Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

ACTUALIDAD

Bomberos apagan un incendio tras un bombardeo en un parque infantil de Jarkov.
Bomberos apagan un incendio tras un bombardeo en un parque infantil de Jarkov. SERGEY KOZLOV | Efe

05 may 2022 . Actualizado a las 22:15 h.

El término Gran Guerra Patria o Gran Guerra Patriótica que se ha utilizado durante décadas en Ucrania es una invención de Stalin, así como la conmemoración del 9 de mayo como el Día de la Victoria. Ahora vemos la guerra contra Alemania (1941-1945) como una parte de la Segunda Guerra Mundial que finalizó el 2 de septiembre de 1945. 

Para Ucrania, el conflicto mundial empezó en 1939, cuando la URSS ocupó las tierras ucranianas que pertenecían a Polonia, tras la firma el 23 de agosto de ese año del Pacto de Ribbentrop-Molotov [tratado de no agresión entre la Alemania nazi y la Unión Soviética]. Se distinguen varias formas de participación de los ucranianos en la guerra. Millones de ellos formaron parte del Ejército Rojo. Sin los ucranianos, la Unión Soviética nunca hubiera logrado la victoria. Grandes territorios del país fueron ocupados durante tres años y sufrieron las horribles consecuencias de la política de exterminio nazi. Al mismo tiempo, muchos ucranianos, enrabiados por las represalias estalinistas, combatieron en las filas alemanas contra los soviéticos. Uno de los episodios más desconocidos de la Segunda Guerra Mundial es la historia del Ejército Rebelde Ucraniano que luchó en dos frentes: contra el totalitarismo bolchevique y contra la dictadura hitleriana.

Yevhen Svertsiuk, el símbolo de la resistencia antisoviética ucraniana, describió esta lucha en términos quijotescos: «En Volyn, bajo la bandera azul y amarilla, escondiéndose de los invasores, se reúnen jóvenes campesinos. Nunca han aprendido la disciplina militar. No tienen armas, solo los fusiles y ametralladoras abandonados por los soviéticos. Se proclaman independientes de los territorios de los grandes invasores. Contra ellos actúan destacamentos punitivos, tanques y aviones. Las aldeas están en llamas. Pero la guerra sigue: la Ucrania independiente en la sangre, en humos e incendios no se entrega. Los niños escriben en las paredes con letras grandes: ‘Muerte a Hitler y a Stalin’. Los padres y abuelos reprochan a los hijos: ‘Sois idiotas con esos fusiles y granadas herrumbrosos. Hoy todo el mundo está temblando ante Hitler y Stalin y vosotros queréis luchar simultáneamente contra ambos’. Sí, es verdad que todo el mundo está temblando y recibe alimentación y armas de los aliados. Pero ‘los idiotas’, armados con metralletas y cañones recogidos del enemigo, siguen resistiendo contra los marrones y los rojos durante diez años. Muchos de ellos dieron sus vidas en esta guerra, perdieron batallas, se levantaron y cayeron, pero con cada nuevo levantamiento forjaron la leyenda de su indocilidad. Ellos reavivaron el espíritu popular de la lucha por la verdad contra las fuerzas del mal. Sus nombres han sido puestos en ridículo o acusados, sus cuerpos yacen en fosas olvidadas, ¡pero su leyenda pertenece a la eternidad! Alguien hará de esta leyenda un cuento heroico-nacional, para otros esta leyenda será una historia quijotesca».

Este año el Día de la Victoria en Ucrania se celebrará el 8 de mayo porque el 9 de mayo se ha convertido en algo tóxico y en desuso por ser la fecha que representa el nuevo fascismo ruso y del putinismo paranoico.

Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de

Anteriores entregas

 3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)