El Gobierno apura las vías de ERC y el PP para salvar su decreto anticrisis

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados
Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados Chema Moya | Efe

Sánchez anula su viaje a Polonia por lo ajustada que se prevé la votación

28 abr 2022 . Actualizado a las 06:00 h.

Los diputados calculan que la votación sobre la convalidación del llamado decreto anticrisis será sobre las 13 horas de este jueves, y muy probablemente hasta pocos minutos antes no se conozca su resultado. El Gobierno trabaja a contrarreloj en busca de armar una mayoría parlamentaria que se la ha ido complicando con el supuesto espionaje a dirigentes independentistas por parte del CNI, hasta el punto de que ayer a última hora se abrió a tramitar el decreto como proyecto de ley, lo que permite aportaciones del resto de grupos, en un claro intento por alcanzar la mayoría simple en el hemiciclo. Se trata de uno de las exigencias reclamadas por Esquerra y el PP, pero no la única, por lo que todavía no está nada claro.

El catalangate dificulta el apoyo de ERC, que mantiene un debate interno sobre la postura que deben adoptar en la votación de hoy. Por ahora, están en el no, tal y como confirmó su portavoz, Gabriel Rufián: «Pídale el teléfono al señor Casero», dijo, en referencia al diputado popular que se equivocó de botón con la reforma laboral, un error que resultó decisivo para que el Ejecutivo la salvase. Con un voto negativo de ERC, las cuentas se complican. Con una abstención quedarían muy ajustadas. Y su sí salvaría la pelota de partido. Los secesionistas exigen a cambio que rueden cabezas como la de la ministra de Defensa, Margarita Robles, algo que Sánchez no parece dispuesto a conceder, especialmente cuando emprendió un giro hacia el centro, un espacio en el que la exmagistrada es uno de sus grandes activos. La dirección de ERC percibe que deben castigar al Gobierno, y dificultar así que Junts, sus grandes competidores y a la vez sus socios en el ejecutivo catalán, no salgan beneficiados dentro del microcosmos independentista.

Rufián le mostró a Sánchez cuál es el otro camino que puede transitar para evitar sustos: «Tienen una alternativa, el PP. Feijoo. Tienen esa alternativa», dijo.

Esperando a Feijoo

En el PP tampoco han decidido el sentido del voto, y se mantienen a la espera de los movimientos que puedan producirse en Moncloa. Las tres posibilidades están abiertas. El vicesecretario de Economía del partido, Juan Bravo, envió ayer una carta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con las condiciones para votar a favor, entre las que además de la tramitación del decreto como proyecto de ley, se requería un compromiso firmado para la introducción de cuatro medidas: la «rebaja de impuestos a rentas medias y bajas, bajada del IVA para la electricidad, una gestión eficiente de los fondos europeos y una reducción en el gasto burocrático y político del Gobierno». En el PP sostienen que el simple cambio en la forma de tramitar el decreto «no cambia nada». Sánchez solicitó ayer a Feijoo su colaboración: «Ayer les escuchaba (al PP) quejarse de que no había pedido formalmente su apoyo. Pues hoy se lo pido a ustedes», dijo.

La opción que cobra fuerza es la abstención. Los diputados desconocían ayer la decisión final, pero coincidían en apreciar una oportunidad de demostrar sentido del Estado, y a la vez de seguir cocinando al Gobierno a fuego lento. El voto negativo del PP unido al rechazo de ERC propiciaría una sonada derrota del Gobierno muy debilitado, tanto a nivel interno, con una relación con sus socios de coalición cada vez más difícil, como en el marco parlamentario, en donde les cuesta sumar apoyos.

Una señal de que la votación está tan ajustada es que Sánchez decidió anular su viaje a Moldavia y Polonia. Todo puede decidirse por un voto, una similitud con la reforma laboral que provocó que el chascarrillo sobre Casero resultase ayer casi inevitable por los pasillos de la Cámara.

Moncloa cuenta con 169 votos, pero necesita seguir sumando

Aunque no todos estén garantizados, en el Gobierno confían en tener atados 169 apoyos de los 349 diputados de los que conforman el Congreso en este momento, con la baja de Alberto Rodríguez sin cubrir por Podemos. El Ejecutivo necesita mas síes que noes. Los contactos con representantes de las formaciones minoritarias se intensificaron. Entre ellos, el BNG o de Teruel Existe, los dos últimos votos que decantaron la investidura de Pedro Sánchez en enero del 2020.