Sus polémicas más recientes llegaron con la irrupción del coronavirus SARS-CoV-2. En abril del 2020 llegó a afirmar que el virus que genera el covid era una fabricación humana que se escapó de un laboratorio cuando se intentaba fabricar una vacuna contra la infección. Incluso aseguró que en su secuencia genética tenía restos del virus del VIH. Pero nunca aportó ninguna prueba para sostener sus sospechas ni se basó en ningún estudio científico para ello.

Del mismo modo alentó el discurso antivacunas en varias ocasiones, sentenciando que la humanidad y su futuro dependían de los no vacunados. Su discurso fue recogido por el movimiento antivacunas francés para elaborar sus teorías negacionistas.

También fue conocido por defender la homeopatía y la teletransportación de ADN a través de ondas magnéticas.

Montagnier, según indicó el Instituto Pasteur en su biografía, participó en la creación de varias compañías de biotecnología en Estados Unidos y Francia, y es autor o coautor de 350 publicaciones científicas y de más de 750 patentes.