El informe de errores de la pandemia en Países Bajos describe decisiones idénticas a las españolas

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El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, durante una sesión parlamentaria sobre el covid en marzo del 2020
El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, durante una sesión parlamentaria sobre el covid en marzo del 2020 BART MAAT

Refleja un «desastre silencioso» en las residencias y critica la influencia de poner a un virólogo como principal asesor del Gobierno

17 feb 2022 . Actualizado a las 09:32 h.

La Junta de Seguridad Neerlandesa (OVV), que investiga la gestión del Gobierno de la pandemia, publicó este miércoles un primer informe en el que denuncia un «desastre silencioso» en las residencias de ancianos en los primeros meses y criticó el enfoque «subordinado a controlar el virus» del virólogo jefe Jaap van Dissel, que desempeñó un papel similar al que tuvo en España el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón.

El OVV, dirigido por el exministro de Finanzas Jeroen Dijsselbloem, concluyó que el Gobierno se centró en los hospitales y prestó muy poca atención a las residencias durante la primera fase de la pandemia, lo que resultó en consecuencias «graves» para este grupo vulnerable y dio lugar a «un desastre silencioso» en los hogares de ancianos.

Este informe abarca el período entre febrero y septiembre de 2020, cuando la mitad de los fallecimientos registrados oficialmente a causa de la covid-19 tuvieron lugar en residencias, cifras muy parecidas a las registradas en España.

Durante esa etapa, los equipos de protección solo se entregaron a los hospitales y las UCI, pero no al personal de las residencias, y cuando empezó a denunciarse la gravedad de la situación en los hogares de ancianos, el Gobierno impuso una prohibición de visitas, lo que «tuvo un gran impacto social y psicológico por la soledad y porque los familiares no siempre pudieron despedirse de sus seres queridos», denuncia la OVV, tal como en España hicieron cientos de familias y numerosos colectivos.

Además, Dijsselbloem señaló, durante la rueda de prensa de presentación del informe, que Países Bajos «no estaba bien preparada» para una crisis sanitaria nacional prolongada en el tiempo, y lamentó que no se tuvo en cuenta la incertidumbre que rodeó al SARS-CoV-2 durante los primeros meses.

El OVV denunció la «visión limitada» del enfoque que provocó la presencia de Van Dissel, jefe del centro de control de enfermedades contagiosas del Instituto de Salud Pública (RIVM) y del equipo de gestión de brotes (OMT), en casi todos los equipos que asesoran al Gobierno.

Su papel impidió que se mirara «más allá del tema de las enfermedades infecciosas» y el OVV le responsabiliza del hecho de que el primer ministro Mark Rutte usara en un discurso el término «inmunidad de rebaño» como objetivo de la estrategia inicial, una «connotación científica» que provocó las críticas de los expertos.

Van Dissel mostró abiertamente sus dudas sobre la utilidad de las mascarillas, alegando que daban una falsa sensación de seguridad, lo que «socavó» la confianza de la sociedad. El Gobierno tardó hasta diciembre de 2020 en imponer su uso en los espacios cerrados de acceso público y Van Dissel tildó esta decisión de «política y no científica».

Además, Dijsselbloem criticó que el OMT solo estuviera compuesto por expertos en salud, que, además, tomaban las decisiones en lugar del Gobierno, lo que, como resultado, hizo que el OMT tuviera un «papel responsable en lugar de un papel consultivo».

El OVV hará otras dos investigaciones sobre la gestión de la pandemia, la segunda se enfocará en el período entre septiembre de 2020 y julio de 2021, y sus conclusiones se publicarán en verano.