Boris Johnson encara un mes decisivo para salvar su puesto en Downing Street

Juan FRANCISCO Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Boris Johnson, el pasado 22 de abril durante una visita a un centro de formación en Burnley (Lancashire)
Boris Johnson, el pasado 22 de abril durante una visita a un centro de formación en Burnley (Lancashire)

Las elecciones municipales del próximo 5 de mayo marcarán su futuro

02 may 2022 . Actualizado a las 16:16 h.

Mayo acaba de empezar y, aunque algunos pronósticos meteorológicos aseguran que este mes podría ser el más frío en 25 años en el Reino Unido, en el mundo político prometen mantener caldeados los ánimos de los británicos. Así, para este próximo jueves están convocadas elecciones municipales en Inglaterra, Escocia, Gales y autonómicas en Irlanda del Norte; cuyos resultados podrían marcar el inicio del fin del mandato primer ministro conservador Boris Johnson.

La última encuesta de Yougov, publicada el 27 de abril, vaticinaba un duro varapalo a los tories del premier en Londres, donde apenas cosecharían el 23 % de los votos frente al 50 % que lograrían sus rivales laboristas. En el resto del país, por su parte, el panorama luce más reñido entre ambas formaciones. Estos datos contrastan con la amplia victoria que los tories consiguieron en los pasados comicios locales de hace un año. ¿Qué ha pasado en estos doce meses para que los electores estén pensando en propinarle semejante castigo en las urnas al partido en el Gobierno? Por un lado, está el incesante goteo de revelaciones casi diarias sobre las fiestas ilegales celebradas en Downing Street, durante los confinamientos contra el covid-19; y, por el otro, está la incapacidad del Ejecutivo de controlar o paliar la ola inflacionaria que sacude al país desde finales del año pasado.

Muchos conservadores disconformes con Johnson aguardan los escrutinios para ver si se reactiva la moción de no confianza (censura) que a principios de año se puso en marcha a raíz del estallido del llamado Partygate. La invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, hizo que el grueso de los promotores de la iniciativa desistieran de ella, por considerar que no era conveniente sumergirse en el proceso para reemplazar al líder de la formación mientras se hacía frente a la agresión del Kremlin. No obstante, la noticia de que Scotland Yard, como se conoce a la Policía de Londres, multó a Johnson por asistir a una de esas fiestas y la posibilidad de que reciba nuevas sanciones similares encendieron la mecha nuevamente.

Hasta ahora dos diputados (Mark Harper y el exministro Steve Baker) han anunciado que enviarán nuevas cartas al todopoderoso Comité 1922 del partido para iniciar el proceso para someter a votación el puesto del premier. Asimismo, otros como Tobias Ellwood han pedido a Johnson que dimita.

La publicación, a finales de mes, de los informes sobre el escándalo que preparan la subsecretaria de la Oficina del Gabinete, Sue Gray, y la policía es lo que algunas de las siete facciones que conviven en el Partido Conservador estarían esperando, asegura la prensa.

Principales facciones

Entre estos grupos destacan cinco grandes: el primero, los leales a Johnson, entre los cuales figuran hasta ahora la totalidad de los ministros, las máximas autoridades de la formación y el grueso de los diputados. El segundo, los veteranos que no tienen nada que ver, entre los cuales destacan distinguidos y respetados dirigentes como el exministro Roger Gale, quien ha sido muy crítico con Johnson en los últimos años. En el tercer grupo están los diputados que en las generales del 2019 lograron hacerse con escaños tradicionalmente ocupados por laboristas y que ahora temen que el primer ministro les reste votos.

En cuarto lugar, están aquellos brexiteros desencantados con el Gobierno porque no ha aprovechado las «oportunidades del brexit»; y, por último, están los moderados, entre ellos Ellwood, con parte de los cuales ya se reunió en días pasado la ministra de Exteriores, Liz Truss, uno de los posibles recambios de Johnson.

El crítico Harper da por hecho que para el verano el primer ministro deberá someterse a una moción de no confianza. El tiempo dirá si eso ocurre y si tiene la mayoría para superarla.