El Congreso ultima para las generales el fin del voto rogado para la emigración

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

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Recuento del voto emigrante en las elecciones generales del 2016
Recuento del voto emigrante en las elecciones generales del 2016 MARCOS MÍGUEZ

Habrá papeletas descargables, plazos más amplios y se podrá delegar el voto

26 may 2022 . Actualizado a las 20:48 h.

El voto rogado, el sistema que obliga a los españoles residentes en el exterior a tener que solicitar poder participar en cada elección y cruzar hasta tres envíos postales para que su papeleta cuente, está, ahora sí, próximo a su desaparición. El Congreso de los Diputados conocerá la próxima semana la ponencia que se someterá al análisis de los grupos parlamentarios para reformar la ley electoral en los artículos que desde hace once años regulan el voto exterior.

La introducción desde entonces del voto rogado fue duramente cuestionada incluso por la Junta Electoral Central y el mismo Consejo de Estado, dado que dicho ruego y los cortos plazos para votar desde el extranjero se han convertido en un obstáculo insalvable para miles de emigrados, que en su inmensa mayoría acabaron por desistir de seguir participando en los comicios.

A falta de que se oficialice la puesta en común de las propuestas de todos los partidos, se analicen y voten las 119 enmiendas ya presentadas y siga el trámite en el Senado, PSOE, Unidas Podemos y el PP coinciden al fin en los puntos básicos para regular el voto exterior, garantizar su limpieza y posibilitar una participación mayor que la que se registra desde hace once años. Solo un adelanto electoral se apunta desde el Congreso como imprevisible freno al desarrollo de la reforma, que decaería por completo en ese caso, obligando a volver a tramitarla desde su inicio en la siguiente legislatura. La previsión, en cambio, es que el nuevo modelo electoral esté vigente para las elecciones generales que habría que celebrar en el 2024.

Papeleta descargable

Las dos formaciones del Gobierno y la principal de la oposición están de acuerdo en que la mejor forma de asegurarle a la emigración tiempo suficiente para poder votar es que puedan descargarse vía internet las papeletas de su circunscripción en cada proceso electoral. Para ello plantean eliminar el voto rogado y que sea la Administración electoral la que de oficio envíe a todos los residentes en el exterior la documentación precisa, una guía clara que explique cómo votar y los enlaces web a las papeletas de cada provincia. Estas se activarían una vez estén definitivamente proclamadas, subsanados los posibles errores y solventados los potenciales recursos.

El PP quiere incluso que un año después de que se apruebe la reforma electoral, se comience una fase de sustitución progresiva de los envíos postales por parte de la Administración electoral por otra de remisión de toda la documentación vía correo electrónico.

Y si los plazos habilitados para votar podrían llevarse así al límite al hacerse telemáticamente, los textos recogidos para confeccionar la nueva ley electoral abogan por aumentar de tres a siete las jornadas hábiles para depositar las papeletas en los consulados. Esto conllevaría tener que retrasar el recuento definitivo en cada junta provincial, pasando de los tres días actuales a cinco, lo que prolongará la incertidumbre en los casos en los que los resultados sean apretados.

Los dos partidos del Gobierno defenderán que los datos del censo exterior se verifiquen, depuren y actualicen cada cinco años y se haga por primera vez seis meses después de que se apruebe la reforma electoral, plazo este que también secunda el PP.

Voto delegado

La nueva ley recogerá con altas posibilidades una nueva figura electoral para los residentes en el exterior: la del votante por delegación por parte de aquellas personas que no puedan realizar el proceso por ausencia o incapacidad. El grupo popular defiende que una misma persona solo pueda representar a otra, pero partidos como Esquerra abogan porque estas puedan votar incluso por tres. Está por ver también si la idea del PP de que los sobres depositados en urnas en las embajadas, consulados o locales que se habiliten deberán llevar o no un adhesivo en su cierre, facilitado por la Administración electoral para certificar que no ha sido manipulado.

 

Galicia: de cien mil votos a solo cinco mil en trece años

En el 2009, la primera vez que Alberto Núñez Feijoo lideró las listas del PP como candidato a la presidencia de la Xunta, votaron 101.708 gallegos residentes en el extranjero. En el 2020, la última vez que lo hizo el popular, tan solo manifestaron sus opciones electorales 5.726 personas. De participar el 30,3 % del censo exterior a únicamente el 1,24. Esa es la mejor muestra de que el voto rogado implantado en el 2011 desactivó una participación electoral en la que la mayoría de la emigración y su descendencia ya no se sentía involucrada. Y al mismo tiempo que se producía ese declive en los comicios y la imposición de trabas burocráticas, el volumen y peso del censo exterior no ha dejado de crecer.

La extensión de la nacionalidad que la Ley de la Memoria Histórica otorgó a los nietos de los que se fueron a causa de la represión de la dictadura y la reactivación de la emigración por la crisis económica del 2008 dispararon el censo de electores en el extranjero, que cada vez más se aproxima en Galicia al medio millón de personas. A día de hoy son 470.859 los electores gallegos residentes fuera de España, un contingente que representa ya el 17,5 % de todo el censo gallego, que mengua dentro de la comunidad y no deja de crecer en el extranjero.

Voto marinero

Fuentes consultadas de diversas formaciones presentes en el Congreso estiman que la reforma de la Ley Electoral se limitará en esta ocasión a eliminar el voto rogado y establecer nuevas normas para la emigración, pero el BNG ha planteado también que se active un sistema específico para los 10.000 marineros que no pueden acudir a votar por estar en el mar.

Quedan sin margen para ser tratadas otras propuestas tendentes a bajar la edad de voto hasta los 16 años y los intentos por cambiar la representatividad de las provincias eliminando un número mínimo de diputados para todas ellas y hacer que el reparto se base solo en criterios de proporcionalidad poblacional.