Parada exprés en Ferrol del Ysabel, el buque del Ejército que lleva armas para Ucrania

Manuel Arroyo Alves
Manuel Arroyo FERROL

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El Cantabria relevará a la F-103 en la flota de la OTAN del Mediterráneo

28 abr 2022 . Actualizado a las 12:47 h.

El buque Cantabria (A-15) zarpará en los próximos días hacia el Mediterráneo para integrarse en la flota de la OTAN que opera en esas aguas. La dotación de la unidad logística de la Armada, con base en Ferrol, ultima los preparativos para su inminente despliegue con la agrupación naval aliada a la que actualmente aporta sus capacidades la fragata Blas de Lezo (F-103), también basada en el Arsenal Militar ferrolano, y que, a finales de enero, adelantó su salida debido a la escalada de tensión de aquellos días en Ucrania y que dio lugar a la invasión rusa. Desde entonces, la F-103 opera en la citada flota permanente, denominada Standing Nato Maritime Group 2 (SNMG-2, por sus siglas en inglés). Supera, por tanto, la estimación inicial de dos meses de despliegue, aunque ya en el momento de su salida, el comandante de la 31 ª. Escuadrilla, Gonzalo Leira, apuntó que la duración de la misión «podría verse alargada en función de las circunstancias».

Ahora, el Cantabria se prepara para ese relevo. De hecho, en los últimos días el buque ha reforzado sus capacidades con una salida a la mar para realizar adiestramiento individual, de cara a cerrar el alistamiento de personal y material. 

Equipos especiales

También la Fuerza de Protección (Fupro) de la Armada ha preparado una unidad completa de EOS (Equipos Operativos de Seguridad) de Infantería de Marina —compuesto por once militares— para embarcar en el Cantabria, según fuentes oficiales. Además, otros tres equipos de estas unidades específicamente entrenadas para la seguridad, defensa e intervención en buques están a disposición de la OTAN debido al nivel de alerta.

Mientras, la SNMG-2 continúa su actividad en el área del Mediterráneo oriental y central comandada, por turno, por el contralmirante italiano Mauro Panebianco. Las jornadas pasadas se dedicaron al entrenamiento defensivo contra ataques de pequeñas embarcaciones y a ejercicios con cazas de combate Eurofighter Typhoon de la Real Fuerza Aérea británica.

El Ysabel, en Ferrol

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el jueves de la semana pasada, durante su viaje a la capital ucraniana, Kiev, que España cedería más material militar —que duplica lo enviado anteriormente en aviones— para hacer frente a la ofensiva rusa. Con ese cometido, el buque Ysabel (A-06) zarpó de la base de Rota (Cádiz), cargado con 200 toneladas de equipamiento bélico comprometido por Sánchez ante su homologo ucraniano, Volodímir Zelenski. El nuevo contingente incluye, además de armamento, munición y ayuda humanitaria, 30 camiones y diez vehículos ligeros. Su destino, el puerto polaco de Gdynia, desde donde se encaminará para su entrega a las fuerzas ucranianas.

En esa navegación hacia el norte, el Ysabel hizo una parada en Ferrol, de apenas 45 minutos. Según fuentes oficiales, la breve escala se debió a motivos «técnicos», para recoger algún tipo de material preciso. De hecho, la maniobra se limitó al área del puerto exterior de Caneliñas. En torno a las once y media de la mañana del viernes, el buque enfiló la bocana de la ría mientras una embarcación menor de la Armada se aproximó para hacer la entrega. A las 12.15 horas, el logístico del Ejército retomó el rumbo. La última posición reportada en los localizadores lo situaba este martes en el área del mar Céltico, en su tránsito hacia el Canal de la Mancha.

Unidades de la 31ª.

En la 31ª. Escuadrilla de Superficie se enmarcan las cinco fragatas F-100 y los dos logísticos Patiño y Cantabria. La Armada, consultada sobre los futuros compromisos de las demás unidades, indicó que «todavía no están definidos por estar aun dependiente de posibles cambios».

Las fragatas y logísticos desplegados en el contexto de la invasión rusa

 

El Cantabria, este martes en su amarre habitual de la base del Arsenal Militar
El Cantabria, este martes en su amarre habitual de la base del Arsenal Militar JOSE PARDO

 

Cuando el 24 de febrero el Ejército ruso inició la invasión de Ucrania, la Armada tenía desplegados cinco buques en el Mediterráneo, con toda la atención puesta en el área del mar Negro. Además de la Blas de Lezo, en los primeros compases del conflicto estaban en la zona la Álvaro de Bazán (F-101) —también con base en Ferrol—, la Navarra (F-85), de Rota, el BAM Meteoro (P-41) y el cazaminas Sella (M-32), basados en los arsenales de Las Palmas y Cartagena, respectivamente.

Los buques ahora movilizados en el contexto de la guerra de Ucrania tienen las encomiendas de aportar sus capacidades a la SNMG-2 o de transportar cargamento bélico comprometido con Kiev.

La Blas de Lezo es la tercera F-100; una serie construida en los astilleros locales, reconocida y exportada a otros países por su buen rendimiento. Está considerada como una de las fragatas antiaéreas más capaces y avanzadas del mundo; preparada para operar en escenarios demandantes. Su dotación es de unos 200 militares.

El Cantabria, construido en Puerto Real, es un buque de aprovisionamiento en combate que, junto a su hermano mayor, el Patiño, y las F-100, integra la 31ª Escuadrilla. La dotación habitual es de unos 170 marinos.

El buque logístico Ysabel, recibido por el Ejército de Tierra el pasado mes de junio, acomete con este viaje su primera misión en el extranjero. Defensa optó por la compra de este barco, originalmente civil, para cubrir las bajas del Martín Posadillo y El Camino Español. Los trabajadores de Navantia reclamaron entonces, sin éxito, que su adaptación se hiciese en Ferrol.