Combates cuerpo a cuerpo entre rusos y ucranianos en la acería de Mariúpol

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

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Vista aérea de los bombardeos rusos sobre la planta de Azovstal, en Mariúpol.
Vista aérea de los bombardeos rusos sobre la planta de Azovstal, en Mariúpol. AZOV REGIMENT | R4euters

Un convoy de la ONU se dirige a la planta para evacuar a los civiles que aún permanecen allí. Un subcomandante del Batallón de Azov acusa a Rusia de romper la tregua y frenar la salida de mujeres y niños

06 may 2022 . Actualizado a las 11:00 h.

«Es ya el tercer día en que el enemigo ha irrumpido en el complejo de [la planta siderúrgica de] Azovstal. Se está llevando a cabo un feroz y sangriento combate». Es el mensaje por las redes del capitán Sviatoslav Palamar, subcomandante del Batallón Azov, el regimiento nacionalista que resiste en los laberínticos búnkeres de la acería de Mariúpol, donde aún se encuentran «cientos de civiles y más de 30 niños», según el alcalde Vadim Boychenko.

 

La situación es «crítica», reconoció un jefe de policía a The Washington Post. El último bastión de resistencia en la simbólica ciudad portuaria del mar de Azov parece tener finalmente las horas contadas, ante los combates cuerpo a cuerpo ya se están produciendo dentro del perímetro de la acería y la intensificación del fuego de la artillería, la aviación y los buques rusos. El presidente Vladimir Putin dijo que Ucrania debería ordenar a sus combatientes que se rindan, durante una charla telefónica con el primer ministro israelí, Naftali Bennett, según el Kremlin. Pero los soldados ucranianos parecen dispuestos a sacrificar sus vidas antes que entregarse. 

Ensayos en la plaza Roja

El control total de Mariúpol sería el trofeo que Vladimir Putin busca exhibir en la celebración del Día de la Victoria, el 9 de mayo. La plaza Roja acogió la noche del miércoles los ensayos del desfile militar, en el que participaron más de 10.000 soldados y se exhibieron misiles intercontinentales.

En un vídeo colgado en Telegram, el capitán Palamar, alias Kalyna, hizo un llamamiento al presidente Volodímir Zelenski para que se ocupe de «los soldados heridos que sufren una terrible agonía». «Dé la oportunidad de recoger los cuerpos de los soldados para que los ucranianos puedan despedirse de sus héroes», añade. Entre los defensores que han caído en la planta está Nataliya Luhovska, una ucraniana que se unió al regimiento Azov después de que su hijo muriera en el frente, según cuenta la cadena CNN.

El combatiente de Azov también pidió la evacuación de los civiles atrapados en la planta: «Los rusos han roto su promesa de tregua y no permiten la evacuación de civiles», aseguró. El Ministerio de Defensa ruso había prometido abrir deste jueves al sábado corredores humanitarios para la salida de todos los civiles que se encuentren en Azovstal en la dirección que «ellos elijan», en referencia a zonas controladas por fuerzas rusas o por el Gobierno de Kiev.

Después de que un centenar de civiles pudieron abandonar la planta el domingo, no ha vuelto a salir ninguno desde entonces.

La ONU, en colaboración con la Cruz Roja, estaba llevando a cabo ayer una nueva operación para evacuar civiles de Mariúpol, la tercera que se organiza esta semana. Así lo confirmó anoche el secretario general de la organización, António Guterres, aunque no quiso dar detalles para «no perjudicar las posibilidades de éxito». Sí lo hizo, el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, que confirmó que «el convoy se dirige a Azovstal». Esperamos recoger al resto de civiles en ese sombrío infierno y llevarlos a un lugar seguro».