Las perlas del papa Francisco: del no debemos tener hijos «como conejos» a «María, 'influencer' de Dios» y «la lengua de las suegras»

María Viñas Sanmartín
María Viñas REDACCIÓN / LA VOZ

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GIUSEPPE LAMI | efe

A veces por el tema, a veces por su planteamiento y a veces por las palabras elegidas, cada vez que el pontífice abre la boca sube el pan

29 abr 2022 . Actualizado a las 09:29 h.

«A vosotras, suegras, os digo: tened cuidado con vuestras lenguas. Es uno de los pecados de las suegras, la lengua». La intención —probablemente— era conciliadora, pero con su homilía del miércoles el papa Francisco dejó descolocado al personal, tanto al ateo como al fiel. No era la primera vez. Esta peculiar exhortación a las madres de los cónyuges, a las que además catalogó de «especiales» y «personajes míticos» —curiosamente justo antes había pedido superar los prejuicios comunes— corona un abultado historial de perlas que Bergoglio arrastra desde hace tiempo.

No tener hijos «como conejos». En el 2015, durante un vuelo de Manila a Roma, el papa apeló a una paternidad responsable sosteniendo que, aunque la condición del matrimonio es «la apertura a la vida», el cristiano no tiene por qué «reproducirse en serie». «Algunos creen que para ser buenos católicos debemos ser como conejos», dijo.

El perdón a México. El pasado octubre, Francisco envió una carta al pueblo mexicano con motivo del bicentenario de su independencia de España, en la que consideraba necesario hacer una relectura del pasado y reconocer los errores cometidos, «muy dolorosos». «Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización», admitió.

Campamentos de refugiados y campos de concentración. Tras haber conocido a un exiliado en un asentamiento de Lesbos, Bergoglio comparó en abril del 2017 los campamentos de refugiados y los campos de concentración. Ambos están «llenos de gente», dijo. La equiparación tocó la fibra más sensible de los judíos, que enseguida señalaron que la magnitud de ambas tragedias no tenía nada que ver.

«Egoístas» los que prefieren mascotas a hijos. El pasado 5 de enero, durante una audiencia en el Vaticano, Francisco tachó de «egoístas» a los que en vez de tener hijos preferían tener mascotas. «Muchas parejas no tienen hijos porque no quieren o tienen solamente uno porque no quieren otros, pero tienen dos perros, dos gatos (...) que ocupan el lugar de los hijos. Es la realidad. Y este hecho de renegar de la paternidad y la maternidad nos rebaja, nos quita humanidad».

Pedir perdón a los homosexuales. No solo acapara titulares Francisco por expresiones desafortunadas, también por su transgresión y sus planteamientos como cabeza visible de una institución, la Iglesia, intrínsecamente conservadora. Tres años después de asumir el cargo, Jorge Mario Bergoglio dijo en conversación con periodistas a bordo de un avión que los cristianos y la Iglesia católica deberían pedir disculpas a los homosexuales por la manera en la que los han tratado a lo largo de la historia. También, buscar el perdón de las mujeres.

«Si un gay acepta al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?». Ya a los tres meses de ser nombrado papa, dejaba claro lo rupturista de su actitud con respecto a las personas que se sienten atraídas por individuos de su mismo sexo. Fue también a bordo de un vuelo, con reporteros a su alrededor, cuando soltó la ya célebre frase de «¿Quién soy yo para juzgar a los gais?». Abiertamente en contra del lobi «los lobis actúan contra la Iglesia»—, declaró que si una persona es gay, acepta al Señor y tiene buena voluntad, él no era nadie para juzgarla. «El catecismo de la Iglesia católica explica y dice que no se deben marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad», añadió.

«Evitar el embarazo no es un mal absoluto». También hubo escozor en las filas más ortodoxas de creyentes cuando en el 2016 el santo padre se abrió al uso de anticonceptivos en ocasiones concretas. Se refería a su utilización como método protector frente al contagio del zika en las zonas afectadas. Aunque se mostró contrario al aborto —«un crimen, un mal absoluto, echar fuera a uno para salvar a otro, como hace la mafia»—, concedió que evitar el embarazo no era «un mal absoluto».

La Virgen María, «la influencer de Dios». Durante su visita a Panamá en el 2019, sede de la Jornada Mundial de la Juventud, el papa quiso mimetizarse con el público que se acercó a verle y echó mano de la jerga moderna. Con el glosario bien aprendido, animó a los presentes a seguir los pasos de «María, la influencer de Dios», una joven de Nazaret que, aunque no salía en las redes sociales de la época, «se volvió la mujer que más ha influenciado en la historia».