Orange y MásMóvil se unirán en el segundo mayor grupo de telefonía

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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Juan Carlos Hidalgo

Estará valorado en 19.600 millones y será líder en líneas móviles y de banda ancha

08 mar 2022 . Actualizado a las 19:30 h.

Boda de altura en el mercado español de las telecomunicaciones. Orange y MásMóvil, segundo y cuarto mayor operador en la actualidad, anunciaron ayer que han dado los primeros pasos para su fusión. De momento, se encuentran en un «período de negociación en exclusiva para combinar sus negocios en España», que alumbraría una joint venture —una empresa conjunta— que estaría controlada al 50 % por Orange y Lorca JVCO (matriz de MásMóvil).

El nuevo gigante que resultaría de la operación estaría valorado en 19.600 millones de euros y, aunque ambas partes tendrían la misma participación en la sociedad, su aportación a la misma no sería equilibrada, ya que a MásMóvil se le asigna una valoración de 11.500 millones de euros, que quedarían en unos 5.000 millones descontada su abultada deuda, frente a los 8.100 en los que se calcula la de Orange. Para equilibrar esa diferencia, fuentes conocedoras de la operación explican que lo previsible es que la nueva sociedad pida un préstamo para compensar a los accionistas que realizan una aportación mayor a la empresa conjunta.

Aunque todavía se situaría por detrás de Telefónica en valor (la capitalización bursátil de la antigua empresa pública supera los 22.300 millones) y en ingresos (prevé facturar 7.500 millones al año en España, frente a los 12.417 del gigante que dirige Álvarez-Pallete), la nueva compañía será líder por número de líneas de telefonía móvil y de banda ancha. En concreto, la fusión de Orange y MásMóvil daría servicio a 7,1 millones de clientes de telefonía fija (de los cuales 5,6 son convergentes, es decir, tienen contratados otros productos como internet), a 20,2 millones de usuarios de telefonía móvil con contrato y a 1,5 millones de clientes de televisión de pago.

La fusión colocará bajo el mismo paraguas hasta quince marcas. Así, Orange (participada en un 21 % por el Estado francés) opera bajo su propia enseña, la de Jazztel y Simyo. Mientras que MásMóvil (controlada en un 85 % por fondos de inversión como KKR, Cinven y Providence) gestiona una docena de marcas: Yoigo, MásMóvil, Pepephone, Virgin Telco, Lycamobile, Lebara, Llamaya, Guuk, CableMóvil, Telecable, Euskaltel y R. Estas últimas, adquiridas el pasado verano con una opa sobre el grupo vasco Euskaltel, dueño de la cablera gallega R.

Pese al anuncio, el camino para la integración todavía será largo. La previsión de las compañías es que el acuerdo se firme durante los próximos tres meses, y a partir de ahí se iniciaría un largo proceso para recabar todas las autorizaciones administrativas, regulatorias y de competencia necesarias. Cumplidos los trámites burocráticos (y, de ser el caso, las desinversiones o cesiones de activos que puedan imponer las autoridades, como ocurrió en concentraciones precedentes), la operación no estaría concluida hasta la primavera del 2023.

Salida a bolsa

El acuerdo contempla la posibilidad de sacar la nueva empresa a bolsa, en cuyo caso Orange podría tomar el control de la sociedad. Fuentes del mercado estiman que esa operación pública de venta podría formalizarse en un plazo de dos a tres años, aunque en ningún caso será obligatoria.

Sobre quién llevará las riendas de la nueva empresa resultante, esas mismas fuentes dan por hecho que Meinrad Spenger, actual consejero delegado de MásMóvil, ocupe el mismo cargo en la joint venture, mientras que la presidencia de esa nueva sociedad sería designada por Orange.

El mantenimiento de la marca R y de los 140 empleos en Galicia está blindado hasta el 2026

Los trabajadores de R llevan ya tiempo curados de espantos. No en vano, el grupo ha cambiado tres veces de manos en poco más de diez años. La última vez, el pasado verano, cuando MásMóvil desembolsó cerca de 2.000 millones de euros para hacerse (opa mediante) con el control de Euskaltel. Este había adquirido la cablera gallega en el 2015, comprándosela al fondo británico CVC, que en el 2010 había tomado una participación mayoritaria, propiedad hasta entonces de Caixanova, acabando con la galleguidad en el capital de la firma.

Desde entonces, la gran reivindicación de la plantilla de la cablera pasa por el mantenimiento del empleo y de la marca R. Y eso es lo que reclamarán también una vez que la dirección les traslade unos planes que de momento solo conocen por la prensa, como explicaba Javier Gómez, presidente del comité de empresa de la firma gallega, que aseguraba que de momento la noticia no ha generado mucho nerviosismo entre los trabajadores.

Fuentes próximas a la dirección de MásMóvil garantizan que el futuro de la marca R y de sus 255 trabajadores (140 en Galicia y 115 de la asturiana Telecable) está blindado. Y es que, recuerdan, en el acuerdo con el que tomaron el control de la compañía el pasado verano se garantizó que durante cinco años se mantendrían las marcas propias de Euskaltel y no se aplicaría ningún despido colectivo. Desde el comité ratifican que así ha sido hasta el momento, y que las pocas bajas que se han producido se han acometido mediante despidos individuales por causas organizativas.

Otra de las reclamaciones es que la nueva empresa mantenga los planes de inversión para modernizar la red de fibra y desplegar el 5G.