El crac de las criptomonedas atrapa a miles de pequeños inversores

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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YONHAP | EFE

Se calcula que en dos años solo sobrevivirán el 20 % de las que circulan

14 may 2022 . Actualizado a las 10:00 h.

El hundimiento de las criptomonedas UST —supuestamente estable y cuyo precio está acoplado al dólar— y Luna, vinculadas a Terra, que ha quedado esta semana reducida a cenizas en el lapso de 24 horas, ha arrastrado consigo a todo el ecosistema cripto. El mercado ha perdido más de la mitad del valor que tenía hace medio año. Un ejemplo de ello ha sido el desplome de la moneda reina, el bitcóin, que ha retrocedido más de un 50 % respecto a hace solo seis meses. El 30 % de esa caída se ha concentrado en la última semana. Hoy ya solo vale 28.255 euros, de los 59.200 que se llegaron a pagar por ella.

No es la única damnificada. Se han evaporado del mercado unos 192.000 millones de euros. Es más que toda la riqueza que produce un país como Grecia en un año. ¿Quiénes son los rostros de los perjudicados? Al margen de los miles de inversores anónimos, figuras como la del consejero delegado de la plataforma de intercambio Binance, Changpeng Zhao, quien tiene ahora un patrimonio ocho veces menor que el que atesoraba a principios de año, según Bloomberg.

La principal casa de cambio estadounidense, Coinbase, que patrocina la NBA, también coquetea con la bancarrota, lastrada por unos resultados cada vez más decepcionantes. El colapso de Terra ha sido la puntilla. Las acciones de la compañía, que salió a bolsa en abril del 2021, han perdido el 84 % de su valor. Una quiebra serían palabras mayores porque sus promotores podrían bloquear los depósitos de sus clientes y utilizarlos para saldar deudas.

¿A qué se debe esta debacle?

Confluyen varios factores. En primer lugar, la situación económica, caracterizada por una gran liquidez de dinero en el mercado y una inflación galopante, que corroe los ahorros y empuja a los inversores a buscar activos de alta rentabilidad, como las criptomonedas. El mercado, en pleno ciclo alcista, está sobrevalorado: «Es necesario una purga, una gran limpieza en la cantidad de proyectos y criptomonedas que hay», asegura el responsable de desarrollo de negocio de Incotec y fundador Creatiblock, Pablo López. No obstante, el detonante que ha hundido Terra ha sido un error tecnológico. El algoritmo que sostenía a Terra-Luna dejó de funcionar. La intervención manual en el sistema se interpretó como una manipulación del mercado y los inversores comenzaron la estampida. No obstante, López cree que la huida no es casual. Los grandes fondos de inversión podrían haber forzado el desplome para arrastrar a otros criptoactivos, como bitcóin, hundir su valor, y comprar más barato. Las últimas señales del mercado apuntan en esa dirección porque su criptodivisa (BTC) se revalorizó ayer un 3,5 %. Lo mismo le ocurrió a ethereum, que tras caer casi un 18 % en cinco días, ayer subía casi un 6 %, y litecoin, que se dejó un 24 % en ese período y ayer recuperaba un 8,4 % de su valor.

¿Quiénes son los damnificados ?

Principalmente fondos de inversión asiáticos y norteamericanos, aunque se calcula que un 20 % del capital evaporado pertenece a particulares. Según apunta el vicepresidente de la asociación tecnológica Agalbit, Antonino Comesaña, entre 60.000 y 80.000 gallegos tienen inversiones en criptoactivos: «Es muy probable que haya gente gallega afectada», sostiene. No obstante, solo entre el 15 y el 20 % de quienes se arriesgan en este mercado en Galicia desembolsan más de 10.000 euros. La mayoría (80 %) destinan cuantías de entre 1.000 y 4.000 euros.

Preocupan más los dramas familiares en países como Argentina y Venezuela, donde la inflación (del 58 y el 686 %, respectivamente), empujó a muchos hogares a invertir íntegramente su patrimonio en criptoactivos, refugio frente a la pérdida de valor del dinero. Algunos lo han perdido todo y se han habilitado en foros líneas telefónicas de prevención de suicidios.

¿Puede volver a pasar?

Sí. «En un año o dos, el 80 % de los proyectos y criptomonedas actuales van a dejar de existir porque no aportan nada», sostiene López, quien cree que el rebote de la última jornada estabilizará el mercado por un tiempo, antes del próximo susto. Y es que, como apuntan los expertos, hay una mayor oferta de proyectos que demanda y las autoridades regulatorias acechan este mercado para evitar que escapen de la supervisión de los bancos centrales. A pesar de todo, está convencido de que «las previsiones siguen siendo favorables» para el ecosistema cripto.

El perfil de quien ha perdido dinero: joven, clase media y con poca capacidad de ahorro

«El mercado de criptomonedas es una selva», admite Pablo López, quien cree que el 70 % de quienes invierten en él no están cualificados para ello. El perfil más habitual es el de gente joven, de clase media y que apenas tiene capacidad de ahorro. Entran en el mercado como quien pone un pie en una casa de apuestas: «Vienen atraídos por los grandes rendimientos que se ofrecen. Entran a probar, como un juego, y apuestan a una moneda porque alguien se lo ha recomendado o la han visto anunciada en un equipo de fútbol, pero no tienen capacidad de análisis ni conocimiento de la tecnología», explica López. Cada vez son más. De hecho, el Banco de España reveló en un informe reciente que uno de cada diez adultos ha invertido en criptomonedas (4,5 millones de españoles). O eso creen, porque Comeñasa aclara que hay mucho fraude en el mercado.

Lo que preocupa es que la actividad está aumentando entre los jóvenes de entre 18 y 25 años. Muchos de ellos espoleados por organizaciones al margen de la ley, como IM Mastery Academy. Ocho miembros de su cúpula en España fueron detenidos el pasado 14 de marzo, acusados de publicidad engañosa, estafa y pertenencia a una organización criminal. Ofrecían cursos para invertir en criptomonedas y productos de alto riesgo. También llegaron a compartir señales de inversión en grupos de mensajería —hay que estar autorizados para ello—. «Son un fraude. Los conozco bien porque nos viene gente rebotada de esos lados», apunta López.