El PSOE cede y retira la enmienda sobre prostitución que hacía peligrar la ley del «solo sí es sí»

A. Torices MADRID / COLPISA

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La ministra de Igualdad, Irene Montero
La ministra de Igualdad, Irene Montero Alejandro Martínez Vélez | europa press

La norma impulsada por Igualdad sigue adelante sin los artículos sobre proxenetismo. Nacionalistas y Ciudadanos solo se sumaron a la mayoría del Congreso que aprobó el texto cuando una vez que los socialistas aceptaron llevar a otra ley la prohibición los burdeles

18 may 2022 . Actualizado a las 21:29 h.

Finalmente el PSOE cedió y tras insistir en que de ninguna manera lo haría retiró de la ley del «solo sí es sí» su enmienda para abolir la prostitución. Lo hizo con el fin de salvar una norma que con sus requisitos tenía complicado seguir adelante, ya en la recta final de su tramitación. «A quien le correspondía cerrar estas negociaciones es al Ministerio de Igualdad y a Unidas Podemos, y no al PSOE», lamentaron fuentes socialistas tras dar su brazo a torcer.

La reforma legal que comenzó a gestarse hace seis años, cuando el país se echó a la calle indignado porque unos jueces dijeron que el salvaje ataque sexual de La Manada en los sanfermines del 2016 fue un abuso y no una violación, estuvo este miércoles a punto de acabar en la papelera porque el PSOE se empeñó en aprovechar la ocasión para prohibir ya mismo —utilizando una enmienda a esta ley— la prostitución y los prostíbulos en España. Al final la sangre no llegó al río y la norma, que convertirá en agresión todo acto no consentido contra la libertad sexual y que cuenta con el respaldo a su núcleo esencial de toda la izquierda, los nacionalistas y Ciudadanos, será aprobada en unos días por el pleno del Congreso con mayoría absoluta

El día comenzó, sin embargo, con un terremoto parlamentario. Los nacionalistas y Ciudadanos hace ya semanas que habían advertido al partido de Pedro Sánchez de que no iban permitir que la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual se usase como recipiente para colar una reforma penal contra los dueños de burdeles. En el caso de ERC, JxCat, CUP y Cs, porque defienden el derecho a trabajar de las prostitutas que lo hacen de manera voluntaria, y en el de PNV y EH Bildu, porque piden un debate sosegado y no aceptan el asunto que se mata en ley ajena.

Así, este miércoles, tras reiterar el PSOE que seguía adelante con su enmienda abolicionista y que esta tenía opciones de cuajar gracias a los votos del PP, se produjo una rebelión de las minorías, a la tampoco fueron ajenos los de Unidas Podemos, que en el pulso político vieron peligrar la norma que contra viento y marea han impulsado desde el Ministerio de Igualdad. Su temor estaba justificado: los pequeños amenazaron con votar no a toda la ley si se introducía la polémica enmienda.

Toda la prostitución, fuera de la ley del «solo sí es sí»

Los socialistas transigieron minutos antes de las cuatro de la tarde, hora a la que arrancó en la Comisión de Igualdad del Congreso el debate que debía aprobar o rechazar el dictamen de la ley —el documento del proyecto gubernamental con las modificaciones introducidas por la Cámara Baja vía enmiendas—. Si el PSOE no hubiese rectificado sobre la campana, la unión de los noes de la derecha con los de las minorías lo habría tumbado, impidiendo que llegase al pleno para su aprobación y posterior envío al Senado. Pero para salvar la norma los socialistas no solo tuvieron que retirar la enmienda prohibicionista sino que también se vieron obligados a sumarse a otra transaccional de último minuto y sacar de la ley del «solo sí es sí» el paquete completo de prostitución que incluía el texto remitido por el Consejo de Ministros.

La propuesta inicial incorporaba dos medidas para combatir con más eficacia la industria de la prostitución. La primera perseguía el proxenetismo más allá del limitado concepto actual, que solo ve delito si se usa la violencia o la coacción. Con la reforma ahora retirada, acabaría en la cárcel (entre dos y cuatro años) todo aquel que se lucrase con la prostitución de un tercero aprovechando una relación de dependencia o subordinación. El segundo cambio, el más trascendental, recuperaba el delito de tercería locativa. Suponía encarcelar de uno a tres años a los dueños de prostíbulos o a cualquier otro que para ganar dinero destine habitualmente un local a favorecer la explotación sexual y permitía el embargo de bienes y el cierre del burdel.

Ya sin los artículos relativos a la prostitución, la ley del «solo sí es sí», que incluso podría aprobarse este verano si el Senado se da prisa, cambia todo el capítulo de delitos sexuales del Código Penal, ya que la existencia o no de consentimiento por parte de la víctima se convierte en el centro de la nueva regulación. Desaparece el abuso y todo acto no consentido será agresión sexual y toda agresión con penetración, violación. Ya no será preciso que medie violencia o intimidación para condenar por ambas categorías. Pero no se limita solo a los delitos sexuales. Se ocupa de todas las violencias contra las mujeres por el hecho de serlo: extiende la asistencia y protección que ya existe para las víctimas de la violencia de género a todas las víctimas de las violencias machistas, además de crear el delito de acoso callejero o de blindar las indemnizaciones para madres víctimas de la violencia vicaria homicida de los padres de sus hijos.

El PSOE seguirá intentando prohibir por completo la prostitución

Una vez retirada la enmienda para salvar la ley, los socialistas avanzaron que mañana mismo la presentarán como proposición de ley en el registro del Congreso, para su debate y aprobación urgente como ley independiente. Buscan la prohibición total de la prostitución. Será proxeneta y entrará en la cárcel cualquier persona que se lucre con la prostitución aunque la actividad sea voluntaria. Si no hay ni violencia ni coacción, se castigará de uno a tres años de cárcel. Si la intimidación está presente, se aplicará la actual pena de tres a seis años de prisión. Por igual criterio, la tercería locativa sería el mero uso de un negocio o local para lucrarse con la prostitución. Habría delito sin que hiciese falta probar la explotación o sin importar si la mujer ejerce la prostitución de forma voluntaria. Se consideraría un tipo agravado de proxenetismo, penado con dos a cuatro años de prisión, más una alta multa y la clausura del local.