Reducir el consumo de carne a la mitad mejoraría un 40 % el impacto ambiental de España

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

ACTUALIDAD

Alimentación (fundamentalmente productos de origen animal),  vivienda y movilidad suponen el 75 % de la huella de consumo española, según un informe Sostenibilidad del Consumo en España

20 may 2022 . Actualizado a las 17:55 h.

Reducir un 50 % el consumo de productos de origen animal (fundamentalmente carne y lácteos) permitiría mejorar hasta un 40 % indicadores del impacto ambiental del consumo en España, fundamentalmente los que tienen que ver con el agotamiento de la capa de ozono. Es uno de los datos que se extraen del informe Sostenibilidad del Consumo en España, realizado con datos de la Comisión Europea y que revela que la alimentación supone más de la mitad de la huella de consumo española y su impacto es un 26 % superior en España que en la media de la UE.

Dentro del sector de la alimentación, además, el principal impacto lo suponen los productos de origen animal, fundamentalmente lácteos (15 %) y carne (45 %), este último un producto que ha supuesto una agria polémica al ministro de Consumo, que ha destacado durante la presentación del informe que «la verdadera ironía» es que la reducción del consumo de productos de origen animal se corresponde con la dieta mediterránea, «que se ha ido perdiendo en beneficio de otra nutrición que ha repercutido no solo en la salud de los más vulnerables, también en la del propio planeta».

Además de la alimentación, en la huella de consumo española tienen especial repercusión la vivienda (fundamentalmente el uso de calefacción) y la movilidad (sobre todo el uso del vehículo privado). Entre las tres áreas suponen tres cuartas partes del impacto del consumo español, que además presenta ligeras diferencias con Europa, ya que en el conjunto de la UE la principal área de impacto es la vivienda, derivado del gasto energético necesario para aclimatarla, mucho mayor que en España. 

El impacto ecológico de España se ha analizado a través de 16 indicadores y seis ya han sobrepasado lo que se conoce como los límites planetarios y tres (cambio climático, ecotoxicidad del agua dulce y materiales particulados) están muy por encima de los umbrales de alto riesgo. Además, es precisamente la alimentación la que mayor contribución tiene en este sentido.

«El negacionismo no es solo negar estos datos, también es escuchar estos datos y no hacer nada», ha subrayado Alberto Garzón durante su intervención, en la que ha lamentado que los economistas hayan vivido durante 200 años de espaldas a un «metabolismo social» en el que interactúan una esfera ecológica y otra económica y ha recordado que su responsabilidad es mucho menor, las consecuencias del impacto ecológico de la producción y el consumo afecta especialmente a las regiones y los sectores sociales más empobrecidos.

Además, de evaluar la huella de consumo, el informe también analiza la huella interior de España, en la que destacan tres presiones ambientales principales: el uso de agua dulce, las emisiones y las micropartículas, que suponen dos tercios de toda esta huella interior.

Mientras que la huella de consumo evoluciona de manera similar al PIB, con una tendencia creciente pero cierto desacoplamiento entre ambos indicadores, la huella interior se ha desacoplado completamente durante el período analizado (2010-1018), principalmente por el hecho de que cada vez se exportan más los impactos de la producción fuera del territorio.